Análisis
Análisis: Jaime Dunn cotiza al alza (para Claure)



El momento señalado ha llegado y el final no es el declaradopor sus protagonistas (la unidad), aunque seguramente sí era el intuido por la mayoría de los bolivianos, especialmente por aquellos con simpatía por la oposición.
En diciembre se reunieron en el Hotel Europa Carlos Mesa, Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina, tres de los políticos sobre los que ha pivotado la oposición en los últimos 20 años en Bolivia. A ellos se sumó el representante del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, protagonista de la caída de Evo Morales en 2019 y en Chonchocoro desde hace dos años precisamente por ese motivo. Un tiempo después se unieron a la causa Amparo Ballivián y Vicente Cuéllar, ambos con escaso apoyo popular pero cierta cobertura mediática, y aparentemente también el MNR de Johnny Torres y los Demócratas de Rubén Costas, aunque no hubo presentación hotelera para estos dos últimos, que sin duda atesoran una larga trayectoria y un olfato útil para no exponerse demasiado.
La semana pasada empezaron las objeciones de uno de los dos candidatos que básicamente se habían quedado solos en la carrera por la Presidencia. Tuto Quiroga no aceptaba las encuestas y empezaba a argumentar temas jurídicos. El 9 de abril, curiosamente coincidente con el aniversario de la Revolución, hubo noche de cuchillos largos: Edgar Guzmán confirmó que el FRI (sigla nacional aparentemente impoluta) seguiría dando apoyo a Tuto Quiroga; Carlos Mesa se retiró del acuerdo y Samuel Doria Medina convocó a los suyos para presentar al candidato de la Unidad, básicamente, él.
A Doria Medina le queda el apoyo de Cuéllar y la vieja guardia del MIR, los satélites de Mesa, aparentemente la del MNR aunque nunca llegó a Tarija a recibirla, y también la de Luis Fernando Camacho, aunque a nadie se le escapa que tiene su otrora alfil, Rómulo Calvo, muy bien colocado al lado del candidato Manfred Reyes Villa, el cuarto jinete de los últimos 20 años que sin embargo nunca confió en que la unidad fuera posible y se fue por su lado.
El fiasco lo ha certificado además otro de los grandes animadores de la campaña, el millonario Marcelo Claure, afincado en Estados Unidos desde hace tres décadas, al que le entró una repentina ansiedad por sacar al MAS - con quien tuvo muy buenos tratos en el pasado - del Gobierno. En noviembre, inspirado en Elon Musk al que le copió modos en redes sociales, decidió que quería "salvar Bolivia" y ofreció su apoyo a quien fuera el favorito. Hizo encuestas y se sumó a la tesis de la unidad posible, exhortó a los candidatos - a quienes pasó revista uno por uno - a unirse de verdad, pero nada.
Hoy, tras los anuncios de la jornada, colgó una larga letanía en su red social X en la que lamenta la actitud y descarta cualquier apoyo a ese sector, sin embargo, hay otros nombres en carrera.
Aunque ambos lo han disimulado, Claure y Rodrigo Paz son amigos de hace años, sin embargo el empresario ha mostrado predilección por otro de los últimos "jóvenes" en sumarse a la carrera: Jaime Dunn, liberal clásico que comparte tesis de Milei y sobre todo, uno de los elegidos para armar el programa Bolivia 360 que el millonario ha encargado a la factoría de Harvard y que se supone será algo así como su plan de trabajo.
De Jaime Dunn ya hablábamos el fin de semana, pero también hace muchos meses:
- La semana opositora: El paso al frente de Jaime Dunn
- El candidato libertario y otras incógnitas del proceso electoral
Sin duda no es sencillo analizar las opciones ahora, pero los plazos apuran y la opción tradicional parece disolverse. El 18 de abril se inscriben las alianzas. Queda mucha cera por cortar.