¿Por qué no existe el caso Condori?
Probablemente la tendencia existía desde siempre, pero el caso “watergate” inauguró una nueva era en lo que a comunicación y opinión pública se refiere. Un titular, un sello, una firma propia con el que se resume todo lo que tuvo que ver con el escándalo que acabó por tumbar al...



En los tiempos actuales, y en Bolivia, la mayoría de los escándalos han tendido a titularizarse: El “caso Zapata” es el más reciente y más que por los hechos concretos, hace referencia a la cantidad de información que ha contaminado la gestión gubernamental en este 2016; antes había estallado el caso “Fondo Indígena” que sacudió las entrañas del Movimiento Al Socialismo (MAS) y todavía sigue causando digestiones pesadas. En Tarija también se han sumado varios, el caso “Imbolsur” es el emblemático de la gestión de Mario Cossío, aunque pronto, con la fuga del ex Gobernador, se convirtió en caso “Cossío” por las implicancias familiares y el conjunto de casos que dejó abiertos en relación a la corrupción.
Para su sucesor interino, el masista Lino Condori, el caso “Condorvía” pesó como una losa y aún hoy, tres larguísimos años después, ni Condori ni ninguno de los que estuvo implicado en aquellos actos es capaz de explicar cómo una carretera de 20 millones de dólares, cuyo contrato se rescindió, pasó a costar el doble en apenas un año. El escándalo logró paralizar la operación, pero los vacíos persisten.Más de un año después de dejar el cargo, la gestión interina de Lino Condori, que se preveía breve cuando asumió en diciembre de 2010 y se alargó más de cuatro años por la conveniencia de unos y la cobardía de otros, sigue dando sobresaltos al departamento.
Mientras los resultados de las auditorías anunciadas por la gestión del Gobernador Adrián Oliva siguen siendo misteriosas, las sospechas de que algo no se hizo del todo bien se extienden por la población, junto a la sensación de impunidad que tanto está contaminando a las generaciones futuras.
Los presupuestos
Grosso modo, se habla de 18.000 millones de bolivianos los que corrieron por las manos de Lino Condori y sus colaboradores en los cuatro presupuestos completos que administraron de 2011 a 2014; más con la mitad del presupuesto de 2015. Al principio costó arrancar y los datos de ejecución al final del año, que apenas sobrepasaban el 60 por ciento, eran objeto de crítica generalizada. Poco después, el Movimiento Al Socialismo (MAS) dio con la tecla y elaboró un sistema con el que se trasvasaba dinero de forma rapidísima a los entonces ejecutivos seccionales. 11 cabezas pensando en proyectos a la vez, uno en cada sección, permitió vaciar unas cuentas y llenar otras a ritmos vertiginosos.
No es posible encontrar una sola obra de impacto departamental que tenga el sello Condori, ni siquiera que se pueda contabilizar que se llevó una buena parte de los millones consignados; pero sus acólitos insisten en que se realizaron numerosas obras en las provincias.
Caminos, coliseos, postas, centros de atención para personas de la tercera edad, tendidos eléctricos… sin duda hubo inversión en las provincias y solo las auditorías podrán establecer si el gasto fue justificado. A pesar de los ingentes recursos que se manejaron, las facturas en las subgobernaciones siguen pendientes. Uno de los casos emblemáticos es el de Walter Ferrufino en O´Connor, quien en la semana previa a dejar el poder en diciembre de 2014 para volver a presentarse a la elección en marzo de 2015 firmó adjudicaciones por más de 600 millones de bolivianos.
Para entonces el barril de petróleo ya se había derrumbado. Hoy no hay como hacer frente a los pagos de avance de obra.Otro expediente controvertido es el de los proyectos concurrentes con el Gobierno Nacional. Ningún departamento como el de Lino Condori fue tan generoso con el Gobierno de Evo Morales y Álvaro García Linera. No hubo proyecto en el que el Gobierno Departamental de Tarija no ofreciera jugosas contrapartes que según el actual asesor General de la Gobernación, José Luis Gandarillas, llegaron a sorprender al propio ministro Luis Arce Catacora.
Es el caso del Anillo Energético, que se comprometieron a pagar a medias con ENDE pese a costar más de 180 millones de bolivianos y no ser la pauta habitual en el resto del departamento, pero también de las computadoras Kuaa infrautilizadas en los colegios y que han tenido una factura de más de tres millones de dólares. Tarija paga incluso programas supradepartamentales como la oficina Técnica de los Ríos Pilcomayo y Bermejo y cualquier otro proyecto o campaña concurrente.
Especialmente grave es que pese a los 18.000 millones de bolivianos que desfilaron durante cuatro años, no se consolidó ninguno de los grandes proyectos que entonces se presentaban como bandera. El proyecto del Hospital Materno Infantil supone una factura costosa de difícil pago y el Hospital Oncológico, de 400 millones de bolivianos que el propio Milcíades Peñaloza recuperó y presentó como proyecto concurrente con la Unidad de Proyectos Especiales (UPRE) durante la campaña para pagar a medias parece ahora una broma de mal gusto. La construcción no ha empezado y cuando apenas hay recursos para abordar el equipamiento de la mínima ampliación del Hospital San Juan de Dios se ve bastante improbable que la Gobernación pueda hacer provisión para pagar las facturas del Oncológico salvo que se haga una proyección a 20 años.
Los ingresos han caído de forma acentuada. Si en 2013 o 2014 las liquidaciones de regalías superaban holgadamente los 150 millones de bolivianos al mes, el último apenas llegó a 22; y reveló además una especie de manejo discrecional, pues apenas había pasado una semana de que el viceministro de presupuestos Jorge Durán indicara que se había librado por encima del cronograma para que este se acomodara en la siguiente a lo programado.Pasaron 18.000 millones de bolivianos y la Gobernación calcula que hay pendientes por encima de 3.000 millones.
¿Qué pasó? El ex secretario de Economía y Finanzas, el no Licenciado Grover Pereira ha desaparecido de la faz de Tarija y difícilmente podría explicar. En términos generales, todos los implicados reconocen en mayor o menor medida que hubo una falta de planificación en el manejo de los recursos, pero lo cierto es que sobre el mercado de los hidrocarburos se auguraba una caída desde antes y se confirmó a mediados de 2014.
Pese a ello, los proyectos se siguieron abordando con optimismo. En los reformulados se encajaban las licitaciones y sus 20 por ciento de anticipo y nadie tomó previsiones para cancelar el resto.Algunos analistas y juristas ven indicios de responsabilidad, como mínimo una conducta antieconómica que ha puesto en jaque la sostenibilidad del modelo autonómico tarijeño. Un sistema basado en declaraciones de disponibilidad presupuestaria viciada y nulos controles de fiscalización han diseminado la responsabilidad entre muchos actores que ahora ponen cara de “mala suerte” o de “ya no es mi problema”. Solo el resultado de las auditorías podrá determinar si fue evitable.
Lino, el buen amigo
Hasta el último día en el que entregó el poder, el ex gobernador interino Lino Condori creyó que podría tener posibilidades de mantenerse en el cargo por más tiempo; con la misma magia con la que llegó a cruzarse la banda de Gobernador aquel diciembre de diciembre de 2010 y con la que se sostuvo al frente pese a los enconados debates en la Asamblea que no llegaron nunca a nada serio. En diciembre de 2014, cuando los codazos en el MAS por ubicarse en las listas llegaban a niveles insoportables, los suyos lo seguían colocando en la tríada para liderar la carrera electoral junto a Walter Ferrufino y a Carlos Cabrera.
Lino realmente creía en sí mismo. Unas semanas antes había cesado fulminantemente al secretario de Coordinación, el profesor Eulalio Sánchez, después de toda una vida dedicada al Instrumento, por poner negro sobre blanco que Condori no sería el candidato de Evo Morales. Lino tenía la certeza de que había hecho las cosas bien y que los que lo protegieron durante cuatro años estaban contentos con él.
Lo de la “Condorvía” era presentado como una “chambonada” de algún “vivillo” que además “no llegó a nada” pese al escándalo mediático “protagonizado por sus enemigos”. Apenas sumaba un par de imputaciones; una por dejar botado en el monte 20 millones de dólares de la variante al Chaco y permitir así que la ABC licitara el tramo por la vía ordinaria y la otra por adjudicar a una empresa sin experiencia pero muy bien recomendada la carretera Iscayachi – Final Copacabana, que aunque luego se fue dejando un tramo sin terminar, también se supo que estaba vinculada a Soliz Canedo, mencionado en el expediente de tráfico de influencias endilgado a Gabriela Zapata, la ex pareja del presidente Evo Morales.
Además había ahorrado cantidad de dinero a las arcas del Gobierno Nacional y pagado controvertidas deudas, como la de San Jacinto.Los suyos maniobraron con todas sus fuerzas contra el candidato Carlos Cabrera, que finalmente cayó un lunes de Carnaval. El miércoles de Ceniza, mientras desfilaban nombres y rostros por la mesa de urgencia instalada en la Gobernación, contigua a su despacho, con Milcíades Peñaloza y Evo Morales concentrados, recibiendo noes y descartando perfiles, aguardaba la llamada. Ya para entonces Morales lo había desahuciado públicamente como candidato. “Lamentablemente no puede ser” había dicho.Un año después, Condori no se ha ido y no se lo acaba de creer. Con cara de cartón entona aquello de “se lo dije”. Aunque no lo dijo.
Los supervivientes
Lino Condori ha pasado a segundo plano. También los secretarios que protagonizaron la gestión que tantos quebraderos de cabeza están dando. También la mayoría de los asambleístas que respaldaron desde sus curules el rodillo del MAS e hicieron la vista gorda con los POA, los reformulados y la Ley Intrapartidas año sí y año también.Solo los ejecutivos seccionales, ahora subgobernadores, y algunos alcaldes se mantienen en sus trincheras enfrentando la gestión desde la primera línea.
Cada uno ha tomado su propia estrategia con aquello del sálvese quien pueda.Es el caso de Lorgio Torres, en Caraparí, que no tardó en alinearse al MAS en el pasado y ahora se muestra mucho más conciliador. O de José Quecaña en Yacuiba, que antes fue asambleísta belicoso y ahora sufre los rigores con talante. Walter Ferrufino, el O´Connor, se ha borrado del mapa al igual que Rufino Choque en Padcaya.
De entre los alcaldes, Álvaro Ruíz de El Valle es el único que sostiene el pugilato y ya varios activos del Movimiento Al Socialismo lo identifican como el único en carrera de fondo hacia la postulación de 2020. Sin padrinazgos claros en el partido ni en las altas esferas pese a sus afanes por agradar tanto a Evo Morales como a Álvaro García Linera, con el vino valluno incluido, depende de su propia gestión política.
El primer paso lo dio erigiéndose como presidente de la Asociación de Municipios de Tarija (AMT). El municipio está más o menos ordenado, sin grandes requerimientos y con obras que pueden esperar, por lo que su tiempo para el desempeño político es menos limitado.
Ruíz ha ideado la campaña del 1 por ciento municipal, que en el fondo es un bocado del 8 por ciento al presupuesto departamental para ingresar a los municipios. Un plan aparentemente inocente y que pretende regular la discrecionalidad con la que hasta el momento se ha manejado la Unidad de Proyectos Concurrentes con los municipios, dependiente de la secretaría de Coordinación y que con Darío Gareca al frente en la gestión de Lino Condori se convirtió en poderoso instrumento para captar voluntades. Ruíz, con habilidad está convenciendo de que atender a los municipios es responsabilidad de la Autonomía Departamental, cuando no lo es, sino que tienen su propio régimen autonómico y fiscal. Hasta ha planteado un pacto fiscal departamental antes de ir a la negociación nacional, que es donde los municipios deben encontrar los fondos para su funcionamiento.
El Gobernador Adrián Oliva ya lo ha identificado, el martes en Bermejo le devolvía el desplante protocolar que le propinó en el aniversario de El Valle y lo ponía como ejemplo de lo que no hay que hacer. “Pide dinero para un estadio de 20.000 personas y no hay agua potable”. Sin duda, continuará.