Gómez Úzqueda, de fichaje mediático a la incertidumbre
Cuando el Gobernador Adrián Oliva anunció la contratación del cruceño Boris Gómez Úzqueda como nuevo secretario de Hidrocarburos de la Gobernación de Tarija se confirmó el primer salto a la gestión pública de este licenciado,



economista y especializado en hidrocarburos luego de un no tan largo recorrido por la vitrina de la política opinativa sin mancha.Gómez Úzqueda, asiduo a los Congresos, conocía bien los protocolos de la puesta de largo. La escena. Los discursos que comprometen evaluaciones, auditorías y planes compartidos y analizados con expertos y construidos con la participación social, como mandan los manuales de la nueva política, ya vieja. A Gómez Úzqueda, a diferencia de la mayoría de sus compañeros de gabinete, se le preveía un perfil político alto.Gómez Úzqueda, columnista prolífico y dispar, tan pronto escribiendo para El Nacional venezolano que para El Diario o La Patria de Oruro, tiene una aproximación completa al mercado de los hidrocarburos desde una óptica concreta, la del libre mercado, la de la globalización, la de Fundación Jubileo, Zaratti o Garafulic, pero con los matices propios de quien quiere desarrollarse en Bolivia, o proyectarse desde Bolivia, con todos sus discursos de nacionalización e intervención del Estado mientras desfilan transnacionales de todos colores por el frente.El secretario de Hidrocarburos, transmutado en “de Energía” en su propia red social, más acorde a los nuevos tiempos que lo consideran redundante, es también un tuitero adicto, 125.000 tuits, con cuenta verificada y con las dosis habituales del egocentrismo que se gasta en estas redes, pero con un uso muy profesional. La selfie de rigor después de cada reunión de nivel es casi una religión. Comparte noticias de relevancia mundial en el sector energético, comparte noticias de Tarija sobre él y su secretaría o empresas dependientes y comparte, como para darle el toque personal que requieren las cuentas con ambiciones, los actos políticos personales, reuniones y participaciones en actos concretos. La última, la presencia en la marcho por el NO en Tarija junto al también secretario Rubén Ardaya y al ex secretario de Economía de Santa Cruz, Carlos Schlink. Y es que Boris es un opositor, de los clásicos, de los de derechas de toda la vida, de los de saco y corbata y que saluda las victorias de Mauricio Macri en Argentina, de Mariano Rajoy en España y jalearía a Lasso en Ecuador si no fuera porque ahora ocupa funciones públicas delicadas y debe acomodarse a los nuevos tiempos de la participación popular, la Asamblea y la consulta previa. A mancharse los zapatos, tarea a la que se ha dedicado con gusto en los nueve meses que lleva en el gabinete de Adrián Oliva, visitando comunidades alejadas y estrechando manos huesudas con el rostro iluminado de quien descubre por primera vez, como niño ante su primer chocolate.En este tiempo, Gómez dijo que trabajaría desde Yacuiba, pidió informe sobre la Planta Separadora de Líquidos, que no hay, pidió informe sobre los planes del Ministerio sobre la exploración en Tariquía, que tampoco, dijo que modernizaría Setar, y está a punto de implosionar, ha enterrado definitivamente las posibilidades de sociedad con YPFB, de lo que ya no se habla, y no está claro cuál va a ser la estrategia para poner en agenda los reclamos que piden un precio diferenciado para la energía al pie de la Termoeléctrica del Sur que la producen del precio a mil kilómetros, con toda la pérdida por transporte que supone.Incahuasi, ya en producción en Santa Cruz, sustituirá con el tiempo a San Alberto y San Antonio en la exportación a Brasil, pero tampoco parece ser un problema, Tarija se frena por culpa de los hidrocarburos pero la respuesta, al menos en el corto plazo, debe llegar desde los hidrocarburos. 2017 parece un año propicio para que la cartera cobre la relevancia que se le supone.