Chile, primer país que prohíbe vender en bolsas plásticas
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha promulgado el viernes 3 de agosto la ley que prohíbe la entrega de bolsas de plástico en el comercio, informa el Diario Oficial de la República. El país andino es el pionero en América Latina en adoptar esta drástica medida encaminada a...



El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha promulgado el viernes 3 de agosto la ley que prohíbe la entrega de bolsas de plástico en el comercio, informa el Diario Oficial de la República. El país andino es el pionero en América Latina en adoptar esta drástica medida encaminada a proteger el medioambiente.
“Se excluyen de esta prohibición las bolsas que constituyan el envase primario de alimentos, que sea necesario por razones higiénicas o porque su uso ayude a prevenir el desperdicio de alimentos”, reza la normativa.
La legislación da un plazo de adecuación de seis meses a las grandes empresas, mientras que “las microempresas, pequeñas empresas y medianas empresas” gozarán de un plazo de dos años.
Según la ley, durante el período de adaptación las tiendas sólo podrán entregar un máximo de dos bolsas plásticas “a los consumidores por cada compra que realicen”.
La sanción por incumplimiento será del equivalente a 370 dólares por cada bolsa de plástico entregada.
A finales de julio se reportó que los investigadores de la empresa chilena SoluBag habían creado unas bolsas de plástico solubles en agua que no dañan el medioambiente. La innovación no contiene los perjudiciales derivados de petróleo del plástico ordinario, que fueron sustituidos por derivados de una caliza no contaminante.
Afectación
Las bolsas plásticas, como se originan en el petróleo, aumentan la emisión del dióxido de carbono (CO2) acelerando así el calentamiento global.
Se mezclan en la cadena alimentaria suponiendo un peligro para los seres vivos, llevan hasta la extinción de las especies. Causan la contaminación de los ríos y mares poniendo en peligro también los seres vivos allí.
Si se lleva en ellas frutas y legumbres, suponen también un riesgo para la salud humana. Y, en el proceso de su producción contribuyen a la extinción de los recursos naturales y fuentes de agua.
“Se excluyen de esta prohibición las bolsas que constituyan el envase primario de alimentos, que sea necesario por razones higiénicas o porque su uso ayude a prevenir el desperdicio de alimentos”, reza la normativa.
La legislación da un plazo de adecuación de seis meses a las grandes empresas, mientras que “las microempresas, pequeñas empresas y medianas empresas” gozarán de un plazo de dos años.
Según la ley, durante el período de adaptación las tiendas sólo podrán entregar un máximo de dos bolsas plásticas “a los consumidores por cada compra que realicen”.
La sanción por incumplimiento será del equivalente a 370 dólares por cada bolsa de plástico entregada.
A finales de julio se reportó que los investigadores de la empresa chilena SoluBag habían creado unas bolsas de plástico solubles en agua que no dañan el medioambiente. La innovación no contiene los perjudiciales derivados de petróleo del plástico ordinario, que fueron sustituidos por derivados de una caliza no contaminante.
Afectación
Las bolsas plásticas, como se originan en el petróleo, aumentan la emisión del dióxido de carbono (CO2) acelerando así el calentamiento global.
Se mezclan en la cadena alimentaria suponiendo un peligro para los seres vivos, llevan hasta la extinción de las especies. Causan la contaminación de los ríos y mares poniendo en peligro también los seres vivos allí.
Si se lleva en ellas frutas y legumbres, suponen también un riesgo para la salud humana. Y, en el proceso de su producción contribuyen a la extinción de los recursos naturales y fuentes de agua.