Se reaviva el debate de los transgénicos en la región, Bolivia no es la excepción
Tras aprobarse durante el gobierno de Jeanine Áñez normas para la abreviación en la evaluación de semillas genéticamente modificadas, se avizora que la actual administración de Luis Arce continuará con estas políticas



En medio de la pandemia y la crisis social y económica que ésta ha generado, nuevamente se reaviva en América Latina el debate sobre el uso de transgénicos. Y la discusión se desarrolla entre la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria, de generar ganancias y del cuidado al medio ambiente y la salud.
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Y es que hace unas semanas se dio la aprobación de un nuevo trigo transgénico en Argentina y a la par un proyecto de decreto presidencial en México que habilita el uso de glifosato y de maíz transgénico, mismos que generaron diferentes reacciones de científicos de la región ante la posibilidad de que se amplíe el uso de transgénicos en el continente y de colectivos y organizaciones que los rechazan.
Bolivia no es la excepción, pues tras aprobarse durante el gobierno de Jeanine Áñez normas para la abreviación en la evaluación de semillas genéticamente modificadas, se avizora que la actual administración de Luis Arce continuará con estas políticas, según afirma en entrevista con ANF el director de Productividad Biosfera Medio Ambiente (Probioma), Miguel Ángel Crespo.
“Lo que tememos que hará este actual gobierno es que continuará con el modelo agro extractivista que fue establecido de manera muy amplia en el gobierno de Evo Morales y que fue complementado en la gestión de Áñez y se expresó en leyes incendiarias y autorizaciones de procedimientos abreviados de transgénicos”, explica el experto.
Crespo detalla que son varios de estos productos que pese a estar prohibidos en muchos países, en Bolivia ya se usan y se perfilan como políticas nacionales, “a pesar de que tenemos una Constitución Política del Estado que prohíbe el ingreso de transgénicos. Así que este gobierno lo que va a hacer es continuar con esto a pesar de las criticas”.
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Fue el pasado 7 de mayo que el gobierno de Áñez de manera sorpresiva y en plena cuarentena por la pandemia de coronavirus (Covid-19), aprobó un decreto que autoriza al Comité Nacional de Bioseguridad establecer mecanismos abreviados para la evaluación de semillas transgénicas en Bolivia (de maíz, trigo, algodón, caña y soya).
Esto generó el rechazo de más de un centenar de organizaciones, instituciones y colectivos que alertaron que en Bolivia se aprobaría el uso de estos productos en medio de la emergencia sanitaria.
Ex autoridades defendieron esta determinación con el argumento de priorizar el uso de biotecnología para garantizar en el país la seguridad y soberanía alimentaria.
“Se busca sólo beneficiar a un sector. Así que no creemos que este panorama cambie con este gobierno, pero sí creemos en la fuerza de la organización civil que esta consiente de todo el riesgo que estas normas conllevan en la destrucción de bosques, daño a la producción de alimentos y la salud”, agrega Crespo.
Para el experto también hay el riesgo de que el país importe el trigo transgénico de países vecinos como Argentina, lo que “constituye una grave amenaza para la salud, porque ese trigo es resistente a un herbicida que es ocho veces más tóxico que el glifosato (el glufosinato de amonio), Así que no sé si el boliviano acepte que su pan este hecho con este grupo tan dañino”.