¿Y si cae Andrónico?
El cocalero no es el favorito de Evo pero parece ser el único que puede atraer votos divergentes. En un probable empate a 18, un Creemos no controlado por Camacho vuelve a tener la llave
Andrónico Rodríguez, quien fuera niño prodigio del MAS y alumno aventajado de Evo Morales, culmina este jueves su cuarta sesión al hilo como presidente del Senado y aspira a mantenerse en el cargo, pero no lo tendrá fácil. De momento, los números no salen.
Rodríguez fue electo tercer senador por Cochabamba en 2020 porque Evo Morales había intentado ir de 1 y su hueco lo ocupó Leonardo Loza. Aun así fue una apuesta personal fuera del margen de seguridad del MAS en un departamento donde habitualmente gana, pero cada vez más justo. La tuvo que pelear. Andrónico llegó así al Senado avalado en la interna y no solo como “la ficha de Evo”, tal como había sido presentado al mundo unos meses antes de la elección d e 2019: el cocalero universitario de 29 años que guardaba el espacio de Morales en las 6 Federaciones del Trópico.
No le costó mucho hacerse con la presidencia. Su carácter afable y su carisma brillaba más allá del padrino, y en ese momento en el que el MAS era una taza de leche, eufórico tras retomar el poder, darle mayor visibilidad a Andrónico significaba “premiar” a los jóvenes que se quedaron a defender el proceso frente al impulso represor de Jeanine Áñez.
Los 21 senadores del MAS, sobre 36, le sirvieron para cumplir el trámite en 2020 y 2021, pero en 2022 llegaron los problemas. Evo Morales ya había percibido obstáculos hacia sus objetivos y había empezado a exigir mayor atención al presidente Luis Arce, que a su vez empezó a marcar camino propio. La elección de Andrónico para la presidencia fue tal vez la última en clima de diálogo – hasta la aún inexplicada elección conjunta del Fiscal General -.
Andrónico pasó el año caminando en la equidistancia pese a su “corazón cocalero”, gestos que no pasaron desapercibidos para Evo Morales, que pronto le empezó a exigir posicionarse nítidamente de su lado. Andrónico exploraba una tercera vía dentro del pulso cada vez más encarnizado y aquello trascendió a los cuarteles generales de Evo. Finalmente asistió al Congreso de Lauca Eñe donde se proclamó a Evo candidato del MAS, pero dos días antes lanzó un mensaje de unidad explicando que no estaba de acuerdo con la crítica permanente al gobierno de Luis Arce.
Morales apostó en la elección de Directivas del 2023 por la tarijeña Gladys Alarcón, pero los números no salían y fue Andrónico quien tuvo que bregar para conseguir los apoyos suficientes: En el evismo se cuentan, como máximo, 14 senadores y 7 con Arce, mientras que Comunidad Ciudadana suma 11 y Creemos 4. La mayoría, 19, se hace compleja.
Andrónico lo logró apoyando una “agenda legislativa” que le impuso Carlos Alarcón (CC) en la que se comprometía a viabilizar las judiciales, que se ha cumplido, y a muchas cosas más, que no, y aunque durante la legislatura ha lanzado ciertos pulsos al gobierno, como aquella sesión vetada por Choquehuanca que obligaba a cesar a los magistrados y que fue la llave para las judiciales, lo cierto es que hoy por hoy parece improbable que la bancada de Carlos Mesa brinde sus votos al representante de un Evo Morales acusado de abuso a menores y que mantiene al país en un bloqueo sórdido perjudicando a millones de familias.
Otra cosa es Creemos, que hace tiempo no responde a Luis Fernando Camacho y que no ha explicado su voto al Fiscal, por ejemplo. Aún así, si las cuentas no fallan, el evismo debería atraer al menos a un senador más a sus posiciones, y aún así no está claro que sea Andrónico el elegido.
Para Morales es clave controlar el Senado, más si insiste en la línea de derribar al Gobierno de Arce y Choquehuanca, pues en una lógica constitucional sería el presidente del Senado quien heredaría el poder.
La ecuación sin embargo sirve al otro lado, un acuerdo Arce – Mesa para estabilizar el país dejaría la presidencia a un solo voto de la oposición, lo nunca visto en una década. Creemos vuelve a ser clave, justo lo que en su momento imaginó Camacho sin que ahora lo pueda controlar.