Ucrania corta el suministro de gas natural ruso a Europa a través de su territorio
El sistema de gasoductos ucranianos permitía al consorcio ruso Gazprom exportar gas a Austria, Hungría, Eslovaquia y Moldavia
Pese a que la guerra entre Rusia y Ucrania se encamina ya a cumplir los tres años, el país invadido por las tropas de Vladimir Putin ha seguido siendo, hasta ahora, estratégico para el tránsito del gas ruso con destino a Europa. Ucrania detuvo este miércoles 1 de enero el transporte de gas natural ruso a través de su territorio, tal y como había advertido que haría en los últimos días, según una información proporcionada por el operador gasístico ucraniano.
“A las 7 de la mañana, hora de Kyiv, del 1 de enero de 2025, expiró el Acuerdo de Interacción entre GTSOU y Gazprom para los puntos de interconexión física entre los sistemas de transporte de gas de Ucrania y Rusia, de fecha 30 de diciembre de 2019”, dice el comunicado de la operadora.
“En consecuencia, se puso fin al transporte de gas natural desde el punto de entrada de Sudzha en la frontera oriental de Ucrania hasta los puntos de salida en las fronteras occidental y meridional. El Operador GTS ucraniano informó a sus socios internacionales de acuerdo con el procedimiento establecido”, dice el comunicado. Así, desde el 1 de enero, el sistema de transporte de gas de Ucrania funciona en modo sin tránsito de gas ruso.
El corte ha tensionado la relación entre Ucrania y algunos socios europeos que dependen todavía de este suministro
El gasoducto Urengoy-Pomary-Uzhgorod, construido en la época soviética, que conecta el gas producido en Siberia con Eslovaquia a través de Ucrania, cierra el grifo definitivamente una vez que Kyiv se ha negado a renovar el contrato quinquenal que regulaba ese tránsito.
La situación es más un símbolo del final del dominio ruso sobre el suministro energético a Europa que un problema para el viejo continente. Ya en 2023 esa ruta apenas supuso el paso de 15.000 millones de metros cúbicos (bcm) un 8% de lo que suponía antes de la guerra y lejos del 35% que llegó a transitar en los mejores momentos de la relación entre ambas potencias.
Desde la Unión Europa se descarta que esta decisión implique una escalada en los precios de la energía. Si de algo sirvió el estallido de la guerra fue para que Bruselas pusiera en marcha una estrategia de búsqueda de autosuficiencia energética con el impulso de las renovables y una fuerte diversificación de fuentes de suministro de energías fósiles que ha permitido que Noruega, Estados Unidos o Qatar, entre otros, suplan lo que antes solo llegaba de Rusia.
Pero, que no suponga un problema generalizado no significa que la situación no genere tensiones locales. En concreto, el impacto se sentirá especialmente en Austria, Hungría y Eslovaquia, para los que la ruta de tránsito ucraniana satisfizo el 65% de la demanda de gas en 2023, según los últimos datos de la Agencia Internacional de la Energía. Tres países que se han opuesto al cierre por el impacto económico que les supondrá perder el acceso al gas barato ruso que ahora solo podrá llegar a través de los gasoductos Blue Stream y TurkStream que conectan Turquía con Hungría bajo el Mar Negro, pero con mucha menos capacidad.
El Instituto Bruegel calcula que Rusia perderá unos 6.500 millones de dólares anuales por este cierre. De momento, Gazprom, la empresa pública de gas ruso ya ha reportado una pérdida neta de 7.000 millones de dólares en 2023, su primera pérdida anual desde 1999. Ucrania también se verá afectada, ya que el 0,5% de su PIB se lo proporcionaba ese contrato de tránsito y además se expone a que esa infraestructura, intocable hasta ahora por Rusia, sea nuevo objetivo militar.
Las rutas alternativas para el gas
La Comisión Europea afirmó que el corte del tránsito de gas ruso por territorio de Ucrania hacia la UE era lo “esperado” y reiteró que el bloque está “preparado” para sustituir el suministro a través de cuatro rutas alternativas para los países más afectados. Actualmente, sólo la República Checa, Hungría, Italia, Eslovenia, Austria y Eslovaquia siguen obteniendo gas ruso que transita por Ucrania, pero los dos últimos serán los más afectados porque representa aproximadamente el 60% de su demanda. La primera ruta alternativa que concibe Bruselas es a través de Alemania gracias a “reciente y significativa expansión” de terminales de GNL y de sus importaciones de gas por tubería desde Noruega, Países Bajos y Bélgica. Desde Alemania se podrían añadir volúmenes adicionales de gas a Austria, Chequia y Eslovaquia por infraestructuras que ya existen. La segunda facilitaría acceso de gas noruego y de GNL procedente de Estados Unidos y Ucrania desde Polonia a Eslovaquia a través del interconector entre ambos a países y desde ahí hacia Chequia, Austria, Hungría y Ucrania. Por otro lado, través de una tercera alternativa se transportar gas desde Italia a Austria y después a Eslovaquia y a Eslovenia sólo teniendo en cuenta las capacidades actuales.Y por último, la llamada ruta Trans-Balcánica puede transportar gas desde Grecia, Turquía y Rumanía hacia el norte para suministrar el combustible no sólo a los países del centro y este de la UE, sino también a Ucrania y Moldavia, gracias a las interconexiones actuales entre Grecia, Bulgaria, Rumanía, Hungría, Moldavia, Ucrania y Eslovaquia.