Uranio, coca y penicilina

Comencemos con al clorhidrato de cocaína, sustancia no natural, obtenida por primera vez hace más de un siglo por un químico italiano en el laboratorio de la Botica Bolivia, La Paz. El consumo desaforado de ese alcaloide (que no es el único contenido en la hoja de coca), ha generado un...

Comencemos con al clorhidrato de cocaína, sustancia no natural, obtenida por primera vez hace más de un siglo por un químico italiano en el laboratorio de la Botica Bolivia, La Paz.

El consumo desaforado de ese alcaloide (que no es el único contenido en la hoja de coca), ha generado un mercado perverso y multimillonario que trasmina todos los ámbitos de la sociedad.

Existen convenios complejos avalados por la Organización de las Naciones Unidas, para controlar el circuito de producción tráfico y consumo de cocaína, pero especialmente en el consumo es evidente que no han dado el resultado esperado.

Menores resultados aún se han logrado con la “guerra contra las drogas” liderada por los Estados Unidos, pues es allí – en los Estados Unidos- donde está el mayor consumo y donde la tal “guerra” debiera hacer notar sus efectos.

Hace unos días, durante la presentación del Representante de la Organización de las Naciones para la Lucha contra el Narcotráfico y el Delito, César Guedes, Morales aseveró que Bolivia impulsa el combate a la droga "con soberanía y dignidad".

Y con armas muy desproporcionadas a la magnitud del “enemigo”, agregamos nosotros. Pero no parece que la situación del problema vaya a cambiar a corto ni a mediano plazo, puesto que ahora son las sociedades europeas las que se han incorporado al circuito como voraces consumidoras.

Evo Morales también ratificó su decisión de encarar una lucha sin cuartel contra el narcotráfico, y por eso convocó a Estados Unidos y a otras naciones industrializadas a asumir su responsabilidad por el incremento de la demanda de drogas en sus mercados e insistió en que Estados Unidos utiliza el asunto como un pretexto para ejercer control sobre la región.

¡Y qué pasa con el uranio?

Es un elemento natural, un mineral pesado, que puede estar en cualquier parte del planeta, aquí mismo, debajo de nuestros pies, y nadie sentir su presencia, simplemente porque en su presentación natural no causa ningún efecto sobre los seres vivos. Hay que “enriquecerlo”, es decir procesarlo, como se procesa la inocua hoja de coca, para obtener en el laboratorio resultados que ya no son inocuos.

Lo que hace formidable y a la vez demoniaco al uranio no son sólo sus propiedades naturales sino el “valor agregado” añadido por la mano humana, debido que al enriquecerlo, lo mismo que ocurre con el petróleo, se obtienen derivados con propiedades diferentes al producto natural.

Entonces, entre la coca y el uranio existen similitudes: ambos son manipulados por nosotros, los humanos, con los resultados que todos conocemos. Así como manipulamos los hongos para obtener la penicilina, pero en este último caso sin intenciones perversas.


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