Espacio publicitarioEspacio publicitarioEspacio publicitario

Recuperar la industrialización frente a la crisis del petróleo

El lunes, cuando el barril de petróleo West Texas Intermediate (WTI) - el de referencia para América - registraba la peor caída de su historia hasta el punto de cotizar en negativo, las principales autoridades del sector de hidrocarburos en el país repartían barbijos a la Policía y hacían...

El lunes, cuando el barril de petróleo West Texas Intermediate (WTI) - el de referencia para América - registraba la peor caída de su historia hasta el punto de cotizar en negativo, las principales autoridades del sector de hidrocarburos en el país repartían barbijos a la Policía y hacían reuniones con alcaldes para evaluar las capacidades sanitarias disponibles, funciones que deberían ser propias de los responsables de Salud y que, por cierto, no necesitarían acto público alguno.

En horas de la tarde de ese lunes aún se convocaba a alegres conferencias sobre desafíos verdes a través de cualquiera de las plataformas virtuales que tan de moda se han puesto con el Gran Confinamiento mundial. Un poco más tarde, se “acertó” a emitir un comunicado en el que las autoridades del sector hidrocarburífero se mostraban “sorprendidas” por el derrumbe de precios.

48 horas después vio la luz un “paper” del Ministerio de Hidrocarburos de cinco páginas en el que se esbozaba un plan a mediano plazo basado en las potencialidades internas y se interpretaba una situación que se venía descontando en los mercados desde enero, hasta la situación límite que tuvo que ver con el vencimiento de plazos de futuros, pero también con el repunte de los casos de coronavirus en China y la determinación de ingresar en una nueva cuarentena de tres semanas.

El comunicado contiene frases, párrafos y aseveraciones que hubiera suscrito el siempre optimista y prestidigitador Luis Alberto Sánchez, el último ministro de hidrocarburos de Evo Morales que enterró el proyecto de industrialización mientras hablaba de internacionalización y de inocuidad a los efectos del mundo. “Para nuestro país, el efecto inmediato de lo que ocurre en el mundo es nulo”, dice el documento citado difundido ayer.
No se trata de recuperar el proyecto “masista” como algunos opinadores interesados o “interesables” han tratado de posicionar, olvidando que el mismo Gobierno de Morales extravió el proyecto de la tercera nacionalización, sino de recuperar la esencia del desarrollo nacional tantas veces argumentado por Montenegro, Almaraz, Quiroga Santa Cruz, Solíz Rada y tantos otros
El texto justifica también la falta de cintura – o de diligencia por haber estado en  asuntos propios de la cartera de Salud – de no haber reaccionado comprando en la coyuntura al ser Bolivia un país importador de refinados y combustibles. Esta operación - que sí hizo Estados Unidos, que pidió 75 millones de barriles, el 85% de la producción mundial diaria - hubiera aliviado las arcas coyunturalmente en el corto plazo, pensando en la desescalada del confinamiento; pero el Ministerio y YPFB dicen que prefirieron precautelar una serie de proyectos y puestos de trabajo de energías alternativas que apenas son un proyecto a largo plazo y complementarios al requerimiento. No, no van a haber autos de hidrógeno en Bolivia hasta fin de año ni Bermejo va a contar con auto generadores eólicos.

Tampoco se han planteado bajar el precio de los combustibles internamente, aunque sea mientras dure el bajón del petróleo internacionalmente, que bien le vendría a la economía vapuleada de nuestra población, desafiando las consabidas recetas de los analistas vinculados a la capitalización/privatización  de YPFB en el pasado.

Con todo, el documento viene a defender finalmente el proyecto de industrialización interna del gas y el consumo en la industria nacional como única fórmula posible para, a mediano plazo, consolidar el desarrollo del país y recuperar soberanía frente a los vaivenes del mercado. Es, precisamente, el uso de las energías propias, endógenas, para salir airosos de la crisis.

La rectificación es, sin duda, saludable para un Ministerio que hace no tanto ordenó la paralización del proyecto de urea, negó gas a las empresas cementeras de occidente y abrazaba la ampliación del contrato de exportación de gas a Brasil como único camino hacia la “salvación”.

No se trata de recuperar el proyecto “masista” como algunos opinadores interesados o “interesables” han tratado de posicionar, olvidando que el mismo Gobierno de Morales extravió el proyecto con sus retrocesos, dudas y pausas infinitas a partir de 2010, sino de recuperar la esencia del desarrollo nacional tantas veces argumentado por Montenegro, Almaraz, Quiroga Santa Cruz, Solíz Rada y tantos otros y que en este tiempo de desglobalización y fronteras cerradas, está más vigente que nunca.

Más del autor
Cuando una pareja se "separa"
Cuando una pareja se "separa"
Tema del día
Tema del día