¿Leche de contrabando en Padcaya?
Es necesario fomentar la conciencia individual para consumir lo local, que no es fácil, pero las autoridades no pueden mirar de palco mientras sus recursos se gastan de forma dañina para su propio municipio, para el departamento y para el país
La noticia parecía insólita, pero resultó real. El municipio de Padcaya, que produce más de 12.000 litros de leche al día según el censo lechero de 2017 y que es el segundo municipio productor de lácteos más importante del departamento había decidido gastar parte del bono escolar en leche argentina, además, ingresada de contrabando.
Con la pandemia, todos los municipios del país han tenido la pulseada con los vecinos a cuenta de los recursos del desayuno escolar, pues con las clases suspendidas se ha solicitado en forma de bono. Unos optaron por canastas, y la mayoría, por transferencia directa a particulares aprovechando las normas de la pandemia.
En Padcaya se ha dado una situación mixta en la que el Gobierno Municipal entregó dinero en efectivo – cheques – a las juntas de padres de familia, que a su vez recibieron canastas alimentarias aparentemente pactadas entre todos. El mecanismo llama la atención, pues según los datos son 3.949 beneficiarios a los que se les ha transferido el monto total de 1.081.118, es decir, unos 270 bolivianos por persona.
Más del 80% de la población de Padcaya se dedica al agro y una gran parte tiene reses cuya leche entrega a las industrias tarijeñas de leche
El grueso de los productos que aparecen en las fotografías publicadas por el propio Gobierno Municipal de Padcaya corresponden a productos argentinos: durazno al jugo, aceite, arroz y sí, también leche.
Padcaya es frontera, y por sus rincones hay algunos de los pasos ilegales más conocidos del país, por lo que el consumo de productos argentinos es más que frecuente, sin embargo, en un momento como el actual y con un producto tan sensible, no parece normal.
El Senasag confirmó que la leche entregada no cuenta con registro sanitario en Bolivia, por lo que su ingreso ilegal en el país es un hecho, pero aún así ¿cómo una tierra productora de leche puede aceptar entregar leche de contrabando?
Más del 80% de la población de Padcaya se dedica al agro y una gran parte tiene reses cuya leche entrega a las industrias tarijeñas de leche. Una de las quejas recurrentes de los productores de leche es precisamente el bajo precio que se paga por el litro de leche en el campo, una consecuencia del abuso de posición de otras industrias que operan en Bolivia con respaldo transnacional. ¿Cómo puede sustentarse ahora la reclamación?
Algún lector puede considerar que un grano no hace granero y que en general es una cantidad limitada de leche en polvo entregada. Algún otro puede aducir que simplemente se han seguido las reglas del mercado optando por lo más barato y mejor calidad.
Lo cierto es que el mundo está en recesión, Bolivia y Tarija viven momentos delicados, y la receta inmediata que se viene aplicando en todo el mundo, al fin, es la de priorizar el consumo local, comprarle al vecino de forma que los recursos se queden en el país, lo más cerca posible, para respaldar la inversión y generar puestos de trabajo. Es necesario fomentar la conciencia individual, que no es fácil, pero las autoridades no pueden mirar de palco mientras sus recursos se gastan de forma dañina para su propio municipio, para el departamento y para el país. Ojalá todos los demás tomen nota de lo que no hay que hacer.