EEUU
Cinco muertos y más de 150.000 evacuados en el incendio de Los Ángeles
El fuego afecta a barrios de famosos y devora casas lujosas como la del actor James Woods
Los Ángeles, esa ciudad que como ninguna otra representa la fantasía y la imaginación, lució ayer como si fuera la escenificación del fin del mundo. Pero esta vez no se trataba de una superproducción de Hollywood. La amenaza era muy real.
El incendió que se inició el martes en las colinas de Pacific Palisades, uno de los vecindarios más exclusivos de la ciudad californiana, se propagaba a una velocidad inusitada por el viento, con una fueza incluso de 160 kilómetros por hora. Se abrieron otros tres frentes por la noche. Todos los aviones destinados a arrojar agua se hallaban en tierra debido al vendaval.
A pesar de la continua evolución, las autoridades comentaron ayer que ya se habían registrado “muchos heridos”, casi todos rescatados entre los que no pudieron cumplir con la orden de evacuación. Había al menos cinco muertos, dos de ellos en el fuego de la zona de Pasadena.
Un millón y medio de hogares o establecimientos se quedaron sin suministro eléctrico en el sur del estado
La orden de evacuación afectaba a unas 155.000 personas, en especial en el frente original de Palisades, con más de 6.400 hectáreas arrasadas. El número total ascendía en ese momento a más de 11.000 entre todos los frentes. Un millón y medio de hogares o establecimientos se quedaron sin suministro eléctrico en el sur del estado. Los mandatarios instaron a limitar el consumo de agua para poder usarla en la emergencia.
Más de 1.400 bomberos participaban en las tareas de extinción. El presidente Joe Biden, que en una de esas contradicciones existenciales estaba en California por el nacimiento de su primera bisnieta, visitó el cuartel central y calificó de “asombroso” lo que ocurría.
Anunció el despliegue de 2.000 militares. A su lado estaba el gobernador Gavin Newsom, al que Donald Trump culpó de lo que sucedía por la regulación para preservar el servicio de agua en un estado castigado por la sequía. Biden mostró compasión, pero su sucesor no desaprovechó la tragedia para insultar y sacar rédito. Ni una palabra de compasión.
“Esto no hace más que crecer y tenemos 0% controlado cada uno de los incendios activos”, alarmó Anthony Morrone, jefe de bomberos del condado de Los Ángeles. La causa de las llamas todavía se desconocía.
Fue una noche larga que se prolongó una vez amaneció. A pesar del sol, gran parte de la ciudad estaba oscurecida por el telón de humo. “Hay mucho peligro y debéis priorizar la seguridad “, suplicó el jefe Morrone.
Pero escapar no resultó una tarea fácil. Muchos residentes se vieron atrapados en los coches al intentar cumplir esa orden y prefirieron abandonar el vehículo y emprender la huida a pie. Otros optaron por quedarse en el infierno, hasta que no pudieron más. François Auroux relató cómo escapó en bicicleta entre una lluvia de cenizas.
“Por suerte estoy vivo, pero he perdido mi casa y todo lo que había en ella, tantas cosas personales”, lamentó Woods
Las autoridades remarcaron que más de 1.100 edificios ya eran cenizas, y la virulencia de las llamas amenazaba a otras 15.000 estructuras residenciales o de negocios.
Numerosas casas y coches se convirtieron en antorchas. El actor James Woods, uno de los muchos famosos que viven en Palisades, donde el precio medio de la viviendas se sitúa en 3,1 millones de dólares, rompió a llorar en la CNN.
“Por suerte estoy vivo, pero he perdido mi casa y todo lo que había en ella, tantas cosas personales”, lamentó Woods en una entrevista realizada en remoto.
La lista de famosos instalados en ese territorio es larga, y en ella figuran Ben Affleck, Tom Hanks y su esposa Rita Wilson, Mark Hamill o LeBron James.
“Se palpan los nervios porque los vecinos no saben qué ha pasado con sus casas”, comentó por teléfono Xavi Padrosa, propietario el restaurante Teleferic (el original está en Sant Cugat), ubicado cerca de Palisades.
El restaurante seguía abierto (el fuego se encontraba a un kilómetro) y Padrosa ofrecía paella gratis a los residentes afectados por la evacuación. “Siempre ha habido grandes incendios, pero ninguno como este, porque ha llegado hasta las casas y ha destruido muchas”, añadió.