Perú: ex presidente Fujimori cumplió 10 años de condena
Al cumplirse ayer diez años de su condena a 25 años de prisión, el ex presidente peruano, Alberto Fujimori, permanece en prisión y sin posibilidades visibles de salir libre antes de cumplir su pena. La fecha no obtuvo gran recordación en la prensa, como tampoco el autogolpe de estado el 5...



Al cumplirse ayer diez años de su condena a 25 años de prisión, el ex presidente peruano, Alberto Fujimori, permanece en prisión y sin posibilidades visibles de salir libre antes de cumplir su pena.
La fecha no obtuvo gran recordación en la prensa, como tampoco el autogolpe de estado el 5 de abril de 1992, que sirvió a Fujimori para cerrar el parlamento y aplicar sin miramientos el modelo neoliberal y establecer un régimen de mano dura y corrupción.
Fueron los crímenes -torturas, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales y otros crímenes de lesa humanidad- los que determinaron que la corte suprema lo condenara el 7 de abril de 2009 a 25 años de cárcel.
La condena se cuenta desde que Fujimori fue detenido el 7 de noviembre de 2005 a su llegada a Chile, a la espera del proceso de extradición aprobada en septiembre de 2007, tras lo cual fue enviado a Lima, donde fue internado en una exclusiva prisión, en un cuartel policial.
Había llegado a Chile, según diversas versiones por un error de cálculo que le habría hecho creer que sus buenas relaciones con ese país harían que le permitieran un retorno supuestamente triunfal a Perú y que en su país tendría apoyo de masas, nada de lo cual se cumplió.
Finalmente, fue condenado como autor mediato de dos matanzas ejecutadas por un escuadrón ilegal de inteligencia dedicado a liquidar presuntos insurgentes, así como de los secuestros de un periodista y un empresario; y también por corrupción confesa.
Su defensa en el juicio se aferró a que todo lo hizo para luchar contra el terrorismo y tras la condena su hija y heredera política, Keiko, sostuvo que los 'perdedores de la guerra', es decir los grupos armados a los que derrotó, impulsaron 'un juicio político y mediático'.
Tras la sentencia, Keiko Fujimori anunció la cración de un nuevo partido fujimorista, Fuerza 2011 (hoy Fuerza Popular) para emprender una cruzada por la libertad de su padre, obviamente cuando fuera elegida presidente.
En los comicios de 2011, fue derrotada por el neoliberal Alan García, quien no indultó a Fujimori padre, como asumían los fujimoristas que debía hacer en virtud de la alianza política que tenía.
En 2016, Keiko fracasó en su segundo intento de ser presidente y en la segunda vuelta electoral, como le ocurrió en 2011, fue vencida por el nacionalista Ollanta Humala, a quien ella y sus hermanos pidieron un indulto humanitario para el padre.
Humala rechazó la petición porque el preso no había cumplido requisitos fundamentales para una gracia de ese tipo, como reconocer sus culpas, arrepentirse y pedir perdón a las familias de las víctimas.
En su tercer intento por ganar la presidencia en 2016, Keiko Fujimori, se comprometió a no usar el poder a favor de sus parientes, en caso de ser elegida, pues le habían señalado que quería ser presidenta solo para liberar a su padre.
Tras ser nuevamente derrotada por Pedro Pablo Kuczynski -pese a que en primera vuelta obtuvo más del doble de los votos de su rival- el nuevo mandatario, que había prometido, para ganar, que no indultaría a Fujimori, sugirió que la mayoría parlamentaria obtenida por FP aprobara una ley de prisión domiciliaria para ancianos como el preso. En el marco de pugnas con su hermano menor, Kenji, que planteaba sacar libre al padre como sea, ella se negó a usar su mayoría para liberarlo.
En diciembre de 2017, cercado por la hostilidad del parlamento dominado por el fujimorismo, Kuczynski pactó bajo la mesa con Kenji indultar a Fujimori cambio de que una fracción fujimorista impidiera su destitución por indicios de corrupción, lo que se cumplió.
En marzo de 2018, Kuczynski fue destituido por esos indicios y en octubre de ese mismo año el poder judicial peruano, tras cuestionamientos externos al indulto, anuló la medida.
Los análisis políticos hablan de una recomposición del desgastado y hoy impopular fujimorismo.
La fecha no obtuvo gran recordación en la prensa, como tampoco el autogolpe de estado el 5 de abril de 1992, que sirvió a Fujimori para cerrar el parlamento y aplicar sin miramientos el modelo neoliberal y establecer un régimen de mano dura y corrupción.
Fueron los crímenes -torturas, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales y otros crímenes de lesa humanidad- los que determinaron que la corte suprema lo condenara el 7 de abril de 2009 a 25 años de cárcel.
La condena se cuenta desde que Fujimori fue detenido el 7 de noviembre de 2005 a su llegada a Chile, a la espera del proceso de extradición aprobada en septiembre de 2007, tras lo cual fue enviado a Lima, donde fue internado en una exclusiva prisión, en un cuartel policial.
Había llegado a Chile, según diversas versiones por un error de cálculo que le habría hecho creer que sus buenas relaciones con ese país harían que le permitieran un retorno supuestamente triunfal a Perú y que en su país tendría apoyo de masas, nada de lo cual se cumplió.
Finalmente, fue condenado como autor mediato de dos matanzas ejecutadas por un escuadrón ilegal de inteligencia dedicado a liquidar presuntos insurgentes, así como de los secuestros de un periodista y un empresario; y también por corrupción confesa.
Su defensa en el juicio se aferró a que todo lo hizo para luchar contra el terrorismo y tras la condena su hija y heredera política, Keiko, sostuvo que los 'perdedores de la guerra', es decir los grupos armados a los que derrotó, impulsaron 'un juicio político y mediático'.
Tras la sentencia, Keiko Fujimori anunció la cración de un nuevo partido fujimorista, Fuerza 2011 (hoy Fuerza Popular) para emprender una cruzada por la libertad de su padre, obviamente cuando fuera elegida presidente.
En los comicios de 2011, fue derrotada por el neoliberal Alan García, quien no indultó a Fujimori padre, como asumían los fujimoristas que debía hacer en virtud de la alianza política que tenía.
En 2016, Keiko fracasó en su segundo intento de ser presidente y en la segunda vuelta electoral, como le ocurrió en 2011, fue vencida por el nacionalista Ollanta Humala, a quien ella y sus hermanos pidieron un indulto humanitario para el padre.
Humala rechazó la petición porque el preso no había cumplido requisitos fundamentales para una gracia de ese tipo, como reconocer sus culpas, arrepentirse y pedir perdón a las familias de las víctimas.
En su tercer intento por ganar la presidencia en 2016, Keiko Fujimori, se comprometió a no usar el poder a favor de sus parientes, en caso de ser elegida, pues le habían señalado que quería ser presidenta solo para liberar a su padre.
Tras ser nuevamente derrotada por Pedro Pablo Kuczynski -pese a que en primera vuelta obtuvo más del doble de los votos de su rival- el nuevo mandatario, que había prometido, para ganar, que no indultaría a Fujimori, sugirió que la mayoría parlamentaria obtenida por FP aprobara una ley de prisión domiciliaria para ancianos como el preso. En el marco de pugnas con su hermano menor, Kenji, que planteaba sacar libre al padre como sea, ella se negó a usar su mayoría para liberarlo.
En diciembre de 2017, cercado por la hostilidad del parlamento dominado por el fujimorismo, Kuczynski pactó bajo la mesa con Kenji indultar a Fujimori cambio de que una fracción fujimorista impidiera su destitución por indicios de corrupción, lo que se cumplió.
En marzo de 2018, Kuczynski fue destituido por esos indicios y en octubre de ese mismo año el poder judicial peruano, tras cuestionamientos externos al indulto, anuló la medida.
Los análisis políticos hablan de una recomposición del desgastado y hoy impopular fujimorismo.