El canciller ruso cree que no hay “el más mínimo interés”
Lavrov: Occidente no quiere acabar la guerra en Ucrania
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, criticó este jueves a Estados Unidos y sus aliados al hablar de Ucrania. Según él, Occidente, liderado por EE.UU., intenta mantener su dominación global y su supremacía militar, motivo por el cual no quiere resolver el conflicto en Ucrania.
"No vemos el más mínimo interés por parte de Estados Unidos o de la OTAN en regular el conflicto ucraniano y en escuchar las preocupaciones rusas", dijo Lavrov durante una rueda de prensa para hacer balance de la diplomacia rusa en 2023.
En ese contexto, añadió, resulta imposible que Moscú y Washington reanuden contactos sobre control de armas nucleares. La parte americana había propuesto separar ambos asuntos para volver a hablar de "estabilidad estratégica", algo en lo que la rusa no está de acuerdo.
Rusia y Estados Unidos tienen los mayores arsenales nucleares del mundo y actualmente la tensión entre ambos se encuentra en el punto más alto desde la crisis de los misiles cubanos de 1962. En este contexto, la ausencia de diálogo es relevante porque el acuerdo Start III (o Nuevo Start), que limita el número de cabezas nucleares estratégicas de los dos, expira en febrero de 2026, y además Rusia suspendió su participación en febrero de 2023. Es el único acuerdo de armas nucleares aún en vigor entre las dos potencias.
Moscú considera también que los ataques ucranianos cada vez más frecuentes y cada vez más dentro del territorio ruso están impulsados por sus aliados occidentales. Occidente no quiere ninguna solución constructiva cuando empuja a Ucrania a atacar la península de Crimea y otros territorios rusos, aseguró Lavrov.
"EE.UU. y Occidente no quieren una solución constructiva en Ucrania", dice Lavrov
En la última semana de 2023 y la primera de 2024 el intercambio de ataques aéreos entre Rusia y Ucrania fue muy intenso. Una de las ofensivas ucranianas fue la más mortífera contra territorio ruso de esta guerra. Se dirigió contra la ciudad de Bélgorod y mató a 25 civiles el 30 de diciembre, un día después de que una ofensiva rusa contra varias ciudades ucranianas matara a 55.
"El uso de medios de largo alcance para atacar Crimea, en general para hacer inadecuada la vida allí, y en el interior del territorio de la Federación Rusa, así como la transferencia de armas relevantes, indica que Occidente no quiere ninguna solución constructiva que tenga en cuenta las preocupaciones legítimas de Rusia", afirmó.
Occidente, acusó, "apunta hacia una escalada de la crisis ucraniana", lo que lleva en su opinión a crear "riesgos estratégicos y peligros adicionales".