¿Teta o biberón?, sólo el 60% de las madres bolivianas da de lactar
La lucha contra la desnutrición, la prevalencia nacional de la desnutrición crónica entre niños y niñas menores de cinco años se ubica en un 22%. Es probable que estos niños y niñas tengan un sistema inmunitario débil y deficiencias físicas y cognitivas durante toda su vida. Además,...



La lucha contra la desnutrición, la prevalencia nacional de la desnutrición crónica entre niños y niñas menores de cinco años se ubica en un 22%. Es probable que estos niños y niñas tengan un sistema inmunitario débil y deficiencias físicas y cognitivas durante toda su vida. Además, las marcadas desigualdades persisten en las tasas de desnutrición, en especial según el lugar de residencia y el quintil de riqueza al que pertenecen.
La probabilidad de que un niño o niña menor de tres años sufra desnutrición crónica es 1,8 veces mayor en las zonas rurales de Bolivia (25,9%), que en las zonas urbanas (14,6%). Si bien la prevalencia de la desnutrición aguda en niños y niñas menores de cinco años es solo de un 14%, en el departamento de Potosí, las tasas alcanzan un 26%. Entre las poblaciones más pobres, cerca del 46% de los niños y niñas están malnutridos en comparación con el 6,5% de los niños y niñas de las poblaciones más ricas.
Las prácticas deficientes de lactancia, la falta de alimentos y micronutrientes y las enfermedades crónicas como la diarrea son las causas inmediatas más importantes de la desnutrición. Los motores de estos factores incluyen la desigualdad para acceder a alimentos en el hogar, malas prácticas de atención y alimentación, agua no potable y falta de saneamiento, y atención médica insuficiente.
Muchos de estos problemas se pueden evitar si se comienza en forma temprana el amamantamiento exclusivo durante los primeros seis meses de vida seguido de prácticas de alimentación infantil nutritiva y equilibrada junto con la complementación de micronutrientes.
No obstante, en Bolivia únicamente el 60% de las madres da de lactar en forma exclusiva durante los seis primeros meses y solamente el 16% de los niños menores de dos años reciben alimentación complementaria; a su vez, solamente el 53% de los niños entre dos y cinco años y el 73% de los menores de dos años recibieron la dosis completaria de hierro.
Mientras que el 73% de los menores de un año recibieron su primera dosis de vitamina A, solo el 40% de los niños de entre uno y cinco años recibieron la segunda dosis. La anemia en los niños de seis meses a dos años llega a un 77%. Aproximadamente un 49% de las mujeres embarazadas o en período de amamantamiento tienen anemia en el país, según datos del informe de Unicef.
Si bien Bolivia desarrolló varias estrategias para mejorar el estado nutricional de los niños, niñas y las madres, las persistentes brechas indican que son insuficientes y que es necesario aplicar medidas basadas en las pruebas que tengan un impacto mayor.
Los tabúes
Según la Agencia de Noticias Fides en los últimos años, los tabúes como amamantar en público por el morbo que supuestamente provoca, optar por leche de fórmula o cuestiones estéticas como la forma que toman los senos después de dar pecho o bien las estrías que pueden llegar a salir han provocado que menos mujeres del área urbana lleven a cabo la lactancia materna.
Esta situación se debe a que las mujeres en el área urbana están sujetas a una mala o escasa información sobre la lactancia materna y se dejan llevar por propagandas televisivas en las que ofrecen leche de fórmula o sucedáneos de la leche materna, estética y prejuicios.
En la zona urbana, las madres están sujetas a informaciones de Marketing, debido a que ven por cable a niños hermosos (consumiendo sucedáneos), pero nada sustituye a la leche materna. Otras dicen que es por la estética porque los senos se ponen flácidos, sale estrías…
Amigos de la Madre y la Niñez
Lourdes Zegarra, de 27 años, está acostada en la cama del hospital y gesticula mientras empieza a sentir los dolores de parto. “Está empezando a doler mucho”, dice. Aunque siente dolor, no parece asustada. Este será el tercer parto de Lourdes. Sus otros dos hijos, de 6 y 3 años, también nacieron en el hospital. Pero Lourdes dice que espera que esta vez sea mejor porque el hospital “Juan de Dios” de Cliza desde entonces cuenta con la certificación de Amigo de la Madre y la Niñez. “Me van a ayudar a amamantar correctamente a mi bebé y mi marido podrá estar presente en el parto. Esto antes no pasaba”, dice.
La iniciativa Hospitales Amigos de la Madre y la Niñez fue lanzada por UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1991 para fomentar prácticas correctas de lactancia materna. Un hospital puede recibir la certificación de Amigo de la Madre y la Niñez después de poner en práctica diez medidas específicas para apoyar una correcta lactancia y de superar una evaluación externa del hospital y su personal.
En Bolivia se incluyó otra medida: regular la publicidad de sustitutos de la leche materna en los hospitales. Las medidas persiguen que las madres comiencen la lactancia materna temprana antes de la primera hora de vida, practiquen la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses y a partir del sexto mes mantengan la lactancia hasta los dos años conjuntamente con una alimentación complementaria equilibrada en términos nutricionales, la cual debe ajustarse a la edad del niño o niña.
Los beneficios de la lactancia materna se comprobaron en forma generalizada. Además de reducir drásticamente las tasas de desnutrición crónica, un bebé que se alimenta exclusivamente de leche materna tiene 14 veces menos de probabilidades de morir durante los primeros seis meses que un bebé que no recibe lactancia materna1.
Hasta ahora, en Bolivia solo 16 hospitales fueron declarados Amigos de la Madre y la Niñez. El hospital de Cliza, ubicado en Cochabamba, se utiliza como modelo. Todo el hospital de Cliza está lleno de carteles en las paredes que fomentan la lactancia materna y prohíben sustitutos de la leche materna, biberones y tetinas gratuitos o de bajo costo.
Tres beneficios de la lactancia materna
El vínculo
La lactancia es un período de la vida en el que la madre ofrece al recién nacido un alimento adecuado a sus necesidades, la leche materna, no sólo considerando su composición sino también en el aspecto emocional, ya que el vínculo afectivo que se establece entre una madre y su bebé constituye una experiencia especial, singular y única.
El sobrepeso
La lactancia materna acelera la recuperación, ya que la madre pierde el peso ganado durante el embarazo más rápidamente y es más difícil que padezca anemia tras el parto. También tienen menos riesgo de hipertensión y depresión posparto.
Beneficio global
La leche materna es una alimento ecológico, lo que significa que no necesita fabricarse, envasarse ni transportarse. Esto supone un ahorro de energía al mismo tiempo que se evita la contaminación del medio ambiente. Además, resulta un ahorro en alimentación a la familia.
*Basado en el informe de Unicef (2000-2017).
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La probabilidad de que un niño o niña menor de tres años sufra desnutrición crónica es 1,8 veces mayor en las zonas rurales de Bolivia (25,9%), que en las zonas urbanas (14,6%). Si bien la prevalencia de la desnutrición aguda en niños y niñas menores de cinco años es solo de un 14%, en el departamento de Potosí, las tasas alcanzan un 26%. Entre las poblaciones más pobres, cerca del 46% de los niños y niñas están malnutridos en comparación con el 6,5% de los niños y niñas de las poblaciones más ricas.
Las prácticas deficientes de lactancia, la falta de alimentos y micronutrientes y las enfermedades crónicas como la diarrea son las causas inmediatas más importantes de la desnutrición. Los motores de estos factores incluyen la desigualdad para acceder a alimentos en el hogar, malas prácticas de atención y alimentación, agua no potable y falta de saneamiento, y atención médica insuficiente.
Muchos de estos problemas se pueden evitar si se comienza en forma temprana el amamantamiento exclusivo durante los primeros seis meses de vida seguido de prácticas de alimentación infantil nutritiva y equilibrada junto con la complementación de micronutrientes.
No obstante, en Bolivia únicamente el 60% de las madres da de lactar en forma exclusiva durante los seis primeros meses y solamente el 16% de los niños menores de dos años reciben alimentación complementaria; a su vez, solamente el 53% de los niños entre dos y cinco años y el 73% de los menores de dos años recibieron la dosis completaria de hierro.
Mientras que el 73% de los menores de un año recibieron su primera dosis de vitamina A, solo el 40% de los niños de entre uno y cinco años recibieron la segunda dosis. La anemia en los niños de seis meses a dos años llega a un 77%. Aproximadamente un 49% de las mujeres embarazadas o en período de amamantamiento tienen anemia en el país, según datos del informe de Unicef.
Si bien Bolivia desarrolló varias estrategias para mejorar el estado nutricional de los niños, niñas y las madres, las persistentes brechas indican que son insuficientes y que es necesario aplicar medidas basadas en las pruebas que tengan un impacto mayor.
Los tabúes
Según la Agencia de Noticias Fides en los últimos años, los tabúes como amamantar en público por el morbo que supuestamente provoca, optar por leche de fórmula o cuestiones estéticas como la forma que toman los senos después de dar pecho o bien las estrías que pueden llegar a salir han provocado que menos mujeres del área urbana lleven a cabo la lactancia materna.
Esta situación se debe a que las mujeres en el área urbana están sujetas a una mala o escasa información sobre la lactancia materna y se dejan llevar por propagandas televisivas en las que ofrecen leche de fórmula o sucedáneos de la leche materna, estética y prejuicios.
En la zona urbana, las madres están sujetas a informaciones de Marketing, debido a que ven por cable a niños hermosos (consumiendo sucedáneos), pero nada sustituye a la leche materna. Otras dicen que es por la estética porque los senos se ponen flácidos, sale estrías…
Amigos de la Madre y la Niñez
Lourdes Zegarra, de 27 años, está acostada en la cama del hospital y gesticula mientras empieza a sentir los dolores de parto. “Está empezando a doler mucho”, dice. Aunque siente dolor, no parece asustada. Este será el tercer parto de Lourdes. Sus otros dos hijos, de 6 y 3 años, también nacieron en el hospital. Pero Lourdes dice que espera que esta vez sea mejor porque el hospital “Juan de Dios” de Cliza desde entonces cuenta con la certificación de Amigo de la Madre y la Niñez. “Me van a ayudar a amamantar correctamente a mi bebé y mi marido podrá estar presente en el parto. Esto antes no pasaba”, dice.
La iniciativa Hospitales Amigos de la Madre y la Niñez fue lanzada por UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1991 para fomentar prácticas correctas de lactancia materna. Un hospital puede recibir la certificación de Amigo de la Madre y la Niñez después de poner en práctica diez medidas específicas para apoyar una correcta lactancia y de superar una evaluación externa del hospital y su personal.
En Bolivia se incluyó otra medida: regular la publicidad de sustitutos de la leche materna en los hospitales. Las medidas persiguen que las madres comiencen la lactancia materna temprana antes de la primera hora de vida, practiquen la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses y a partir del sexto mes mantengan la lactancia hasta los dos años conjuntamente con una alimentación complementaria equilibrada en términos nutricionales, la cual debe ajustarse a la edad del niño o niña.
Los beneficios de la lactancia materna se comprobaron en forma generalizada. Además de reducir drásticamente las tasas de desnutrición crónica, un bebé que se alimenta exclusivamente de leche materna tiene 14 veces menos de probabilidades de morir durante los primeros seis meses que un bebé que no recibe lactancia materna1.
Hasta ahora, en Bolivia solo 16 hospitales fueron declarados Amigos de la Madre y la Niñez. El hospital de Cliza, ubicado en Cochabamba, se utiliza como modelo. Todo el hospital de Cliza está lleno de carteles en las paredes que fomentan la lactancia materna y prohíben sustitutos de la leche materna, biberones y tetinas gratuitos o de bajo costo.
Tres beneficios de la lactancia materna
El vínculo
La lactancia es un período de la vida en el que la madre ofrece al recién nacido un alimento adecuado a sus necesidades, la leche materna, no sólo considerando su composición sino también en el aspecto emocional, ya que el vínculo afectivo que se establece entre una madre y su bebé constituye una experiencia especial, singular y única.
El sobrepeso
La lactancia materna acelera la recuperación, ya que la madre pierde el peso ganado durante el embarazo más rápidamente y es más difícil que padezca anemia tras el parto. También tienen menos riesgo de hipertensión y depresión posparto.
Beneficio global
La leche materna es una alimento ecológico, lo que significa que no necesita fabricarse, envasarse ni transportarse. Esto supone un ahorro de energía al mismo tiempo que se evita la contaminación del medio ambiente. Además, resulta un ahorro en alimentación a la familia.
*Basado en el informe de Unicef (2000-2017).
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