El urgente salvataje municipal, tarea para Arce Catacora
Tanto en la Asociación de Municipios de Bolivia (AMB) como en la Federación de Asociaciones Municipales (FAM) hay proyectos de ley y planteamientos que permitan oxigenar la situación de las Alcaldías
Entramos en la recta final del año, que habitualmente es complicada, pero que además este año suma los perversos efectos de la pandemia y un cambio de ejecutivo nacional, que siempre genera relajos y torpezas burocráticas, dos motivos que el próximo Gobierno debería tener en cuenta desde el principio para plantear un procedimiento ágil que permita, sobre todo, salvaguardar el empleo formal.
De todas las instituciones, los Gobiernos Municipales son los más sensibles, por aquello de estar más cerca de las necesidades de los ciudadanos y tener que administrar varios servicios que le llegan directamente a la gente.
Es posible que la administración pública esté sobrecargada de personal, que haya demasiados funcionarios ineficientes haciendo trabajos innecesarios en pleno siglo XXI, aunque también es verdad que esa incapacidad es el resultado de las cabezas políticas, que no son capaces de canalizar los cambios que necesita la institución. En cualquier caso, no parece que estemos en un buen momento para achicar las plantillas de personal de las instituciones públicas e incrementar así el número de desempleados, agravando aún más la crisis de consumo – perjudicando a los que “viven del día” – y congelando la inversión.
Los Gobiernos Municipales son los más sensibles, por aquello de estar más cerca de las necesidades de los ciudadanos y tener que administrar varios servicios que les llegan directamente
El caso del municipio de Tarija es especialmente sensible, pues arrastra vicios en la contratación de personal desde principios de siglo y que durante las tres gestiones de Óscar Montes y la última de Rodrigo Paz Pereira solo han hecho que agrandarse. La solución está clara: cumplir un laudo que los sindicatos legítimamente han peleado con la Ley en la mano, pero cuya aplicación dejaría al Gobierno Municipal en quiebra técnica y fuera de la Ley.
No es el único caso en el país, pero sí uno de los más delicados. En cualquier caso, todos gobiernos municipales en estos momentos topan con la caída de los recursos – pese a la recuperación de parte del Fondo de Incentivos petroleros – y requieren un plan de choque urgente para que la economía no se paralice y los empleos se conserven.
Tanto en la Asociación de Municipios de Bolivia (AMB) como en la Federación de Asociaciones Municipales (FAM) hay proyectos de ley y planteamientos que permitan oxigenar la situación de las Alcaldías. En ese sentido parece propicio el momento.
Luis Arce Catacora asumirá el poder el 8 de noviembre, y aunque todavía se desconoce quién será el titular de la cartera de Economía que él ocupó por años, es evidente que será alguno de sus estrechos y aguerridos colaboradores. La gravedad de la crisis y el conocimiento de la situación económica del país invita a pensar que no tardará en aplicar por decreto un plan de choque con medidas de reactivación que puedan paliar en algo la emergencia. Esperemos que en ese camino, los Gobiernos Municipales en general y el de Cercado en particular encuentren soluciones a sus urgencias. La ciudadanía lo necesita.
