Ortiz se abona a la austeridad para buscar la reactivación económica del país
Después de casi dos meses, el Gobierno presentó su plan de reactivación económica para coadyuvar a que Bolivia recupere el dinamismo después de la pandemia del coronavirus, cuyo final no se prevé en el corto plazo. El plan de reactivación pasó a manos del Ministro de Desarrollo Productivo Óscar Ortiz luego de asumir el cargo en mayo, y la he dado una mayor profunidad y carga ideológica a las iniciales propuestas de la Presidenta Jeanine Áñez, que el 1 de mayo planteó la creación de "600.000 puestos de trabajo" mediante un plan intensivo de pequeñas obras en municipios y área rural que generaran demanda de mano de obra de baja cualificación. El plan fue cuestionado por diferentes economistas, al considerar que el plan "keynesiano" ya había fracasado en situaciones similares en el pasado.
Ortiz ha apuntado cinco lineas y ha hablado de una inversión de 30.000 millones de bolivianos, si bien la mitad depende de que la Asamblea Legislativa Plurinacional aprueba una Ley que "reorienta" los dos mil millones de dólares del crédito del Banco Central de Bolivia (BCB) para apuntalar la industrialización del gas en la región del Gran Chaco. De aprobarse, dejaría inservible la planta separadora de Líquidos del Gran Chaco, que costó 800 millones de dólares, y enterraría la vía alternativa a la exportación del gas en bruto, cuyos mercados se vienen cerrando progresivamente en la última década, según advierten los expertos.
Ortiz, acompañado por el Ministro de Planificación, Carlos Díaz, el de Economía José Luis Parada y el de Presidencia, Yerko Núñez, ha planteado cinco objetivos: Dar capital de trabajo; crear empleo intensivo; incentivar la compra estatal de productos bolivianos e impulsar "el ahorro de gastos innecesarios".
El Ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural explica los objetivos del nuevo Programa presentado por el Gobierno para reactivar la economía del país. pic.twitter.com/IFCQuaxb15
— Viceministerio de Comunicación (@vicemincom) June 24, 2020
Para el primer y segundo punto, Ortiz ha retomado los fondos ya planteados para financiar gastos operativos de las empresas y apoyo al salario, como el FA-BDP, del programa nacional de reactivación del empleo que "garantiza las operaciones de crédito a micro, pequeñas y medianas empresas" dotado con 120 millones de bolivianos o el FOGASEC, para nuevos créditos de empresas constituidas que llegan a 1.100 millones de bolivianos. También ha anunciado el plan FORE, sin asignar monto, para garantizar la reprogramación de créditos contratados antes de la emergencia nacional y que beneficiará particularmente a las moras del sector bancario. El FOGAVISS, por ejemplo, tiene objetivo directo en la construcción y prevé mantener "80.000 empleos". En general, el plan prevé "mantener" 3,5 millones de empleos, que es aproximadamente el 70% de los que están registrados en las AFP.
Sobre el tercer plan, las propuestas se han centrado en el turismo, pues se ha hablado de créditos al 3% para paquetes de turismo nacional - cuya evolución dependerá de la pandemia - y de asistencias técnicas (consultorías) en el sector agropecuario para "aumentar la producción", una medida que los activistas anti transgénicos temen que se base en facilitar la implantación de la OGM. Hacia este punto de incentivar y sostener iniciativas productivas es donde se pretende reenfocar los recursos de la industrialización del gas.
“A fin de incrementar la productividad del sector agropecuario se implementarán programas de asistencia técnica a pequeños, medianos y grandes productores para el desarrollo e innovación tecnológica”,indicó el Ministro Ortiz @MDPyEPBolivia. Promueven la investigación adaptativa
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Sobre el incentivo de la compra estatal a producto nacional, Ortiz ha dicho que “Se va subsidiar las demandas de las micro y medianas empresas" y se va a establecer un sistema que favorece en todas las compras estatales a proveedores nacionales", posteriormente ha ejemplificado con las empresas de comunicación impresa, a quienes se va a subsidiar la importación de papel en pleno proceso de digitalización.
Finalmente ha señalado que se pretende ahorrar hasta un 15% en gasto corriente del Estado y un 20% en consultorías en línea, medidas de austeridad clásicas recomendadas por la ortodoxia del FMI y que se suelen traducir en achiques del aparato estatal y despidos, lo que en países como Argentina en 2015-2019 o en España 2008-2018 no dieron buenos resultados.
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