Consultores, programas y naufragios
Testigo VirtualRodrigo Ayala BluskeLlegan las elecciones y los consultores electorales (“gerentes”, “analistas”, “empresas de encuestas”, etc.) se frotan las manos. Es el momento de “asesorar”, de hacer sondeos, grupos focales, de capacitar, en fin, de ganar unos pesitos (más o...
Lo cierto es que los consultores llenan las oficinas de los partidos, los “War Room” (cuartos de guerra) de los candidatos, y hacen estrategias para el país, para los departamentos y las circunscripciones.¿Son útiles los consultores?, seguro que sí, si hacen bien su trabajo y sus resultados son correctamente empleados por sus clientes. Pero hay que tener muy claro el alcance de su utilidad: son como una curita que puede sanar una herida que te hiciste cuando el zapato te apretaba mucho, pero de la cual nunca podrás esperar que detenga una hemorragia y menos una enfermedad mayor. En otras palabras, los asesoramientos pueden “pulir” una campaña y hacer ganar unos votos a determinado candidato, pero nunca pueden cambiar el ritmo de la historia, ese que determina los ciclos políticos de un país. Veamos un ejemplo clásico: se dio en Bolivia, pero se discute y comenta en todo el mundo. Ese que está reflejado en la película “Our Brand is Crisis”, la que se puede encontrar entera y subtitulada en Youtube y que el próximo año, según dicen las noticias de espectáculo, se convertirá en una película de ficción protagonizada por Sandra Bullock y producida por George Clooney, ni más, ni menos. El ejemplo nos muestra una de las mayores proezas de la “asesoría política”, cuando un desgastado Goni , en las elecciones de 1992, decidió contratar (y subordinarse por completo) a una de las mayores empresas norteamericanas de “marketing político”.En base a diversos artificios electorales, los gringos lograron que Goni ganara por muy poco margen (un punto más o menos) al ascendente Manfred Reyes Villa posicionando la marca “Crisis”, frente a la poderosa marca “Cambio” que estaba impulsada por Reyes y por el MAS de Evo morales. Para lograrlo los asesores pulieron el discurso de Goni, escribieron guiones precisos para él y sus principales acompañantes y finalmente desarrollaron una agresiva campaña de guerra sucia. Resultan inolvidables algunos fragmentos de la película como aquellos en que le enseñan a Goni que solo debe repetir tres o cuatro conceptos (siempre los mismos) en cada intervención; o esos otros en que preocupados por la identificación de Goni con el tema de la corrupción, mandan a Carlos Mesa por todo el país a exhibir un poder irrevocable contra ella, que supuestamente le fue otorgado por el candidato a presidente (pasadas las elecciones Goni revoco nomas el poder y le otorgo a Mesa, la misma importancia que tienen los floreros). Lo más importante sin embargo, es el concepto que lanzan sobre el verdadero rol de los asesores : “saber escuchar con audacia lo que quiere la gente” y transmitírselo a sus clientes. Eso porque a lo largo del mundo, no solo en Bolivia, los políticos pierden la capacidad de hacerlo, y entonces mandan mensajes que no tienen efecto en los electores.El final de la historia es conocido; gracias sobre todo a la guerra sucia, el MNR logro bajar el volumen de votos de NFR, los que no fueron a su caudal, sino que se dirigieron mayoritariamente al MAS, que sorpresivamente ocupo el segundo lugar, lo que se convirtió en un preanuncio de sus posteriores y sucesivas victorias. Lo único que hizo la habilidad de los asesores fue prolongar la agonía de un Goni acabado, que arrasto detrás de si al conjunto de lo que en ese momento se autodenominaba como “la clase política”. Al revés, la historia de Bolivia nos muestra que solo los partidos que enarbolan programas que interpretan la sensibilidad de la gente pueden acceder al poder por largos periodos, al margen de malos o buenos asesoramientos. En 1.952 el MNR se apropió de esa poderosa consigna; “Tierras al Indio y Minas al Estado” y supo mantenerse en el poder doce años (continuados por una serie de regímenes militares, que no eran sino la versión derechizada del propio MNR). En 1.984 la “Clase Política” se hizo cargo del gobierno (luego del desastre de la UDP) encarando dos expectativas básicas de los bolivianos en ese momento: estabilidad económica y libertades democráticas. Pero los excesos de la democracia pactada (corrupción, reparto permanente de la cosa pública, incapacidad de incorporar a sectores marginados, etc.) la hicieron naufragar a tal punto que los seis partidos que le dieron vida, prácticamente no existen en estos momentos. Ahí apareció el MAS (en realidad se visibilizo, ya que se había formado hace tiempo), y con un programa basado en dos pilares fundamentales (recuperación del gas para el Estado, e inclusión social,) amen de la capacidad política que mostro para apoderarse de otro al que fue ajeno en un primer momento (la autonomía departamental), inauguro un nuevo ciclo político que ya va durando como nueve años y que al parecer sumara varios más.¿Qué pasa con la oposición?, que simple y llanamente no ha sido capaz de estructurar un programa alternativo al del MAS y en ello los consultores pueden aportarle poco o nada. Se trata de una lectura política profunda de la realidad, y eso no se logra con curitas. Por ello la impotencia de algunos analistas a los cuales se puede acusar de muchas cosas, menos de ser filo masistas; el caso de Carlos Hugo Molina que en Facebook preanuncio el “papelón” de tres candidatos opositores (señalando que al cuarto no lo cuenta, ya que es simplemente testimonial), o de Raúl Peñaranda, que en su columna en Pagina Siete, pidió la renuncia a los dos principales candidatos de la oposición.¿Qué hará el MAS, al que la mayor parte de las encuestas y vaticinios le otorgan una cómoda victoria en Octubre?. ¿Hasta qué punto y por cuanto tiempo podrá renovar el programa que lo llevó al poder el 2.006?, ¿será capaz de reinventarse?. Por de pronto ha anunciado un camino a través de sus listas de candidatos (en Tarija, pero también a nivel nacional): abrirse a los contingentes empresariales y de clase media que hasta ahora le habían sido ajenos, e incorporar a sectores políticos a los que derrotó en los pasados años. Tras las elecciones, en la misma gestión de gobierno, veremos cual es la forma que toma esta nueva línea y como se desenvuelve en la práctica.