Políticas de cuotas y el pírrico 7%
Con la salida de la ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo, sustituida por el ex gobernador de La Paz, César Cocarico, la presencia de la mujer en el gabinete de Evo Morales se reduce a un 29 por ciento. La cifra ha generado cierto revuelo entre activistas y no tan activistas,...



Sin embargo, para la mujer tarijeña un 29 por ciento de presencia en el ejecutivo debería parecer un paraíso tendente a la igualdad. En el gabinete de Adrián Oliva, formado por 13 secretarías, solo una está a cargo de una mujer. Lo que hace un pírrico 7,69 por ciento. La agraciada con la deferencia es la licenciada Fabiana Paz Castellanos, a cargo de una de las secretarías consideradas “importantes”, al menos en los papeles, como es la secretaría de Gestión Institucional, la que maneja informática, innovación y sobre todo, el monitoreo y seguimiento. Una especie de súper gerente de la Gobernación a cargo de que la casa funcione.La tendencia es similar a la que ya hemos visto cuando se juntan los once ejecutivos municipales, donde sólo Gladys Alarcón ha logrado la alcaldía de Yunchará. Peor está la situación entre los subgobernadores, donde simplemente no hay ninguna de entre los once.La imagen en la inauguración de la planta separadora de líquidos del Gran Chaco hace dos semanas era un poema, sólo la presidenta de la Cámara de Diputados Gabriela Montaño se sentaba en las tres primeras filas abarrotadas de pantalones con al menos medio centenar de autoridades.Es en el legislativo donde se ha respetado la paridad, claro, porque una norma lo obliga, aunque a la hora de elegir presidentes, sea del Concejo o de la Asamblea, el varón sigue siendo el elegido. Los detractores de las políticas de cuotas, entre las que se cuentan numerosas mujeres, hablan siempre de la capacidad y preparación de los ejecutivos para ser elegidos por encima del género. Bien es cierto que el problema viene desde la educación, pero la teoría de la “igualdad de oportunidades” no está resultando suficiente y antes de enredarnos en la “discriminación positiva”, hace falta que aquellos que tienen responsabilidades de gobierno contribuyan con gestos a la igualdad. Pues al final, en esto de la política, cualquier abogado se pone a hacer de ingeniero y viceversa rodeado de un plantel de asesores dedicados a lo técnico, que los políticos están para hacer política y lograr la igualdad es una cuestión de voluntad, sobre todo