Gabriela de Troya y la guerra de los más
La predicción viene incluso desde 2006. La victoria contra el viejo sistema había sido demasiado aplastante. Por ello, se preveía el final de los más mas provendría de una implosión más que de una agresión externa, sólo restaba saber más o menos cuándo.



Y, como no pasó en una década, todo indica que tras, unas pugnas iniciales, la guerra de aparatos se ha desatado entre los poderosos. Los trascendidos señalan que la tragedia azul empezó cuando el hombre del nuevo aparato frustró el rapto de Gabriela de Troya a Brasil. Todo se había planificado meticulosamente para que la incómoda dama y sus encantos secretos partiesen rumbo a tierras cariocas o paulistas. Pero apareció don Carlos, con su reconformado equipo policiaco, y dijo: “No, mi rey, de aquí no se mueve nadie, piensen en la guagua”. Aquella decisión se transformó en una famosa gresca entre JuanRa y Carlos, pendencia entre dos ministros que tuvo marcado éxito en las redes sociales. No fue un simple cruce de golpes, sino una mutua amenaza de guerra. No sólo eran dos miembros del gabinete, sino dos sectores claramente distanciados y organizados. El amigo de los “padrinos” del norte contra el amigo de los “padrinos” del este y el sur. El camarada de los uniformes plomos contra el doctor de los uniformes verde olivo. Hormonas amazónicas contra neuronas Hobbit. A casi cinco meses de aquel veloz pugilato hoy se observan combates entre aquellos aparatos casi cada día. Baste revisar las noticias sobre la más reciente audiencia por el caso Illllanes y la confrontación que hubo entre fiscales de JuanRa y los abogados de Carlos. Es la guerra, la guerra misma.La guerra entre los más mas estalló precisamente cuando la sangre llegó al altiplano. Fue una desaparición demasiado conveniente para unos e íntimamente perjudicial para otros, bajo el más frío cálculo político. Y, por ello, la guerra se muestra incontrolable. Los aparatos y semi aparatos de los hombres más influyentes en el poder se hallan en constante alerta y movilización. Cada sector calcula sus pasos, sus alianzas y el momento de dar los golpes. A los dos bandos ya nombrados se suman el de don David Jacha Inca y el del “Vice” platinado. Hay dos o tres más pequeños, pero que podrían servir mucho en el momento de las definiciones. Allí van, por ejemplo, don Héctor y sus tinterillos o don Alfredo y sus sindicateros. Y todos están en guerra.No por nada, apesadumbrado, con angustia apenas disimulada, “el jefazo” declaró el 11 de octubre en Cobija: “Esto va a los militantes y para autoridades elegidas. Hermanas y hermanos, quiero decirles que la envidia, la codicia y la ambición pueden dar un retroceso a nuestra revolución”. Para entonces apenas se habían calmado sostenidas escaramuzas nada menos que entre don Carlos y el Fiscal Máximo (reconocido guerrero del “vice”).Así, sin freno que valga a estas alturas, los frentes de batalla se han multiplicado. Tres contra uno, dos contra dos, todos contra todos…todas las fórmulas valen. Baste, como ejemplo de esto último, las elecciones para el rectorado de la universidad paceña. El frente de Carlos, quien en los años 90 fuera inamovible dirigente fulero, se alinea con un ex polémico pero poderoso ejecutivo universitario. Éste tuvo, en aquellos años mozos, como padrinos recurrentes a potentados del MIR y el MNR. Y en esos azarosos años 90, Carlos, el dirigente estudiantil, también. Se sabe, además, de lazos familiares muy cercanos. El actual oficialismo de aquella casa superior de estudios responde al “vice”. Se organizó en base a crecientes intercambios de favores. Postgrados, maestrías, avaluación y construcción de polémicos proyectos. Licenciaturas, sí, síí, esas licenciaturas taaan polémicas para el “vice”.Un tercer frente azul articula a simpatizantes de don Héctor y organizaciones menores. Está liderado por un profesional en construcciones con especial vocación para palacios. Pero claro, aunque tiene dinero, su sueño siempre fue encabezar la “U”.Hay más guerritas dentro de la gran guerra. En la poderosa COB, por ejemplo, la gente del Jacha Inca David decidió pelar sables después de lo que pasó en Enatex y ciertos silencios. El ritmo es “a ver si dejan de menospreciarnos”. En filas de las hoy acorraladas cooperativas, se sabe que hay quienes sostienen conversaciones por línea exclusiva con gente de JuanRa. Sin embargo, también emergió el grupo “mecha lenta” que presiona al Jacha Inca porque, como siempre, aseguran: “Gracias a nosotros están en el poder y también gracias a nosotros podrían irse del poder”. La guerra ha llegado también a los medios de comunicación, eso bien sabido es. Pero lo novedoso constituye las batallas que se han desatado incluso dentro de los medios. Doce trabajadores, incluido un director afín al jacha inca y se dice que al jefazo, fueron retirados de un poderoso diario. Allí al parecer los ejecutivos perdieron la razón. La directora, amiguísima del “vice” plantinado, se halla atormentada por el pleito. Ventas de acciones, suspensión de pagos de algunas empresas estatales, inicio de procesos legales conmueven al matutino paraoficialista paceño de circulación nacional.Y en la guerra no faltan los pitazos. Quedaba la afrenta de aquel que, curiosamente, salió de la mismísima Contraloría (tan afín al vice) y golpeó al sector de David Jacha Inca por los fondos indígenas. Pues lo que se hace se paga, y con alfombras persas, vidrios blindados, ascensores exclusivos. Sin duda, un documentito clandestino golpeó en la nuca al endeudado ministro de finanzas, también afín al “vice”, justo cuando quería estrenar su edificio. Es la guerra, la guerra en la que todos los aparatos se mueven.Mientras tanto, don Guito Moldiz, jefe máximo de los servicios plurinacionales de contraespionaje y máxima predicción revolucionaria, continúa con su manía por las “selfis”. La última, algo erótica, le fue infiltrada por aprendices de otro servicio de inteligencia, al parecer más serio. Al verla, reproducida en las redes sociales, varias pundonorosas damas sacaron una conclusión: “Tiene un aparatito muy chiquitito”. Con razón Gabriela de Troya ni lo mencionó. Pero bueno, la guerra de los más mas da para todo.