El jaguar y la vida misma

La principal amenaza para el tigre y el jaguar es el ser humano y nadie parece interesado en proteger realmente una especie emblemática pero “inútil” e “incómoda” para la vida moderna

Mañana 29 de julio se celebra el día internacional del Tigre en una fecha oficial amparada por las Naciones Unidas y que se instauró luego de que los países que todavía cuentan con población de tigres criados en libertad se reunieran para analizar su problemática. Los firmantes del acuerdo Bangladesh, Bután, China, India, Indonesia, Camboya, Laos, Malasia, Myanmar, Nepal, Tailandia, Vietnam y Rusia.

Existe un acuerdo similar sobre el jaguar que lo firman los 18 países que aparentemente todavía tienen vida del animal rey de los Andes: México, Belice, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Guyana Francesa, Guatemala, Venezuela, Guyana, Surinam, Paraguay, Colombia, Argentina, Perú, Bolivia y Brasil y que también se celebra un 29, aunque en noviembre.

Los problemas esencialmente son los mismos y tienden a agravarse con el paso del tiempo, más en esta etapa post pandemia cruzada por los efectos de una guerra de invasión de las de antes que ha seguido adulterando cadenas de distribución y afilando los afanes acumulativos de los países, pues la principal amenaza para el tigre y para el jaguar es la misma: el ser humano en alguna de las siguientes formas:

Por el tráfico ilegal: Los colmillos de tigres y jaguares son muy valorados dentro de la medicina asiática, creyéndose que partes de su cuerpo pueden generar grandes cambios en la salud de una persona, sobre todo en lo que respecta a vigor y fortaleza. Pero su piel, también es muy cotizada en mercados de la moda y la decoración de interiores. Lo que se traduce en grandes ganancias para los cazadores furtivos.

Perdidas de su hábitat: Cada jaguar necesita una amplia extensión de terreno donde poder vivir, desplazarse y cazar. Los centros urbanos han ido reduciendo las extensiones de tierra, por lo que se ha hecho común que varios machos coincidan en zonas de caza y se originen peleas que terminan con la muerte de alguno de ellos. También el cambio climático ha jugado su papel en esta crisis, en los últimos años 4 islas habitadas por este tipo de felinos han terminado sumergidas en el mar, debido al deshielo de los polos.

Conflictos de pastoreo: Otra terrible realidad que ha generado la civilización, es la de obligar a los tigres a desplazarse hacia las ciudades para encontrar sustento. No es raro enterarse de la perdida de algunas cabezas de ganado por parte de un tigre o que una persona fue atacada por este felino cuando lo vio andar por su propiedad. Por lo general, en este tipo de eventos se opta por darle caza al animal en vez de controlar la situación y llevarlo a un refugio o área, adecuada para él.

La minería ilegal: La explotación de terrenos que sirven de zona de caza para los tigres y jaguares también lo obligan a desplazarse o atacar al invasor. Los mineros ilegales, prefieren darle caza a los felinos, para disminuir el riesgo de ser descubiertos y perder su fuente de ingresos y esto es algo que en Bolivia está cada vez más al alza.

En esta época donde el egoísmo y la supremacía de la especie humana se han impuesto como accionantes vitales, la supervivencia del jaguar se convierte en una especie de asunto menor: Es majestuoso, pero no es útil para la vida moderna. Ojalá alguna vez todos reflexionen sobre lo miserable de ese posicionamiento.


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