Rumbo al 18-O
El cálculo tarijeño del 18-O
Las decisiones que toman los partidos y líderes tarijeños para batirse en las alianzas nacionales dependen siempre de los intereses futuros en la región. De Cardozo a Montes pasando por Ferrufino o Cossío, así calculan



Tarija es tal vez el único departamento en el que las decisiones políticas de ámbito nacional se toman pensando en la elección departamental. El asunto patea a los analistas nacionales y también a los operadores de uno u otro bando, que no acaban de entender ciertas jugadas de lo que suelen considerar peones, o alfiles en el mejor de los casos, pero que en realidad juegan una partida paralela.
En Comunidad Ciudadana, por ejemplo, no entiendan que en 2019 el alcalde de Cercado, Rodrigo Paz, se metiera en la alianza casi de puntillas, y tratando de no sobresalir, y ahora ocupe el puesto de candidato a primer senador – es decir, pega casi asegurada al 100% - pero mantenga el mismo perfil bajo.
En Juntos, y eso que tienen una amplia trayectoria en la política cruceña, no acaban de creer los enojos del exalcalde Óscar Montes o los feos del Gobernador Adrián Oliva a la presidenta Jeanine Áñez.
En el MAS no pueden entender que Álvaro Ruiz alterne con todos los alcaldes del país y tenga línea directa con Evo Morales, pero se desentienda absolutamente de lo que pasa en la campaña electoral de Tarija.
Y ni siquiera en Creemos parecían oler lo que acabaría pasando con su alianza en el departamento tarijeño, donde era evidente que el mensaje y sus actores no concordaban, al menos en la forma.
Cambios de camino
A nivel nacional, la última fecha en la que los partidos podían cambiar sus listas y los candidatos renunciar sin mayores explicaciones ha pasado con extraordinario perfil bajo. En Tarija, sin embargo, se han registrado movimientos de perfil bajo pero en clave interna.
El primero en dar el paso al costado fue Camino al Cambio, enrolado contra natura en la alianza Creemos de Luis Fernando Camacho, que básicamente postula una regeneración política y se sustenta sobre la movilización de la juventud.
El otrora partido poderoso en Tarija está en estado crítico y una derrota sonora le abriría el camino al patíbulo en su plan de renacimiento. De sus tres cabezas, apenas Mauricio Lea Plaza mantiene una actividad intensa en redes, volcado en la fiscalización de la Gobernación; María Lourdes Vaca está desaparecida desde que fuera electa candidata y Mario Cossío dosifica sus intervenciones con cuentagotas y siempre para referirse a asuntos nacionales, no a la política doméstica.
Cossío se desmarca “en post de la unidad” y contra la dispersión, una posición política responsable que le permitirá tener voz más adelante. Ya lo hizo en 2014 y también en 2019, sin necesidad de meterse en ningún conglomerado.
Antes del retorno de Cossío, Camino al Cambio había iniciado un proceso de reconversión a lo municipal, donde tiene todavía ciertos nichos de votación; Cossío, sin embargo, busca proyección nacional. En cualquier caso, los analistas dan casi por descartada una apuesta por la Gobernación.
Los pulsos de Montes
Para una parte, la retirada de candidatos del ala “montista” de las listas de Juntos es un simple movimiento táctico. El exalcalde se aleja de la Presidenta ante un previsible batacazo electoral – sería el tercero que apoya en pocos años – pero deja a otros pesos pesados como Ginna Torres, candidata al Senado, y sobre todo, Víctor Hugo Zamora en el Ministerio. Si hay sorpresa, ellos pueden reivindicar liderazgo local. Si definitivamente hay revolcada, Montes hace lo del “ya lo decía yo”.
Otros, sin embargo, dan total credibilidad al supuesto distanciamiento de Montes y Zamora, con Ginna Torres incluida y alegan como causa los desplantes del primero cuando le han pedido ayuda para intervenir en ciertos escándalos.
Otros, sin embargo, señalan que es una historia similar a la vivida con Paz Pereira, es decir, un cúmulo de exigencias no atendidas que desembocaron en celos y recelos. El hermano de Montes, Amado, sigue siendo Viceministro de Hidrocarburos, pero las señales de distanciamiento crecen.
Ahora bien, la sigla de UNIR pertenece hoy por hoy a Víctor Hugo Zamora, que es el presidente y representante legal. La reconciliación es tan posible como no, ahora, lo que parece descartarse también es el asalto a la Gobernación, por falta de cohesión, entre otras cosas. “Un partido es algo más que un solo hombre” deslizan ya desde las filas de Zamora.
La enésima batalla de Cardozo
El que puede acabar peor parado en este viaje es el asambleísta y candidato a segundo senador por la alianza Juntos, Wilman Cardozo. En 2019, con Mesa y enfrentando en un mano a mano a Carlos Brú, ambos lograron curul, aunque el masista ganó específicamente la votación en el Chaco. Ahora, de la mano de Áñez, el asunto se antoja más complejo.
Los números no le dan, por lo que Cardozo tendrá que optar o por el retiro anunciado varias veces o por un nuevo acomodo departamental, al que llegará por primera vez sin vitola de ganador. Esto hace casi inviable que vaya a pugnar por ser el primer Ejecutivo Regional del Chaco electo en las ánforas, pero también dificulta un posible binomio con Adrián Oliva para la Gobernación de Tarija.
Oliva se está fajando en la pandemia y ha marcado distancias con Áñez por las desavenencias e incumplimientos luego de que su agrupación asumiera el costo de dejar a Mesa y respaldar a Juntos. Con todo, la complejidad que se avecina y la falta de alternativas juega a su favor.
El MAS, a la espera
En Tarija, la vieja guardia del MAS también mira con incertidumbre los acontecimientos nacionales y hace cálculos sobre lo que puede venir después. El grupo “invitado” de Milcíades Peñaloza y compañía ha desaparecido del escenario público y aguarda agazapado detrás de Walter Ferrufino, el subgobernador de O´Connor, que ha asumido la jefatura de campaña para esta elección. Al otro lado, Álvaro Ruiz capitanea el equipo formado por alcaldes y algunos dirigentes orgánicos de las matrices que aun sobreviven a los embates.
Ferrufino es más radical, pero lo cierto es que no logró movilizar un solo bloqueo en agosto y tampoco genera propuestas o articula una oposición local. Ruiz, por su parte, administra los tiempos y ha encontrado altavoces en el plano nacional desde donde hacer crítica al Gobierno. “Pero no dice de facto”, apuntan sus críticos en el partido.
Las opciones de cualquiera de los dos bandos de cara a la departamental dependerán de la tarea que hagan en la nacional, básicamente de que el MAS logre ganar o, al menos, no desaparecer.