Del proceso de Cambio al proceso de Parto
El acercamiento pausado, pero al parecer imparable entre Cuba y EEUU sonó a clarinazo de un nuevo tiempo político continental. A tono con aquel cambio, que maduró desde principios de año y cristalizó el 20 de julio, en seguida se conmovieron Argentina y Venezuela. Y el sacudón hace temblar...
El acercamiento pausado, pero al parecer imparable entre Cuba y EEUU sonó a clarinazo de un nuevo tiempo político continental. A tono con aquel cambio, que maduró desde principios de año y cristalizó el 20 de julio, en seguida se conmovieron Argentina y Venezuela. Y el sacudón hace temblar indisimulablemente al coloso Brasil.Por si fuera poco, el presidente ecuatoriano Rafael Correa anunció hace tres semanas que no postulará a una nueva reelección en 2017. Así sobreviven al tiempo de las figuras latinoamericanas del llamado socialismo del siglo XXI básicamente el boliviano Evo Morales y el nicaragüense Daniel Ortega.El efecto dominó ya se advierte sobre los Gobiernos que configuraron una nueva insurgencia orientada a frenar la influencia estadounidense en el continente. Eso en lo político porque en buena medida queda claro que empezó en lo económico hace dos o tres años.En cada caso, como fatalidad, pero también falta lectura histórica, un tiempo de altas cotizaciones de las materias primas exportadas no fue aprovechado revolucionariamente. La expansión de sus bases económicas no alcanzó a estructurarse en una matriz anticíclica. Y poco a poco, préstamo a préstamo, deuda a deuda, el capitalismo del siglo XXI volvió a engullirse a los alzados. La recurrencia parece cumplirse y será cuestión de meses saber cuánto de nacionalismo, de asistencialismo, de desarrollismo interno queda en cada caso. Centro derecha, derecha o definiciones más académicas con matices rebuscados…lo cierto es que viene un giro profundo de la orientación política subcontinental. En ese marco, tras la caída argentina, la abierta herida venezolana y el sostenido temblor brasileño queda saber qué y cómo pasará en Bolivia. Curiosamente, sin un sacudón económico mayor, gozando de respaldo popular, y con bonos añadidos de respaldo el propio régimen se abrió un temible frente. Los buenos vientos desataron la tentación del continuismo y poco a poco dejaron de soplar. El oficialismo aceleró la aprobación del referéndum orientado a la re-re-re postulación de Evo Morales.Cosa rara, una de las zancadillas más duras al emprendimiento también surgió de filas gubernamentales. Finas manos develaron el escándalo de corrupción más grande de la década que hegemoniza el Movimiento Al Socialismo (MAS): el Fondo Indígena Originario Campesino (Fondioc). Un acumulado de persecución judicial a críticos y opositores, tendencias represivas, cortapisas a la libertad de prensa, soberbia, discrecionalidad, etc. sumó varias otras. Y hoy crece el temor a un doloroso NO a la “re-re-re” en las urnas.Así, el escenario boliviano en tiempos de giro continental a la derecha parece no escapar del todo o poco a la ola. La duda más tiende a centrarse en el cómo y el cuándo.Cuando hace una década se advirtió la aplastante mayoría masista, varios análisis advirtieron que el final o el cambio del cambio llegarían vía implosión. Y la desatada pugna interna que afecta en estos tiempos al Gobierno boliviano a partir de casos como el Fondioc parece confirmar aquellas presunciones.Giros de escenario ya se han advertido en diversos confines del país. Por ejemplo en Tarija. El nuevo MAS tarijeño tiene por cabezas a reconocidos representantes de la clase alta y otrora enemigos del “proceso de cambio”. Por el contrario, los principales dirigentes campesinos y sociales que encabezaron el MAS desde principios de siglo e incluso antes se alejaron o fueron alejados. Baste citar los icónicos nombres de Julia Ramos, Luis Alfaro y Eulalio Sánchez, dispersos hoy entre la oposición, el alejamiento y hasta la cárcel.En La Paz, rumores contradictorios afirman, por una parte, que la guerra entre fundadores y advenedizos ha empezado. Pero también que las cabezas decidieron sobrevivir juntas a costa de sacrificar bases y subliderazgos. La suma parece señalar que la implosión empezó. El resto adverso suma una oposición unida, como nunca y a la fuerza, frente al Gobierno bajo la simpleza del “NO”. Las encuestas ya le dan favoritismo. Pero el futuro de Evo y el MAS aún guarda misterios. Los líderes opositores se anquilosaron en su pequeñez y no aplican para sí lo que demandan de Morales: “Dar paso a la alternancia o la renovación”.Quién sabe si en el tiempo se resignen, como varios de sus ex aliados, a una migajita de poder compartido. Quién sabe si, al estilo de las lecciones de Víctor Paz Estenssoro, Evo con adecuados giros de cintura juegue al pragmatismo. Quién sabe si la señal no sea su camiseta 10 de Boca Junior y su festiva bienvenida a Mauricio Macri al poder. Quién sabe si no por nada hoy también se afinen los acercamientos con las autoridades de EEUU. Quizás ya pasó el proceso de cambio y uno de parto sea el que hoy vivimos.