Crónica política de la jornada
La tensión marca el Día del Estado Plurinacional
La pugna interna del MAS y los cálculos de la oposición dan contexto a una celebración con alta incertidumbre económica. No se prevé una revolución en el gabinete de Arce ni sorpresas en la composición



Nunca fue el “Día del Evo”, aunque muchos analistas han cuestionado la selección de la fecha: si se pretendía poner el acento en el cambio de era, lo normal hubiera sido elegir el 25 de enero, fecha en la que los ciudadanos votaron el texto que fue refrendado por el 61,43% de los votos o incluso el 7 de febrero cuando entró en vigor el mismo 2009, pero se decidió construir el feriado el 22 de enero, que en aquel 2010 coincidía con la asunción de la presidencia por parte de Evo Morales, uniendo así su figura al inicio de esa nueva era y no la participación ciudadana.
El día siempre tuvo una importante connotación política: Evo Morales incluyó un nuevo discurso a la nación, en términos generales similar al del 6 de agosto, en el que leía cifras y hacía algunos anuncios y poca autocrítica. Ese mismo día o el siguiente, se hacían cambios en el gabinete. O no.
Jeanine Áñez cambió las formas en 2020. La presidenta transitoria no tenía pensado hacer nada en un día que siempre había sido denostado por la oposición por su componente plurinacional indigenista, pero lo utilizó con claros fines electoralistas: No hubo sesión en la Asamblea sino un mensaje televisado desde Palacio Quemado en el que dio por cumplida su misión de “pacificación” luego de haber convocado elecciones. Solo unos días después anunció su fórmula electoral con el resultado que ya todos conocemos.
Cambios Después de 14 años de celebrar el Día del Estado Plurinacional se evalúa el impacto constitucional
A Luis Arce le gustó este giro, más que tener que lidiar con griteríos y números. Y tampoco lo ha aprovechado para hacer ajustes en su gabinete. Su equipo de comunicación ya ha adelantado qué va a decir en su mensaje: “unidad hacia el Bicentenario” y “Reactivación económica”, dos clásicos que se leen también en clave interna, aunque sigue siendo pronto para que el presidente desvele sus intenciones electorales, por mucho que se solivianten los ánimos en el partido.
A Arce no le gustan mucho los cambios de gabinete. Ha huido de hacer de ese día un combate o una suerte de examen, un espectáculo de nombres y demás como sus antecesores, en ese sentido, no se prevén grandes cambios en el gabinete, aunque tampoco se descartan. Entre los más cuestionados, el de Justicia, Iván Lima y el de Gobierno Eduardo del Castillo, pero hay pocas probabilidades de que los sacrifique para tatar de reconciliarse con el evismo.
Morales será el gran ausente. Está en Argentina donde participará de la agenda alrededor de la Cumbre de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) y de la que también participará Arce el lunes. En cualquier caso, ha partido con desaire: “Si no nos quieren invitar, que no nos inviten” dice él y su entorno, dolido todavía por “la foto de las escaleras” en la que Arce cerro filas con los movimientos sociales para cerrar la crisis con Santa Cruz y a la que el MAS tampoco fue invitado.
Se prevé desfile multitudinario y verbena también, un sin saber qué será después con el partido.
La oposición calcula
El MAS no es el único frente en tensión. El 25 de enero está previsto un cabildo nacional cuya metodología sigue siendo poco transparente – ayer se invitó a mandar preguntas a Santa Cruz – y sobre el que sigue habiendo las mismas trabas con el carnaval a la vuelta de la esquina, la gente hastiada de paros y bloqueos y los políticos haciendo cálculos – el Rector Vicente Cuéllar es el nuevo objeto de deseo y propulsor de iras -. La capacidad de trenzar una estrategia conjunta y nacional para la desobediencia fiscal, por ejemplo, se antoja inviable según fuentes en el comité cívico tarijeño, pero sí se espera que haya lineamientos comunes para enfrentar la elección judicial y abrir una suerte de vía federal.
Mientras, Camacho, ya acomodado en Chonchocoro y consciente de que no saldrá pronto, empieza a sufrir los rigores del olvido: ayer denunció que no permitieron el ingreso de sus médicos.
El Día del Estado Plurinacional, también pasará.