‘Techies’ contra MAGAs: la división cultural del trumpismo
Steve Bannon declara la guerra a Elon Musk en el debate sobre la inmigración



La relación de Silicon Valley con el poder en Washington se ha limitado durante décadas al cabildeo. Por primera vez, en una semana aterrizará en la Casa Blanca. En la Avenida Pensilvania, que conecta la residencia presidencial con el Capitolio, los magnates tecnológicos deberán entenderse con las dispares visiones que ha encajonado Donald Trump en su coalición, así como servir a la base de fieles al movimiento MAGA ( Make America Great Again ), de clase trabajadora, cuyos intereses objetivos están a las antípodas de estos milmillonarios.
Los magnates tecnológicos deberán entenderse con las dispares visiones que aúpan a Trump: trabajadores a años luz de los multimillonarios
La lista de techies está encabezada por Elon Musk, el hombre más rico del mundo, que donó más de 300 millones para su campaña y que ha sido una de las voces más influyentes en la toma de decisiones durante la transición del poder. Trump le ha encargado liderar, junto a Vivek Ramaswamy, el Departamento de Eficiencia Gubernamental, una comisión externa destinada a reducir el gasto público.
Otro de los miembros de la llamada Mafia PayPal , David Sacks, será el “Zar de la Inteligencia artificial y las criptomonedas de la Casa Blanca”. Jacob Helberg, asesor principal del CEO de Palantir Technologies, empresa de IA enfocada a la industria militar, ha sido elegido como subsecretario de Estado. Otros nombres conocidos en Silicon Valley, como Marc Andreessen o Harmeet Dhillon, serán asesores cercanos al presidente.
Ya han comenzado a aflorar las tensiones entre este grupo y los representantes del sector MAGA más tradicional: su ideólogo, Steve Bannon, el futuro asesor de Seguridad Interior, Stephen Miller, o la activista de extrema derecha Laura Loomer. La polémica que ha encendido la llama tiene que ver con los visados H-1B, para trabajadores cualificados, de los que dependen las tecnológicas para atraer a fuerza laboral barata y competente del extranjero.
La elección como asesor sobre inteligencia artificial de Sriram Krishnan, un inversor de capital riesgo de origen indio y naturalizado como estadounidense, fue recibida con fuertes críticas de algunos trumpistas de línea dura. Su defensa de los visados H-1B se considera una traición al espíritu del movimiento, que busca priorizar el trabajo estadounidense . “Es alarmante ver el número de izquierdistas que ahora están siendo nombrados para servir en la administración de Trump cuando comparten puntos de vista que están en oposición directa a la agenda America First ”, publicó Loomer en su cuenta de X.
La influencer dijo que Krishnan “no es MAGA y es un lastre para la transición de Trump” y se refirió a los 85.000 receptores anuales de la visa H-1B como “invasores del tercer mundo”, dejando constancia de su racismo y el de su movimiento. Este tipo de visas, que actualmente tiene medio millón de personas en EE.UU., es temporal y generalmente autoriza a trabajar en el país durante tres años, aunque los titulares pueden solicitar extenderlas o evolucionarlas a una residencia permanente.
Los magnates tecnológicos aterrizarán el 20 de enero por primera vez en la Casa Blanca
Musk, nacido en Sudáfrica, fue en su momento receptor de una visa H-1B, y no tardó en posicionarse en este debate. “La razón por la que estoy en América junto con tantas personas que construyeron SpaceX, Tesla y cientos de otras compañías que hicieron fuerte a América es por los H-1B”, afirmó, “voy a ir a la guerra en este tema”. Por su parte, David Sacks, también nacido en Sudáfrica, dijo que el sistema de visas debe ser “revisado”, pero las defendió para atraer “talento excepcional en áreas de alto valor” y llamó al trumpismo a dejar de lado sus diferencias: “Llegó la hora de avanzar como un equipo”.
Steve Bannon, un importante asesor de Trump en su primer mandato y representante de la primera ola de la alt-right global, criticó con dureza en su podcast War Room a estos “oligarcas de las grandes tecnológicas” y dijo que el programa de visados a trabajadores cualificados es una “total y completa estafa” que supone una “amenaza para la civilización occidental”. En una reciente entrevista, declaró directamente la guerra a Musk, a quien definió como “un tipo verdaderamente malvado”. “Me propuse como algo personal acabar con él. Antes, estaba dispuesto a tolerarlo porque ponía dinero; ya no”, señaló.
Quien sí lo tolera, de momento, es Trump, que defendió públicamente su postura en este asunto. “Tengo muchos visados H-1B en mis propiedades, he sido un gran defensor. Las he utilizado muchas veces (en sus empresas). Es un gran programa”, se limitó a decir en una entrevista con el tabloide conservador New York Post .
Sin embargo, en el pasado ha sido crítico con este tipo de visados, a los que calificó de “muy malos” e “injustos” para los trabajadores estadounidenses, y de hecho en su primer mandato limitó su proceso de aprobación. Como en otros asuntos que dividen a sus bases, como el derecho al aborto o el intervencionismo militar en el exterior, el republicano usa estos cambios de postura como una ambigüedad estratégica para agradar a los distintos sectores de su movimiento.
Pero el sector tecnológico, que no estuvo en su primer mandato, cobrará mucha relevancia en el segundo, lo que podría relegar a un papel secundario a los MAGA tradicionales y de línea dura. Tras su elección en noviembre, los tres hombres más ricos del mundo, Musk (Tesla), Jeff Bezos (Amazon) y Mark Zuckerberg (Meta), así como otros techies como Sam Altman (OpenAI) o Tim Cook (Apple), se han acercado a su movimiento y han hecho donaciones de más de un millón de dólares cada uno para su toma de posesión.
En una rueda de prensa desde Mar-a-lago, el magnate presumió del acercamiento de estos líderes, con quienes se ha reunido en su residencia en los últimos dos meses. “Se han ganado mucho respeto. Hemos tenido a todo el mundo: Jeff Bezos vino, Bill Gates vino, Mark Zuckerberg vino. Muchos de ellos vinieron varias veces. Los banqueros también han venido. Todo el mundo viene”, celebró.
Steve Bannon declara la guerra a Elon Musk: “Me propuse como algo personal acabar con él”
Después de décadas de relación complicada con Washington, donde los legisladores han tratado de limitar el contrapoder que suponen sus compañías, los techies han encontrado en el segundo mandato de Trump una ventana de oportunidad. La verdadera magnitud de su influencia seguirá siendo un misterio hasta la toma de posesión, el 20 de enero.