La electricidad y la deuda moral con Bermejo

La falta de luz afecta a la distribución de agua y su almacenamiento en previsión alienta el dengue. La promesa de Áñez de conectar al SIN llega al final de la gestión sin recursos disponibles en el TGN

Con gran algarabía llegó la presidenta Jeanine Áñez a Bermejo para anunciar el inicio de las obras del interconectado eléctrico al Sistema Nacional, una obra estratégica y fundamental que lleva años embarrada entre los pulsos políticos y la ineficiencia.

El acto se enmarca en los acuerdos Gobierno – Gobernación para este final de legislatura transitoria. El Gobernador Adrián Oliva ha conseguido - cuando ya Áñez no tiene ni interés político ni dinero en el Tesoro General de la Nación -, que el Gobierno Nacional asuma unos pocos compromisos sobre el papel que sentarán un precedente de negociación con el futuro gobierno: La “devolución” de la generación eléctrica en San Jacinto – que requiere un cambio de Ley – es un ejemplo. También el traspaso de la variante Canaletas – Entre Ríos, que pasará a administración de la ABC, aunque ya ha advertido que no tiene un centavo para acometer las muchas obras que se requieren para su estabilización. El tercero es este compromiso de interconectar Bermejo al sistema nacional.

Los bermejeños, curados de espanto a estas alturas, tienen poca expectativa, pero aun así supone una inversión fundamental para el bienestar social de la capital del triángulo sud.

Arrancar un compromiso en estos tiempos de zozobra económica e incertidumbre política es una buena jugada pero con poco piso. Salvo que se avance muy rápidamente, el Gobierno entrante podrá revisar y detener todo aquello comprometido por Áñez en nombre de su buena imagen

Tarija fue de los últimos departamentos del país en conectarse a la línea de alta tensión que administra ENDE y que cruza el territorio nacional. A Tarija llegó para llegar a Villa Montes, donde se instaló una Termoeléctrica que quema gas para transformarlo en energía y llevarla a cientos de kilómetros – con sus pérdidas caloríficas – para que funcione la industria en el eje central. A su paso se abre la posibilidad de abastecer los municipios colindantes, aunque en Cercado aún está pendiente el famoso anillo energético. Bermejo, a desmano de la línea, había perdido la expectativa por el volumen de inversión que se requería.

En Bermejo brotó la primera gota de petróleo en territorio nacional hace casi un siglo, y hoy carece de gas, de luz y de agua. El sistema de generación eléctrica está en manos de turbinas mil veces remendadas. Sus continuos fallos afectan al servicio de provisión de agua corriente, porque el agua debe bombearse desde el río. El proyecto de provisión por abducción desde el río San Telmo va camino de batir todos los récords de proyectos demorados y atrasados, con casi una década de ejecución – más precisamente, de no ejecución -.

La desconfianza en el sistema eléctrico y su consecuencia sobre el agua está provocando graves problemas de salud: el dengue se multiplica a gran velocidad, pues por mucho que se insista en los recipientes de agua, los bermejeños viven obligados a almacenar por si acaso, pues los cortes son demasiado comunes sobre todo en verano.

Arrancar un compromiso en estos tiempos de zozobra económica e incertidumbre política es una buena jugada pero con poco piso. Salvo que se avance muy rápidamente, el Gobierno entrante podrá revisar y detener todo aquello comprometido por Áñez en nombre de su buena imagen. O tal vez no.

Lo que sí es imperioso es cumplir con Bermejo, llevar los servicios básicos al municipio centinela que sigue erguido y pujante en medio de tanta crisis y tanta precariedad.


Más del autor
Tema del día
Tema del día
La enseñanza de Marco Aurelio
La enseñanza de Marco Aurelio