Ratio Iuris Reglas Claras

Imprescindibles a la hora de construir Estado, edificar empresa y formar familia. Nada bueno sucederá si ante su ausencia se pretende planificar o  planear. Y cuando así lo anoto, no digo nada nuevo. ¿Quién no desea reglas claras y la certeza de saber en cada momento el terreno en el que se...

Imprescindibles a la hora de construir Estado, edificar empresa y formar familia. Nada bueno sucederá si ante su ausencia se pretende planificar o  planear. Y cuando así lo anoto, no digo nada nuevo. ¿Quién no desea reglas claras y la certeza de saber en cada momento el terreno en el que se está? Siendo estudiante, empresario, funcionario público, padre o madre de familia, hijo o hija, quieres reglas claras. Nada funciona como debe sino las hay. Pedirlas no es más que la exteriorización del ejercicio de derechos que son inherentes a uno mismo. Por ejemplo, sólo con reglas claras se construyeron las más sólidas democracias del mundo.

Los alemanes, sin Hitler, supieron dar vida a lo que hoy es la primera potencia europea. También lo hicieron  franceses e ingleses. Mandela, el gran Mandela, lo hizo después de 27 años de presidio. Las reglas claras que supo imprimir en libertad y como Presidente de Sudáfrica, le permitieron ser el  artífice del reencuentro de una sociedad que se dio el lujo de ser anfitriona del evento más importante que celebramos cada cuatro años. Por eso es que cuando se pide reglas claras no se está hablando en chino,  ni conspirando y menos buscando el derrocamiento del gobernante de turno. Ya lo dije, todo ser humano tiene derecho de exigirlas y todo gobierno el deber de darlas. Para eso están y por eso fueron ungidos.

Por ello, vale la pena mirar este lado del mundo y lo que aconteció en varias sociedades latinoamericanas que hoy disfrutan de haber contado con ellas y del éxito de su aplicación. Chile, Colombia, Brasil y Perú son realidades palpables de “reglas claras”. Estados Unidos, ejemplo de democracia y  respeto de derechos constitucionales, es también ejemplo en su implementación. Como sea, sin reglas claras poco o nada se consigue en el trabajo, en el hogar, en la conducción de un Ministerio o en la dirección del Estado. Al  contar con ellas, las probabilidades de éxito son mayores. Lo sabemos y lo saben quienes son emprendedores, quienes arriesgan un capital para crear, para dejar huella y no ser anodinos a la hora de balancear el rol en sociedad.

Intentar soslayar su importancia, hagas lo que hagas,  no cuenta. Deberá haber reglas claras para conocer la verdad de los hechos que durante los últimos 20 ó 30 años cobraron la vida de seres humanos. Reglas claras para que el caso del supuesto terrorismo en Santa Cruz o lo que dicen fue un intento de alzamiento armado con la detención de un súbdito alemán, se aclare con transparencia y con fiscales idóneos que busquen la verdad histórica y no la verdad política.

Reglas claras para que todo emprendimiento privado merezca la protección y  apoyo del Estado Boliviano y de sus autoridades.  Más reglas claras para que nadie sea perseguido y atemorizado únicamente por odios políticos y raciales bañados de complejos cuyas taras se remontan a lo que aconteció siglos atrás. Reglas claras para que empresas como Aerosur sepan cuáles son sus obligaciones y deberes, y cuáles sus derechos. Incluso reglas claras para que los verdaderos Amautas no se vean perjudicados por el narcotráfico, ahora que está tan de boga.   Reglas claras para ayudar al crecimiento del país, no para ser parte de su destrucción mirando el pasado. Reglas claras, nada más que reglas claras es lo que merecemos todos.


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