Hugo Moldiz: Hay una serie de hechos que desbaratan la tesis del autogolpe
teleSUR conversó con el exministro de Gobernación, economista, catedrático y analista boliviano, Hugo Moldiz, quien, junto a nuestra periodista Marcela Heredia, abordó un análisis de los acontecimientos de la víspera en La Paz que terminaron en el fracaso de la intentona golpista contra el presidente constitucional Luis Arce.
Marcela Heredia (MH): Hablemos de lo que se considera “una gestión exitosa de la defensa de la democracia en Bolivia”. Así titulan algunos medios de comunicación inclusive. Así que abrimos por ahí el análisis a ver qué te parece.
Hugo Moldiz (HM): Yo creo que han confluido varios factores para que la democracia y el gobierno legalmente constituido no sufrieran un golpe de estado por parte de algunos militares. Lo primero fue la actitud del presidente Luis Arce: no se va. Arce se queda, enfrenta, encara al general golpista y le ordena que se repliegue. Este le dice que no, pero eso no amilana la actitud y la firmeza con la que Arce enfrenta la situación. Segundo, la rápida respuesta de la gente que se traslada por miles hacia la sede de gobierno, hacia la Casa Grande. En la plaza Murillo ya hay enfrentamientos con militares —felizmente sin bajas de la parte civil y tampoco de la parte militar— pero no se producen enfrentamientos. Tercero, la reacción rápida de la de la comunidad internacional: desde gobiernos de izquierda progresistas, hasta la propia OEA, incluso algunos presidentes de derecha.
Cuarto, la imposibilidad —lo ha planteado Fredy Morales— de Zúñiga de lograr que a tiempo se pueda articular a otras unidades y regimientos. Él instruye a las 12:30 del mediodía el acuartelamiento, eso sucede de manera efectiva —todas se acuartelan en el país sin saber el motivo—. Sin embargo, ya cuando el general Zúñiga toma la plaza Murillo, la Octava división, por ejemplo, que queda en el Oriente boliviano en Santa Cruz, decide no plegarse a la aventura golpista. Lo mismo pasa con la Séptima división —que está acantonada en Cochabamba— y lo mismo pasa con Challapata —donde hay este vehículos pesados y de asalto— deciden no plegarse. Prácticamente lo dejan solo. Yo diría que un factor adicional es —aunque luego cambia— el rechazo de sectores, incluso de la oposición, a un golpe de estado en Bolivia.
MH: Una vez que ya los hechos están desplegados que se emitió la orden de aprehensión —la emitió el Ministerio Público contra Zúñiga por la presunta comisión de delitos de terrorismo y alzamientos armados contra la seguridad y soberanía del Estado— y ya se empieza a conocer el documento, se empiezan a difundir otros detalles. Cuando aparecen estas estas denuncias del presidente Arce de movilizaciones irregulares en algunas unidades del ejército boliviano, los medios de comunicación ya empezaban a mostrar los hechos. Quiero referirme con esto al punto del tratamiento que le dieron esos medios y si esto funcionó. Si haber estado desde el mismo momento en el cual se daban los hechos le funcionó como apoyo al pueblo de Bolivia para salir a defender su democracia. ¿Qué diría sobre eso?
HM: Yo diría que hubo una aparente neutralidad en muchos medios. De todas maneras sirve como un mecanismo que va a favor del presidente Luis Arce. Todavía hay mucho por tejer ahí: averiguar si esta aparente neutralidad realmente lo era o no. Creo que en un inicio hay una suerte de imprecisión en el gobierno cuando dice que hay un inusual movimiento de tropas. Minutos después la situación llevaría al propio gobierno a rectificar rápidamente esto y denunciar el intento golpista. Hay una serie de hechos, Marcela, que desbaratan por ejemplo la tesis del autogolpe: ¡ojo! Hay que recordarlo, sobre todo ahí en Venezuela, que cuando fracasa el golpe contra Chávez sectores de la oposición tratan de instalar la tesis del autogolpe ante el fracaso de un plan para derrocar a la revolución chavista. Estamos salvando distancias y tiempos, por supuesto, y personajes: estamos en un escenario de esta naturaleza. Yo tengo una hipótesis, Marcela, y es que el proyecto de acortamiento de mandato del presidente Arce no ha concluido. Las formas para ese acortamiento van a ser distintas: ayer vimos una de ellas pero eso no significa que no vayan a aparecer otras formas para lograr el objetivo del adelanto de elecciones generales.
MH: Por eso justamente es importante hablar de esta frase que ayer se escuchaba en la plaza, una vez que llega el pueblo, y es «¡Lucho no está solo, carajo!». Ese es un concepto que es muy muy importante de recalcar porque finalmente es el pronunciamiento y la decisión que asume el pueblo de Bolivia de mantenerse junto a su presidente y de resguardar la institucionalidad, Hugo.
HM: Sí, sí, la rápida reacción de la gente fue fundamental, así como la actitud del presidente, la rápida reacción de la de la gente. Yo diría que incluso gente que, puede no haber votado por Luis Arce y no haber ido a la plaza Murillo, expresaron, dieron muestras, señales de estar en contra de un golpe de esta naturaleza, por los efectos que además de eso produce que ya la gente lo vivió el año 2019 cuando el presidente Evo Morales sufrió un golpe de estado: utilizaron el mecanismo de la de la renuncia para decir que no hubo golpe, cuando sí hubo un golpe de Estado contra el presidente Evo Morales. Como mismo ayer hubo un intento de golpe de estado contra Luis Arce que lastimosamente está siendo puesto en cuestión por alguna gente que milita junto al expresidente. Creo que no que no están haciendo una lectura objetiva porque detrás de este proyecto evidentemente todavía falta mucho por investigar: yo no creo que el general Zúñiga haya dado haya intentado dar un golpe de estado por el solo hecho que le dijeron 24 horas antes de que iba a ser relevado de su cargo. No, no eso no se organiza de la noche a la mañana. Yo pienso que la declaración que él hace, 48 horas antes, contra la democracia boliviana, incluso contra el expresidente Morales —a quien dice que si podría lo detendría algo que las fuerzas armadas no pueden hacer salvo en momento en regímenes de excepción— es donde se empieza a develar el proyecto golpista que finalmente fracasa para felicidad del pueblo boliviano el día de ayer.
MH: Hay un pronunciamiento de David Choquehuanca que voy compartir ahora en pantalla “La democracia ha prevalecido en Bolivia, pero debemos mantenernos alertas por el bien de nuestro país y de las futuras generaciones”. O sea que vas completamente en línea con lo que piensan las autoridades gubernamentales en Bolivia desde tu análisis, Hugo. “Solicitamos —dice Choquehuanca— a la justicia ordinaria y la justicia militar que juzgue con todo el rigor de la ley al general Zúñiga y a todos los responsables con el fin de evitar cualquier futuro intento de golpe de estado. Agradecemos a toda la población, organizaciones sociales, alcaldes y a la comunidad internacional por defender la democracia que tanto nos costó recuperarla”. Estamos hablando de una figura clave, hoy vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, pero que junto a Evo Morales y a otros miles y miles de bolivianos han trabajado y trabajan desde el ámbito de la política por la democracia de Bolivia. Así que, Hugo, te invito por favor a llevar la línea fina de este posteo que hace Choquehuanca —que es un hombre además muy respetado en el escenario político internacional por la trayectoria, por el tiempo que tiene de trabajo en organismos públicos—.
HM: Hay que ver el tablero en su conjunto, no no el hecho particular del día de ayer. El presidente Arce enfrenta un virtual acoso, un virtual bloqueo, sobre todo que viene desde el ámbito legislativo y una articulación todavía preliminar de diferentes fuerzas sociales —cuando hablo de sociales hablo de de algunos sectores del movimiento campesino, lastimosamente, sectores del transporte pesado, sectores gremiales, se dice que por atrás también varios sectores empresariales— que lo que están haciendo es cada vez cercándolo más, de tal manera que el presidente Arce no tenga otra alternativa que el adelanto de elecciones. Yo coincido plenamente con lo que dice el vicepresidente: el día de ayer se ha vivido un episodio de un capítulo que todavía no ha no ha concluido, va a depender cómo reacciona el gobierno, de cómo hacer ajustes muy rápidos en la gestión, en el grupo de colaboradores que que acompañan al presidente y cómo logra consolidar relaciones políticas con un amplio sector del campo popular para poder desbaratar el peligro que acecha todavía la democracia boliviana.