Tarija, un campo de minas
A medida que pasan los meses, el ejecutivo de Adrián Oliva vuelve a desinflarse, tal como le pasara al anterior, sin que nuevos rostros insuflen energía o las viejas, contundencia. La situación económica es grave y la voluntad del Gobierno Central a colaborar, a pesar de que el propio...



El Gobernador Oliva camina en un campo minado, rodeado por hordas que le exigen movimiento con un objetivo evidente. No solo los enemigos. El Prosol, el equilibrio de fuerzas en la Asamblea, el ajuste de cuentas con la gestión de Lino Condori, Mario Cossío y las alianzas con barrios asentados forman parte de esos terrenos pedregosos y resbaladizos que son la política, y que esconden detonaciones a cada paso en falso.Solo en las últimas semanas se han sembrado, a saber, otras tres bombas de relojería: El posible fracaso en la votación del Estatuto chaqueño, la incursión del debate de la distribución del 45 por ciento de las regalías a las provincias productoras que se cuela en el debate del Pacto Fiscal y la inminente rendición en el tema del Plan de Rescate.El Gobernador Adrián Oliva no ha dudado en dar el respaldo al Estatuto chaqueño de la mano de su aliado en la región, Wilman Cardozo, pero en la recta final las dudas han aparecido y los chaqueños se cuestionan las urgencias para aprobar un Estatuto que hará del Gran Chaco tres chacos más pequeños. El ex alcalde Carlos Brú, quizá descubierto en sus afanes, intentó poner la venda antes de la herida en pleno cierre de campaña señalando que Oliva “nunca quiso la autonomía regional”, una declaración sin sentido teniendo en cuenta que en este caso ambos apoyan lo mismo. En el reparto de responsabilidades luego de lo que pase hoy mismo todos tendrán mucho que decir.El otro tema minado es el que se ha colado en los debates del Pacto Fiscal, que cuenta con un plan diseñado al detalle pero que va a encontrar numerosas piedras en el camino, pues ni aun reduciendo el número de actores, la Gobernación ha podido garantizarse una mayoría. La mayoría valluna pide que se modifique el acuerdo que otorga el 45 por ciento de todos los recursos hidrocarburíferos a la región del Chaco, independientemente de en qué provincia se explote. Mario Cossío y Wilman Cardozo son responsables directos de esa Ley gestionada en el Congreso en plena efervescencia revolucionaria y que beneficiaba a una región por demás olvidada. Hoy la coyuntura es diferente, pero en tiempos de escasez nadie quiere verse perjudicado. Difícilmente la Gobernación podrá eludir ese debate.La tercera mina pasa por la elevación a los terrenos de la política un aspecto esencialmente técnico como es el Plan de Rescate Financiero para Tarija, que tiene demasiadas obras iniciadas a lo largo y ancho del departamento fruto de una gestión irresponsable como la de Lino Condori y que amenazan con convertirse en plata botada contante y sonante. La solución pasaba por un crédito de unos 300 millones de dólares, muy inferior a los que se han concedido a otras instituciones públicas de beneficio cuestionable. El propio Luis Arce Catacora reconoció la situación de crisis en Tarija y sin embargo, nada. La decisión ahora deberá recabar el apoyo político del viejo lobo Juan Ramón Quintana y que evidentemente, no será gratis, políticamente hablando.Oliva lleva ya muchos meses en el alambre mientras sus críticos no consiguen hacerlo caer. Lo peor de la crisis parece haber pasado e incluso se prevé que suba el petróleo en los próximos meses. ¿Concederá el ministro Quintana una tregua o respaldará la estrategia suicida de Arce Catacora, que hasta el momento incurre en la denegación de auxilio tras diagnosticar la parada?