La Madre Tierra, el MAS y la disonancia cognoscitiva
¿Padecen los políticos bolivianos de un marcado síndrome de disonancia cognoscitiva?



Al parecer desde hace décadas este problema se volvió un mal infectocontagioso que afecta irremediablemente a quien se aproxima al poder.¿Qué es la disonancia cognoscitiva? Según el psicólogo Dan Eden, en pocas palabras, “la teoría de la disonancia cognitiva establece que cuando se tiene dos ideas opuestas (o ideologías) al mismo tiempo, se actuará sobre la que causa la menor distorsión a su ego”.Y claro, la historia boliviana de las últimas décadas demuestra que un ego capitalista, abusivo y corrupto primó sobre cualquier ideal en los políticos. Como antecedente bastará una brevísima consideración de siglas.¿Acaso no fue el Movimiento “NACIONALISTA” “REVOLUCIONARIO” (MNR) el impulsor de la mayor entrega de las riquezas bolivianas al poder transnacional y conservador? Vaya uno a pensar qué sentían al hablar de nacionalismo quienes entregaban los hidrocarburos a British Gas y Repsol o los minerales a Comsur – Glencore.¿No suena hasta gracioso que tránsfugas “nacionalistas”, “cristianos” e “izquierdistas” hayan fundado Acción “DEMOCRÁTICA” “NACIONALISTA” (ADN) para darle partido a un exdictador pro yanqui? ¿No pasma que parte del Movimiento de la “IZQUIERDA” “REVOLUCIONARIA” haya acabado aliada a ese exdictador pro yanqui que antes los persiguió y torturó?Tras botones para síntomas de un síndrome de la disonancia cognoscitiva que queda clarísimo. Basta revisar cómo viven hoy o cómo murieron los aludidos y en qué estado dejaron a este pobre país.Sin embargo (¡ay destino!), los tiempos del “CAMBIO” no llegaron con vacuna. Es más, al parecer vinieron con cepas más agresivas porque en los hechos de “MOVIMIENTO” al “SOCIALISMO” no hay ni una canción de cuna. Pero, claro, abundan las frases, discursos que mencionan como postulado todo lo contrario de lo que se hace.
Ambientalismo contaminanteY eso se lo puede confirmar literalmente cada semana, y si alguien escucha la propaganda oficial, pues cada día. El martes 20, por ejemplo, las redes sociales fueron invadidas por mensajes oficialistas que decían: “¡evoespueblo: Bolivia postulará a la presidencia del MNOAL (Movimiento de los Países No Alineados) en 2020 para proteger la Madre Tierra …”. Y paradójicamente unos días antes los medios gubernamentales promocionaban la construcción de dos megarepresas hidroeléctricas. ¡Y se trata de obras consideradas en el mundo como altamente destructivas del medio ambiente!Y sin duda, el pregonado ambientalismo del actual Gobierno a estas alturas suena al descuartizador de Londres hablando de unir al mundo. Resulta difícil ya hallar una región boliviana o una política gubernamental que no desprecie soberanamente a la Madre Tierra. Bien podría ser un símbolo de esta colosal contradicción las represas El Chepete – El Bala. Se prevé construirlas en una de las zonas más biodiversas del mundo y más importantes de la Amazonía. Esta obra privará de nutrientes a buena parte de las tierras del Beni, es decir, las erosionará. Disminuirá y alterará los caudales de los ríos, con lo que también afectará la pesca de subsistencia y la vida de decenas de miles de indígenas. Generará altas dosis de metano porque inundará bosque y esa putrefacción causará metano y con ello “aportará” gases al calentamiento global. Peor aún, hasta contra la lógica comercial, no tiene un contrato de compra de energía ni un cálculo de los costos para el año en que se concluya. ¡Y se trata de un proyecto cuyo presupuesto supera los 6.000 millones de dólares! ¡El más alto de la historia boliviana! Más “homenajes”Y claro, hay varios otros “homenajes” a la Madre Tierra con los que al parecer el Gobierno quiere postular a la presidencia del MNOAL. Celebra, por ejemplo, la ampliación de la frontera agrícola, soya transgénica mediante, a más de 3,6 millones de hectáreas. ¡Y en algunos textos pusieron como ejemplo nada más y nada menos que a la producción soyera paraguaya! Pero el país vecino vive un colapso ambiental y social debido al avance soyero, a favor de transnacionales y megalatifundistas, sobre las comunidades campesinas.El mundo experimenta un boom acelerado de las energías alternativas, para las que en Bolivia existe un potencial sin parangón a nivel planetario. Sin embargo, las autoridades energéticas apuestan por hidrocarburos, megarepresas y hasta bordearon la energía nuclear. ¿Y la Madre Tierra? Igual resulta un boom mundial y mercado en crecimiento acelerado la producción de alimentos orgánicos. Pero para asombro mayor, en las zonas con mayor potencial agrícola no sólo se fomenta la soya depredadora, imperialista, capitalista y transnacional, sino la ampliación de la producción de coca. Así lo anunciaron las autoridades hace dos semanas. ¿Y la Madre Tierra? En el mundo se han desatado intensas campañas contra la polución causada por los plásticos fruto de los hidrocarburos. Pero, a contracorriente, el Gobierno celebra la industrialización del gas construyendo fábricas de plásticos. ¿Y la Madre Tierra? Y hay mucho más.¿No parece un caso extremo, urgido de terapias y tratamientos, de disonancia cognoscitiva?Eso, pensando bien de nuestras autoridades. Y claro, hablar de “socialismo”, “antiimperialismo”, “Vivir bien” y un sinfín de postulados sólo reforzaría esta, al parecer, mayor crisis ultrainterna del MAS. Todo un laboratorio para el doctor Eden y sus especialistas.