Siria rechaza en la ONU acusaciones del occidente
El representante permanente de Siria ante la ONU, Bashar Al Jaafari, rechazó ayer las acusaciones de que su Gobierno ataca a los civiles y ofreció detalles de numerosas agresiones de los terroristas contra poblaciones indefensas. Ante las acusaciones lanzadas por Estados Unidos, Francia,...
El representante permanente de Siria ante la ONU, Bashar Al Jaafari, rechazó ayer las acusaciones de que su Gobierno ataca a los civiles y ofreció detalles de numerosas agresiones de los terroristas contra poblaciones indefensas.
Ante las acusaciones lanzadas por Estados Unidos, Francia, Reino Unido y otros países occidentales en el Consejo de Seguridad, el embajador sirio denunció el apoyo que reciben los grupos terroristas de los mismos países que dicen estar preocupados por la situación humanitaria.
Damasco y sus aliados no atacan escuelas ni hospitales, recalcó y demandó al Consejo acabar con las políticas selectivas y sesgadas que pasan por alto los crímenes de los grupos terroristas y el apoyo que le prestan algunos Gobiernos.
Esas agrupaciones extremistas han ocasionado la muerte de cientos de civiles, pero ¿de dónde consiguen las armas para atacar a las poblaciones, quién les da misiles, tanques, cohetes, minas? ¿De dónde sacan esos arsenales, de dónde salen esos terroristas?, cuestionó.
Mientras tanto, observó, las potencias occidentales prohíben la exportación de equipos médicos a Siria: entonces cómo pueden hablar de preocupación por la situación humanitaria.
Para acabar con el sufrimiento de las personas en Ilded, hay que ir a las causas profundas y poner fin al terrorismo y acabar con la asistencia que le prestan desde el extranjero, recalcó el diplomático árabe.
Jaafari también denunció la quema intencionada de cosechas de trigo y cebada para cortar los suministros a la población y señaló a Turquía por permitir desde sus fronteras la entrada de terroristas y de armamento, lo cual viola los compromisos contraídos en Astaná.
Este terrorismo económico y el castigo colectivo hacia el pueblo sirio deben parar, demandó.
Mientras tanto, recalcó, el Gobierno de Damasco seguirá defendiendo a su territorio y a sus ciudadanos de la amenaza terrorista.
El embajador sirio lanzó fuertes críticas contra los informes de la ONU sobre la situación en Idleb y preguntó que fuentes emplea el organismo multilateral para elaborar esos reportes que contienen información engañosa.
Por su parte, la delegación de Irán recordó al Consejo de Seguridad que la zona de desescalada de Idleb se creó para proteger a los civiles sirios de los terroristas, y no para convertirse en un refugio de los extremistas.
Esos grupos no pueden seguir controlando el territorio de un Estado soberano, ni seguir usando a las personas indefensas como escudos humanos, enfatizó
Turquía, por su parte, también reconoció la presencia de combatientes extranjeros en Siria y rechazó las acusaciones de Damasco.
Hace nueve años estalló un conflicto en Siria, en buena medida como resultado del interés de Occidente y sus aliados regionales de imponer un cambio de régimen y derrocar al presidente Bashar Al Assad.
Ante las acusaciones lanzadas por Estados Unidos, Francia, Reino Unido y otros países occidentales en el Consejo de Seguridad, el embajador sirio denunció el apoyo que reciben los grupos terroristas de los mismos países que dicen estar preocupados por la situación humanitaria.
Damasco y sus aliados no atacan escuelas ni hospitales, recalcó y demandó al Consejo acabar con las políticas selectivas y sesgadas que pasan por alto los crímenes de los grupos terroristas y el apoyo que le prestan algunos Gobiernos.
Esas agrupaciones extremistas han ocasionado la muerte de cientos de civiles, pero ¿de dónde consiguen las armas para atacar a las poblaciones, quién les da misiles, tanques, cohetes, minas? ¿De dónde sacan esos arsenales, de dónde salen esos terroristas?, cuestionó.
Mientras tanto, observó, las potencias occidentales prohíben la exportación de equipos médicos a Siria: entonces cómo pueden hablar de preocupación por la situación humanitaria.
Para acabar con el sufrimiento de las personas en Ilded, hay que ir a las causas profundas y poner fin al terrorismo y acabar con la asistencia que le prestan desde el extranjero, recalcó el diplomático árabe.
Jaafari también denunció la quema intencionada de cosechas de trigo y cebada para cortar los suministros a la población y señaló a Turquía por permitir desde sus fronteras la entrada de terroristas y de armamento, lo cual viola los compromisos contraídos en Astaná.
Este terrorismo económico y el castigo colectivo hacia el pueblo sirio deben parar, demandó.
Mientras tanto, recalcó, el Gobierno de Damasco seguirá defendiendo a su territorio y a sus ciudadanos de la amenaza terrorista.
El embajador sirio lanzó fuertes críticas contra los informes de la ONU sobre la situación en Idleb y preguntó que fuentes emplea el organismo multilateral para elaborar esos reportes que contienen información engañosa.
Por su parte, la delegación de Irán recordó al Consejo de Seguridad que la zona de desescalada de Idleb se creó para proteger a los civiles sirios de los terroristas, y no para convertirse en un refugio de los extremistas.
Esos grupos no pueden seguir controlando el territorio de un Estado soberano, ni seguir usando a las personas indefensas como escudos humanos, enfatizó
Turquía, por su parte, también reconoció la presencia de combatientes extranjeros en Siria y rechazó las acusaciones de Damasco.
Hace nueve años estalló un conflicto en Siria, en buena medida como resultado del interés de Occidente y sus aliados regionales de imponer un cambio de régimen y derrocar al presidente Bashar Al Assad.