Rumbo a las elecciones subnacionales

El sistema está tocado, pero algunas cosas se aprendieron de las recientes elecciones nacionales. No hay opciones de victoria sin proyecto, y eso está por encima de nombres y figuras, y también de eslóganes fáciles o hegemonía institucional

Ya hay fecha para las elecciones subnacionales. Serán el 7 de marzo, tres semanas después de un incierto carnaval, un año después de lo que se debía producto de la catarsis nacional de 2019 y aun así, demasiado pronto para algunos, que seguirán ensayando discursos de auto justificación hasta la fecha en la que se inscriban las candidaturas.

Formalmente, Bolivia está en campaña desde el día después de que se perdiera el mar por segunda vez, esta vez en La Haya, el 1 de octubre de 2018. Esto considerando que lo de antes no era campaña. Ese día se consolidaron candidaturas y se encajaron las Primarias para acelerar todo el proceso y agotar los discursos. El 18 de octubre de 2020 se logró un resultado definitivo a nivel nacional, pero no hay tiempo para descansar, pues ya llegan las carreras para conformar listas de diputados y senadores.

La pandemia sigue condicionando nuestras vidas, el MAS ha vuelto a plaza Murillo, y en Tarija la crisis nueva se suma a la crisis vieja

Las elecciones municipales y departamentales llegan en medio de un clima de agotamiento general, con la sensación de haber salido de una pesadilla, pero que sigue amenazando. La pandemia sigue condicionando nuestras vidas, el Movimiento Al Socialismo ha vuelto a plaza Murillo, y en Tarija la crisis nueva se suma a la crisis vieja y la situación económica se vuelve por demás precaria.

El modo en el que se han resuelto las elecciones nacionales y el largo ciclo que Tarija lleva viviendo en una autonomía más reivindicada que efectiva ha abierto nuevos horizontes de reflexión. En las apuestas vuelven a aparecer prácticamente los mismos nombres que en los últimos 20 años han copado los diferentes cargos, pero el escenario parece diferente.

Tarija sigue siendo uno de los departamentos con el índice de calidad de vida más alto del país, pero su poderío económico de inicios de siglo, cuando se avistaba un futuro inmediato y generoso merced a los hidrocarburos, ha ido decayendo. Tarija produce hoy menos gas que hace diez años con San Alberto en las últimas y San Antonio dando muestras de agotamiento, pero esencialmente, el modelo dependiente de las regalías no ha variado.

Mientras tanto, la Asamblea Legislativa Departamental, que tuvo cinco años y uno extra para acabar la Ley Electoral propia, no ha llegado a tiempo, por lo que son los lineamientos nacionales los que volverán a regir esta cita, mal que le pese al departamento.

El sistema está tocado, pero algunas cosas se aprendieron de las recientes elecciones nacionales. No hay opciones de victoria sin proyecto, y eso está por encima de nombres y figuras, y también de eslóganes fáciles o hegemonía institucional. No es la unidad, ni es la renovación, ni es el cambio porque sí, ni la continuidad. Los ciudadanos son por demás sabios para ponderar las opciones, calcular el futuro y votar con una mano en el corazón y otra en el bolsillo, como se ha hecho toda la vida, dependiendo del momento. 


Más del autor
Las incoherencias
Las incoherencias
Tema del día
Tema del día
Bendición de libertad
Bendición de libertad