Crónica política del retorno de Evo
Evo, el retorno “soñado” y el “no final” de una historia
La multitud acompañó a Evo Morales en el ingreso a Villazón donde dio un discurso y compartió almuerzo antes de continuar su tránsito. Morales pidió que no asistieran autoridades de Gobierno, que estaban ocupadas
La primera foto de Evo Morales fuera de Bolivia la publicó el canciller mexicano Marcelo Ebrard. Desorientado y sudoroso, Morales posó envuelto en una bandera mexicana a bordo del avión que López Obrador había trasladado hasta Chimoré para sacar al entonces ya expresidente, que había renunciado 24 horas antes. Después circularon algunos videos en los que se lo vio caminar confuso entre abrazos de despedida y gritos de ánimo, rodeado por sus últimos colaboradores, Gabriela Montaño y Álvaro García Linera.
364 días después y con esa imagen en la retina, un Morales menos desorientado, pero visiblemente cansado y con barbijo cruzó la frontera de La Quiaca y pisó suelo boliviano en Villazón acompañado por el presidente argentino, Alberto Fernández, y recibido por una comitiva no demasiado compleja: dos mineros que le obsequiaron un oportuno casco, los dos comisionados de la actividad, Álvaro Ruiz, presidente de la FAM y alcalde de Uriondo, y el ex canciller Fernando Huanacuni, además del alcalde y gobernador de Potosí.
Fernández se despidió, y siete pasos contados sobre el puente, la locura se desató en forma de nube de periodistas argentinos y corresponsales internacionales que nadie sabe bien qué exactamente buscaban con sus cámaras a 40 centímetros de Morales, pero así había sido.
Compañía Evo Morales estuvo acompañado en su ingreso a Villazón por el ex vicepresidente Álvaro García Linera, que no tomó la palabra
A duras penas y gracias a una cadena humana originaria y espontánea de verdad, Morales llegó hasta una caseta azul donde Huanacuni, experto en ritos ancestrales, organizó una limpia para unir “sus almas maltratadas por el exilio” a la salida, todo se vio mejor por televisión. O ni eso.
Quien alguna vez ha subido cargado o con prisa la cuesta comercial desde el puente hasta el centro de Villazón puede dar Fe de lo tortuoso de su empedrado, pues a eso se sumaron miles de personas empujando y buscando el contacto con el expresidente. Cinco cuadras de suplicio al que se unió muy visiblemente Álvaro García Linera, que intentó no perder paso en ningún momento. El lema era “caminando junto al pueblo” así que no, no cabía una vagoneta.
Cálculos e interpretaciones
La cuestión es que Morales y García Linera lograron llegar con guirnaldas y demás hasta la plaza principal después de darse el baño de masas con el que seguramente venía soñando desde aquel mensaje grabado en instalaciones militares antes de partir a Chimoré: “Volveremos y seremos millones” parafraseando al líder Tupac Katarí pero sin sentido figurado, pues no hubo “Patria o muerte” sino exilio.
Cuentan que Evo Morales había decidido unilateralmente la fecha de su retorno al margen de las opiniones del Gobierno Luis Arce y David Choquehuanca, de ahí que la sincronización de agendas se hizo compleja. Cuentan también que Morales pidió que no llegaran autoridades de primera línea y lo cierto es que no había casi nadie, ni dirigentes de las matrices, ni ex ministros, ni diputados ni senadores, ni cocaleros. A mil kilómetros se seguían posesionando parlamentarios y Ministros y la situación no estaba para muchas alegrías.
En Villazón había, obvio, mucha gente de Villazón, y muchísima de Tarija. También autoridades y ex autoridades para tratar de cubrir un poco el hueco. Como sería la cosa que Rodrigo Ibáñez, ex FPS, acabó en la testera. También se vio a Miguel Ávila Navajas, que “nunca había sido del MAS”, a Nicolás Herrera, al presidente del MAS Tarija Carlos Acosta, que se quedó sin batería, y al dirigente campesino Osvaldo Fernández, Fátima Pacheco, docenas de concejales y cuadros medios y a José Quecaña, ejecutivo regional del Chaco que quiere seguir siendo pero al que no le sobran los apoyos. No estaba, por cierto, Walter Ferrufino ni ninguno de los otros aspirantes a la nominación de Gobernador al margen de Ruiz, tal vez porque era Ruiz quién organizaba.
Hubo almuerzo multitudinario con barbijos en la barbilla y una simulada distancia de seguridad. Había ventilación y cordero. Hubo música, discursos, jallallas y demás. Y al final todo se acabó, la comitiva se fue y los que tenían que retornar no querían retornar, pero retornaron y Villazón, el diamante que se pule solo, volvió a quedarse en silencio, con el viento soplando entre sus callejuelas y avenidas, mudo como quién ha presenciado un hecho histórico pero que no es necesariamente el final de una historia.
“Morales no parece un jubilado” le dijo una de las últimas en despedirse a la otra. “Sí, no parece un jubilado”. Y se fueron.
El itinerario de Evo Morales
El expresidente Evo Morales cumplió ayer la primera etapa d su periplo que debe llevarle hasta el Chapare, donde en principio se instalará antes de definir qué será de él en el futuro. Hoy viajará por el altiplano en caravana hasta Oruro, donde visitará su tierra natal, para el miércoles llegar a Cochabamba.
Morales anunció antes de la elección que no aspiraba a retomar responsabilidades de Gobierno, más al contrario, se considera un retirado que se dedicará a la formación de las nuevas generaciones, sin embargo, quienes lo conocen bien dudan de que pase a la inactividad, pero todos son conscientes de que “no es tiempo de pulseadas internas”, o eso dicen.