El MAS, el Prosol, el voto y el veto
Los campesinos han ganado su primera batalla para recuperar el control del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Tarija. Y lo han hecho dando cátedra a los advenedizos y apóstoles del integracionismo. Apenas se han despeinado.



El Programa Solidario y Productivo de la Gobernación, archiconocido por el nombre de su bono Prosol es la base sobre la que se ha reconstruido un movimiento campesino languidecido. Nació como una reivindicación particular que puso contra las cuerdas al ex Gobernador Mario Cossío, un instrumento con el que se acercaba la época de bonanza de los precios de los hidrocarburos al campo, en forma de bono directo para que los trabajadores de la tierra invirtieran plata en sus propias condiciones de trabajo. El paso del tiempo y los desmanes, junto a los postulados comunitaristas, lo fue convirtiendo en un programa de carácter comunal en el que la suma de todos los ingresos de los miembros iba a permitir abordar proyectos más grandes para el interés general de la Comunidad. La praxis, y la sinvergüencería, lo convirtió en un programa apto para engrasar una maquinaria al servicio de la política. Se calcula que más de la mitad de lo destinado al programa en cada comunidad se quedaba entre las empresas intermediarias y los Comités Comunales, conformados normalmente por los dirigentes más representativos. Algunos se lo dejaron directamente en el bolsillo. Otros han invertido en campañas o en movilizaciones en favor del propio perfil.Lo cierto es que el bono Prosol se ha convertido en una especie de cáncer y es utilizado como símbolo de “la corrupción y la flojera” en Tarija. En el área urbana, que no recibe Prosol, es sin duda denostado hasta el extremo. Esto lo saben los campesinos, y también los nuevos fichajes del MAS.Durante años, el MAS ha intentado mutar de un partido campesino – indígena a un partido urbano y de clase; en los últimos se han hecho esfuerzos por incluir a personalidades de estos ámbitos y en Tarija incluso se ha forzado al extremo para incluir a millonarios empresarios o aristócratas chapacos como si fueran uno más. El ADN del MAS ha quedado tan desdibujado que los resultados en las ánforas fueron elocuentes cuando un Pablo Canedo, nacido a una cuadra de la plaza Luis de Fuentes se presentó como candidato del partido azul.Los partidarios de la integración insisten en que el éxito está en acercar a las clases urbanas y por eso se justificaron fichajes como el de Milcíades Peñaloza o Francisco Navajas. La tesis no dejó de despreciar nunca a la clase campesina, o a los habitantes de los barrios periurbanos, como si fueran cautivos cuya única posibilidad fuera votar por aquel que se paseara con el presidente Evo Morales, cada vez más cercano a las plazas y menos a los barrios.Luis Alfaro tomó otro rumbo, pero los que se quedaron, como Eider Quiroga o la estrella emergente Marcela Guerrero no están dispuestos a dejarse pisotear. Son otra generación que vivió con menos intensidad la ruptura de principio de siglo, que no vivieron dictaduras y que han crecido con un concepto de democracia y lucha social propio.Los estrategas del MAS de los últimos días debatieron durante semanas; el Prosol era un problema íntegro de la Gobernación que en ningún caso les iba a pasar factura. Hiciera lo que hicieran Oliva y los suyos, le saldría mal. No mojarse para no sumar críticas del poco electorado urbano que han logrado sumar. Azuzar por lo bajo a los campesinos hacia un bloqueo asfixiante pero sin que nadie se diera cuenta. Sí pero no, no pero sí y pedir silencio a los subgobernadores de su palo que tampoco tienen posibilidades de pagar 6.000 bolivianos por familia.El menosprecio intelectual a los Guerrero, Quiroga y compañía les ha salido por la culata, porque en jugada maestra, la Federación lanzó la pelota al tejado de la Asamblea haciendo retratarse a su mayoría absolutísima y en menos de cuatro días, la Asamblea Legislativa con William, por cierto Guerrero Quiroga de apellidos, al frente aprobaron una Ley que blinda los 6.000 bolivianos por familia y da 20 días para llegar a un acuerdo o reinstalar el anterior Reglamento. Una decisión que se salta la normativa vigente de separación de poderes y de paso, todas las prudencias y aspiraciones del MAS.Poco importa, aseguran algunos. El MAS actual se bate en retirada tan pronto el presidente Evo ceda el testigo. La mayoría de los invitados ya han empezado a hacer las maletas, algunos alimentando planes B con viejos amigos con los que comparten, entre otras cosas, el menosprecio intelectual hacia los de abajo. De momento la Federación Campesina en Tarija da un paso al frente para recuperar el poder. No todos son cobardes.