¿La política ha regresado?
En La Mano del Moto nos replegamos luego de la última edición del 22 de marzo, día en que se dictó la cuarentena total en el país, porque entendimos que se venía una situación grave y que era mejor concentrar los esfuerzos periodísticos en ello y dejar el análisis político para más...



En La Mano del Moto nos replegamos luego de la última edición del 22 de marzo, día en que se dictó la cuarentena total en el país, porque entendimos que se venía una situación grave y que era mejor concentrar los esfuerzos periodísticos en ello y dejar el análisis político para más adelante.
Por unos días pareció que realmente todas las fuerzas y sectores del país iban a remar en una dirección para hacer frente a la pandemia, pero duró poco. En Tarija, en Bolivia y en el mundo entero, salvo honrosas excepciones, la pandemia y la política andan íntimamente ligados de la mano, porque también detrás de cada decisión de la salud, hay unos principios. O unos intereses.
El Gobierno dispuso unos días de todo el espacio político y mediático para hacer lo que supo. Y lo hizo. Los contagios han pasado de 27 a 1.470 y los agobios económicos resultan difíciles de cubrir con bonos de 500 pesitos. La estrategia médica fracasó en el control y la política ha definido que lo mejor ahora es “democratizar” la decisión sobre la impopular, pero prudente, cuarentena, que ahora pasa a catalogarse como “dinámica”. Alcaldes y Servicios Departamentales de Salud, sin capacidad de hacer pruebas y por tanto, tener mapas reales, deberán definir el nivel de riesgo y comunicarlo al Ministerio, que se lavará las manos.
La oposición solo tenía que sentarse a esperar, porque ningún Gobierno sale indemne de una crisis como esta, peor en una situación de precaria legitimidad. Pero no. Al MAS, que destila más angurria de poder que conocimiento aritmético, le ha cubicado convocar elecciones en 90 días sin mayor relato que el de “porque sí”. Una idea que no ha calado entre las clases medias que se supone debía seducir para tratar de volver a ser lo que fue.
Por el medio: insultos, presiones, detenciones, asfixias económicas, precariedad y vértigo.
La cuestión es que en La Mano tenemos cosas que decir que no gustarán a todo el mundo, por descontado. La cuestión es que no es tiempo de silenciarnos más de lo que ya nos quieren silenciar, como recuerdan los compañeros de la ANP. La cuestión, también, es que hoy es 3 de mayo, día de la Libertad de Prensa, y que en este país la Libertad de Prensa no goza de buena salud. La cuestión es también que nosotros tenemos un compromiso con ustedes que cumplir. Algo por agitar. Otro punto de vista que explorar. Así que aquí volvemos.
Por unos días pareció que realmente todas las fuerzas y sectores del país iban a remar en una dirección para hacer frente a la pandemia, pero duró poco. En Tarija, en Bolivia y en el mundo entero, salvo honrosas excepciones, la pandemia y la política andan íntimamente ligados de la mano, porque también detrás de cada decisión de la salud, hay unos principios. O unos intereses.
El Gobierno dispuso unos días de todo el espacio político y mediático para hacer lo que supo. Y lo hizo. Los contagios han pasado de 27 a 1.470 y los agobios económicos resultan difíciles de cubrir con bonos de 500 pesitos. La estrategia médica fracasó en el control y la política ha definido que lo mejor ahora es “democratizar” la decisión sobre la impopular, pero prudente, cuarentena, que ahora pasa a catalogarse como “dinámica”. Alcaldes y Servicios Departamentales de Salud, sin capacidad de hacer pruebas y por tanto, tener mapas reales, deberán definir el nivel de riesgo y comunicarlo al Ministerio, que se lavará las manos.
La oposición solo tenía que sentarse a esperar, porque ningún Gobierno sale indemne de una crisis como esta, peor en una situación de precaria legitimidad. Pero no. Al MAS, que destila más angurria de poder que conocimiento aritmético, le ha cubicado convocar elecciones en 90 días sin mayor relato que el de “porque sí”. Una idea que no ha calado entre las clases medias que se supone debía seducir para tratar de volver a ser lo que fue.
Por el medio: insultos, presiones, detenciones, asfixias económicas, precariedad y vértigo.
La cuestión es que en La Mano tenemos cosas que decir que no gustarán a todo el mundo, por descontado. La cuestión es que no es tiempo de silenciarnos más de lo que ya nos quieren silenciar, como recuerdan los compañeros de la ANP. La cuestión, también, es que hoy es 3 de mayo, día de la Libertad de Prensa, y que en este país la Libertad de Prensa no goza de buena salud. La cuestión es también que nosotros tenemos un compromiso con ustedes que cumplir. Algo por agitar. Otro punto de vista que explorar. Así que aquí volvemos.