Alianzas: riesgos, trampas y estafas rumbo a las departamentales
En medio de la vorágine electoral nacional, la carrera por las departamentales ha iniciado de forma más o menos soterrada, muchas veces de forma muy explícita, en gran parte condicionada por lo que resulte de la pugna entre Evo Morales y el resto. Si algo le ha funcionado bien al...



En medio de la vorágine electoral nacional, la carrera por las departamentales ha iniciado de forma más o menos soterrada, muchas veces de forma muy explícita, en gran parte condicionada por lo que resulte de la pugna entre Evo Morales y el resto.
Si algo le ha funcionado bien al oficialismo en la estrategia electoral al Movimiento Al Socialismo ha sido el adelanto de la convocatoria, incluyendo las Primarias y la aceleración en la conformación de las alianzas.
La electoralización formal del país ha contribuido al agotamiento de mensajes que inicialmente tenían fuerza, como el del 21F, pero sobre todo, ha evidenciado las miserias en la oposición, incapaz de coordinar un proyecto común pese a asegurar que comparten el objetivo.
[caption id="attachment_491380" align="aligncenter" width="300"] Para las nacionales MNR, CDC y UNIR dialogaron sin llegar a acuerdo[/caption]
La aceleración se está repitiendo en las elecciones subnacionales, que se celebrarán en el primer trimestre de 2020 y que ya tienen marcado el primer hito en el calendario: hasta el 30 de septiembre se deben presentar las alianzas que pretendan concurrir a esa convocatoria.
La conformación de alianzas, en realidad, no limita la participación de nadie, pues la figura de los “invitados” es común, y quien sea puede presentarse al cobijo de otras siglas sin necesidad de mostrar militancia ni nada similar. Sin embargo, si puede afectar seriamente sacrificar unas siglas para lograr beneficios personales.
La alianza
La Unidad Departamental Autonomista (UD-A), que se “inspiró” en la alianza nacional que sumó a los Demócratas de Rubén Costas y la Unidad Nacional de Samuel Doria Medina en 2014 pero cediendo el protagonismo a los actores locales tarijeños ganó las elecciones de 2015 en una segunda vuelta holgada frente a Pablo Canedo luego de sumar a Luis Alfaro y su Tarija Para Todos, que en primera vuelta sumó un 13 por ciento sobre todo de descontentos del MAS.
La alianza duró las horas del fuego. Luego de cuatro años de interinato de Lino Condori había cierta angurria de poder en ciertos sectores que se vieron “desposeídos”, y en sus ambiciones se toparon con un Gobernador, Adrián Oliva, que tenía su propia hoja de ruta y que no estaba dispuesto a cometer los mismos errores que sus antecesores.
Aquella alianza, inicialmente conformada alrededor de Óscar Montes y UNIR, que acabó bajándose él de la primera línea, pero también a todo el aparato, no tiene solución de continuidad en la coyuntura actual, y mientras unos se esfuerzan en seguir atomizando la oposición al MAS en Tarija, los otros se frotan las manos ante el inminente botín.
[caption id="attachment_491360" align="aligncenter" width="300"] Rodrigo Paz no definió alianzas, pese al acercamiento con Mesa[/caption]
La carrera
Al momento, hay dos bloques en carrera con posibilidades de alcanzar el objetivo.
El primero es del Gobernador Adrián Oliva, que con su agrupación Todos tiene claro el objetivo de la reelección para el que está bien posicionado luego de una gestión complicada por la herencia recibida, por el “asedio” masista y por las actitudes de sus iniciales aliados.
El segundo es el Movimiento Al Socialismo (MAS), que en las convocatorias anteriores ha probado con candidatos de diferentes perfiles con diferentes resultados y nunca del todo bien conectados al contexto en Tarija.
Ambos partidos han apostado fuerte en la nacional. El MAS porque es su sino, Oliva por la opción de Carlos Mesa. El MAS es el único partido con verdadera implantación en todo el territorio nacional y Carlos Mesa, por el momento, la única opción viable como alternativa.
El MAS tiene opciones de triunfo en lo nacional, lo que impulsaría de inmediato la opción del voto útil – agotado de ser oposición en Tarija; Oliva, de ganar Mesa, se consolidaría como el hombre de las buenas decisiones dando esa opción del “gobierno amigo de Tarija” que se ha buscado colocar.
Terceras vías
Las opciones de Todos y de MAS cuentan con una ventaja cualitativa; ambos tienen una implantación real en el Chaco, una región que concentra el 35 por ciento de la población y donde además la política se vive mucho más visceralmente, sin tanto adorno. En ese sentido, no contar con aliados en ese territorio resta opciones a cualquier alternativa.
Con todo, diferentes fuerzas han presentado credenciales para aspirar a la pugna electoral departamental ahora que parece que no habrá grandes alianzas tras haber trascendido varias líneas rojas en la escenificación de las discrepancias.
La que con más fuerzas lo ha pregonado es UNIR de Óscar Montes, si bien a la vez que se ha presentado como opción ha puesto vendas por anticipado, como aquello de reservar “los mejores candidatos para lo municipal”, o lo de que hay que garantizar el control de la Asamblea, algo que se ve sencillamente como utópico.
Montes no tiene Chaco, pero pivota en torno a una posible alianza que tiene difícil correlato en lo nacional. De hecho, Montes ha apostado a Óscar Ortiz (Bolivia Dijo No), y sus resultados en Tarija son extraordinariamente bajos. Montes pareció borrarse de la campaña cuando dijo que no pondría candidatos, pero resultó que sí puso.
Dijo que iría en campaña hasta el final y por el momento apenas han aparecido a algún acto en calidad de invitado, cuidando muy mucho el colorido y la disposición. Un 5 o 6 por ciento, que es lo que las encuestas le dan al candidato de Montes no solo dejaría tocado el proyecto departamental, sino que arrojaría muchas dudas sobre la viabilidad de un retorno a la política municipal.
En el esquema de Montes entran posibles alianzas con fuerzas locales para desplazar a Oliva del eje, entre ellas el MNR y Camino al Cambio. Sin embargo, ambas opciones también tienen proyecto departamental por delante.
En el caso del MNR, Johnny Torres se la ha jugado fuerte a lo nacional poniendo un candidato como Virginio Lema, ex mirista, y arriesgando la sigla del partido nonagenario. Torres además mantiene su idilio con las encuestas. Siempre es un opositor bien valorado por el público, más que por sus pares, lo que le lleva a una posición incómoda ante cualquier negociación. Torres tampoco tiene Chaco, pero no necesita arriesgar ni plegarse a otras fuerzas para tratar de medrar.
Camino al Cambio, con Mauricio Lea Plaza al frente, está al borde de una de las decisiones más importantes de su carrera. El efecto buscado con una supuesta reformulación del “partido de Cossío” no ha acabado de cuajar y la tesis de la crisis total que vive el departamento solo parece abonar el camino para el desembarco del MAS en Tarija, siempre que Morales vuelva a presidir y se cumpla de verdad aquello del hartazgo de la resistencia.
Para Mauricio, unirse a Montes es asumir un desgaste propio de las propias dobleces de Montes, siempre muy observado por una supuesta “funcionalidad” al Movimiento Al Socialismo, o al menos por su habilidad para dividir y acabar bien con todos. La otra opción es convertir a CDC en un partido municipalista, donde tiene mucho más margen de crecimiento, pero también muchas más barreras.
[caption id="attachment_491358" align="aligncenter" width="300"] Luis Alfaro no está de vacaciones[/caption]
Tercera vía es también Luis Alfaro, aparentemente sin sigla luego de la aventura con Tarija para Todos del 2015 con la que sacó unos muy buenos resultados y ofreció la victoria a Oliva con la alianza en segunda vuelta, pero cuya importancia ha capitalizado poco tras su salida de la Gobernación.
En cualquier caso, si hay algo seguro es que quien fuera el masista más influyente de Tarija, junto a Julia Ramos, participará en las elecciones en oposición al Movimiento Al Socialismo, con quienes disputan un electorado similar.
En liza está también “Primero la Gente”, que sorprendentemente se sacó la personería departamental, aunque parecía ser un instrumento exclusivo para terciar por la Alcaldía de Cercado. Los últimos movimientos tácticos del alcalde Rodrigo Paz han venido a alivianar la carga negativa acumulada desde la soberbia en los años de gestión, pero todavía queda mucho de activo tóxico a la hora de sumarlo a una alianza, que en este caso solo podría barajar la agrupación Todos de Adrián Oliva.
Ha hecho bien Paz en reconocer que lo del “mástil fue un error”, aunque la declaración se limite al criterio de oportunidad, y bien le vino la renuncia de su padre al PDC, que arrastraba a su fuerza a impulsar esa candidatura, para unirse a Mesa sin siquiera firmar un documento de convenio. No queda claro, sin embargo, que Todos acabe configurando una alianza en ese plano, que le restaría capacidad de acción en lo municipal sin saber qué sumar.
El calendario está definido y los estrategas de uno y otro partido hacen cuentas para no dar un paso en falso. En cualquier caso, el antecedente de estas aceleraciones es reciente, las primarias de enero. Cuanto hayan aprendido unos y otros sobre ello será lo definitivo.
Si algo le ha funcionado bien al oficialismo en la estrategia electoral al Movimiento Al Socialismo ha sido el adelanto de la convocatoria, incluyendo las Primarias y la aceleración en la conformación de las alianzas.
La electoralización formal del país ha contribuido al agotamiento de mensajes que inicialmente tenían fuerza, como el del 21F, pero sobre todo, ha evidenciado las miserias en la oposición, incapaz de coordinar un proyecto común pese a asegurar que comparten el objetivo.
[caption id="attachment_491380" align="aligncenter" width="300"] Para las nacionales MNR, CDC y UNIR dialogaron sin llegar a acuerdo[/caption]
La aceleración se está repitiendo en las elecciones subnacionales, que se celebrarán en el primer trimestre de 2020 y que ya tienen marcado el primer hito en el calendario: hasta el 30 de septiembre se deben presentar las alianzas que pretendan concurrir a esa convocatoria.
La conformación de alianzas, en realidad, no limita la participación de nadie, pues la figura de los “invitados” es común, y quien sea puede presentarse al cobijo de otras siglas sin necesidad de mostrar militancia ni nada similar. Sin embargo, si puede afectar seriamente sacrificar unas siglas para lograr beneficios personales.
La alianza
La Unidad Departamental Autonomista (UD-A), que se “inspiró” en la alianza nacional que sumó a los Demócratas de Rubén Costas y la Unidad Nacional de Samuel Doria Medina en 2014 pero cediendo el protagonismo a los actores locales tarijeños ganó las elecciones de 2015 en una segunda vuelta holgada frente a Pablo Canedo luego de sumar a Luis Alfaro y su Tarija Para Todos, que en primera vuelta sumó un 13 por ciento sobre todo de descontentos del MAS.
La alianza duró las horas del fuego. Luego de cuatro años de interinato de Lino Condori había cierta angurria de poder en ciertos sectores que se vieron “desposeídos”, y en sus ambiciones se toparon con un Gobernador, Adrián Oliva, que tenía su propia hoja de ruta y que no estaba dispuesto a cometer los mismos errores que sus antecesores.
Aquella alianza, inicialmente conformada alrededor de Óscar Montes y UNIR, que acabó bajándose él de la primera línea, pero también a todo el aparato, no tiene solución de continuidad en la coyuntura actual, y mientras unos se esfuerzan en seguir atomizando la oposición al MAS en Tarija, los otros se frotan las manos ante el inminente botín.
[caption id="attachment_491360" align="aligncenter" width="300"] Rodrigo Paz no definió alianzas, pese al acercamiento con Mesa[/caption]
La carrera
Al momento, hay dos bloques en carrera con posibilidades de alcanzar el objetivo.
El primero es del Gobernador Adrián Oliva, que con su agrupación Todos tiene claro el objetivo de la reelección para el que está bien posicionado luego de una gestión complicada por la herencia recibida, por el “asedio” masista y por las actitudes de sus iniciales aliados.
El segundo es el Movimiento Al Socialismo (MAS), que en las convocatorias anteriores ha probado con candidatos de diferentes perfiles con diferentes resultados y nunca del todo bien conectados al contexto en Tarija.
Ambos partidos han apostado fuerte en la nacional. El MAS porque es su sino, Oliva por la opción de Carlos Mesa. El MAS es el único partido con verdadera implantación en todo el territorio nacional y Carlos Mesa, por el momento, la única opción viable como alternativa.
El MAS tiene opciones de triunfo en lo nacional, lo que impulsaría de inmediato la opción del voto útil – agotado de ser oposición en Tarija; Oliva, de ganar Mesa, se consolidaría como el hombre de las buenas decisiones dando esa opción del “gobierno amigo de Tarija” que se ha buscado colocar.
Terceras vías
Las opciones de Todos y de MAS cuentan con una ventaja cualitativa; ambos tienen una implantación real en el Chaco, una región que concentra el 35 por ciento de la población y donde además la política se vive mucho más visceralmente, sin tanto adorno. En ese sentido, no contar con aliados en ese territorio resta opciones a cualquier alternativa.
Con todo, diferentes fuerzas han presentado credenciales para aspirar a la pugna electoral departamental ahora que parece que no habrá grandes alianzas tras haber trascendido varias líneas rojas en la escenificación de las discrepancias.
La que con más fuerzas lo ha pregonado es UNIR de Óscar Montes, si bien a la vez que se ha presentado como opción ha puesto vendas por anticipado, como aquello de reservar “los mejores candidatos para lo municipal”, o lo de que hay que garantizar el control de la Asamblea, algo que se ve sencillamente como utópico.
Montes no tiene Chaco, pero pivota en torno a una posible alianza que tiene difícil correlato en lo nacional. De hecho, Montes ha apostado a Óscar Ortiz (Bolivia Dijo No), y sus resultados en Tarija son extraordinariamente bajos. Montes pareció borrarse de la campaña cuando dijo que no pondría candidatos, pero resultó que sí puso.
Dijo que iría en campaña hasta el final y por el momento apenas han aparecido a algún acto en calidad de invitado, cuidando muy mucho el colorido y la disposición. Un 5 o 6 por ciento, que es lo que las encuestas le dan al candidato de Montes no solo dejaría tocado el proyecto departamental, sino que arrojaría muchas dudas sobre la viabilidad de un retorno a la política municipal.
En el esquema de Montes entran posibles alianzas con fuerzas locales para desplazar a Oliva del eje, entre ellas el MNR y Camino al Cambio. Sin embargo, ambas opciones también tienen proyecto departamental por delante.
En el caso del MNR, Johnny Torres se la ha jugado fuerte a lo nacional poniendo un candidato como Virginio Lema, ex mirista, y arriesgando la sigla del partido nonagenario. Torres además mantiene su idilio con las encuestas. Siempre es un opositor bien valorado por el público, más que por sus pares, lo que le lleva a una posición incómoda ante cualquier negociación. Torres tampoco tiene Chaco, pero no necesita arriesgar ni plegarse a otras fuerzas para tratar de medrar.
Camino al Cambio, con Mauricio Lea Plaza al frente, está al borde de una de las decisiones más importantes de su carrera. El efecto buscado con una supuesta reformulación del “partido de Cossío” no ha acabado de cuajar y la tesis de la crisis total que vive el departamento solo parece abonar el camino para el desembarco del MAS en Tarija, siempre que Morales vuelva a presidir y se cumpla de verdad aquello del hartazgo de la resistencia.
Para Mauricio, unirse a Montes es asumir un desgaste propio de las propias dobleces de Montes, siempre muy observado por una supuesta “funcionalidad” al Movimiento Al Socialismo, o al menos por su habilidad para dividir y acabar bien con todos. La otra opción es convertir a CDC en un partido municipalista, donde tiene mucho más margen de crecimiento, pero también muchas más barreras.
[caption id="attachment_491358" align="aligncenter" width="300"] Luis Alfaro no está de vacaciones[/caption]
Tercera vía es también Luis Alfaro, aparentemente sin sigla luego de la aventura con Tarija para Todos del 2015 con la que sacó unos muy buenos resultados y ofreció la victoria a Oliva con la alianza en segunda vuelta, pero cuya importancia ha capitalizado poco tras su salida de la Gobernación.
En cualquier caso, si hay algo seguro es que quien fuera el masista más influyente de Tarija, junto a Julia Ramos, participará en las elecciones en oposición al Movimiento Al Socialismo, con quienes disputan un electorado similar.
En liza está también “Primero la Gente”, que sorprendentemente se sacó la personería departamental, aunque parecía ser un instrumento exclusivo para terciar por la Alcaldía de Cercado. Los últimos movimientos tácticos del alcalde Rodrigo Paz han venido a alivianar la carga negativa acumulada desde la soberbia en los años de gestión, pero todavía queda mucho de activo tóxico a la hora de sumarlo a una alianza, que en este caso solo podría barajar la agrupación Todos de Adrián Oliva.
Ha hecho bien Paz en reconocer que lo del “mástil fue un error”, aunque la declaración se limite al criterio de oportunidad, y bien le vino la renuncia de su padre al PDC, que arrastraba a su fuerza a impulsar esa candidatura, para unirse a Mesa sin siquiera firmar un documento de convenio. No queda claro, sin embargo, que Todos acabe configurando una alianza en ese plano, que le restaría capacidad de acción en lo municipal sin saber qué sumar.
El calendario está definido y los estrategas de uno y otro partido hacen cuentas para no dar un paso en falso. En cualquier caso, el antecedente de estas aceleraciones es reciente, las primarias de enero. Cuanto hayan aprendido unos y otros sobre ello será lo definitivo.