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Más estadísticos, menos abogados

Han pasado dos semanas y tres días desde la jornada electoral, y dos semanas justas desde que algunas regiones y ciudades iniciaron bloqueos y movilizaciones para exigir que se esclareciera el procedimiento del cómputo, tan groseramente manejado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Cabe...

Han pasado dos semanas y tres días desde la jornada electoral, y dos semanas justas desde que algunas regiones y ciudades iniciaron bloqueos y movilizaciones para exigir que se esclareciera el procedimiento del cómputo, tan groseramente manejado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Cabe recordar una y mil veces cual es el origen de la crisis que vive el país: el desafío a todas las leyes de la estadística que dejaron al descubierto los cambios repentinos tanto en el sistema de Transmisión Rápida de Actas (TREP) como en el cómputo electoral definitivo.

El TREP alcanzó el 83% poco después de las 20.00 horas del domingo 20 de octubre dando un 7% de ventaja a Evo Morales sobre Carlos Mesa. Se había hundido el partido Bolivia Dice No de Óscar Ortíz y había resultado la estrategia de “voto útil” de Comunidad Ciudadana. Sin apenas creerlo, todo indicaba que se alcanzaba una segunda vuelta inédita en el país.

En general todo el país se fue a dormir con esa sensación de incredulidad… pero el TREP se cortó y apareció al día siguiente ya al 95% dando una ventaja del 10,12% a Evo Morales sobre Carlos Mesa, eliminando esa posibilidad de segunda vuelta que según la estadística, con un escrutinio real del 83% y con siete puntos de diferencia, parecía irreversible.

Algo similar empezó a pasar con el Cómputo Formal. Hasta el 75% de las actas escrutadas, se mantenía un empate técnico a 42% entre CC y MAS, lo que de nuevo, atendiendo a las leyes de la estadística, parecía ciertamente definitivo. Tras el paradigmático cierre en La Paz, el conteo custodiado por ayllus en Potosí y el cambio de sede en Chuquisaca, la distancia se fue al 10,57%.
El pulso en las calles puede llegar a posiciones indeseables, a arengas contrasentido, a apelar a aspectos raciales intolerables para sostener la movilización, pero en cualquier caso, la razón se encontrará, siempre, en los votos del pueblo.
En el caso del TREP, la justificación se busca en la inmensa cantidad de actas que contienen errores y que deben ser depurados de forma manual – aunque eso no acaba de explicar el cambio en los números finales, dado que el proceso es más mecánico -. En el caso del cómputo formal se apela al famoso “voto rural”, que llega con más rezago a las sedes de los Tribunales Departamentales y que tradicionalmente benefician al Movimiento Al Socialismo. Una teoría con fundamento aunque cada vez haya menos población rural y mejores carreteras, pero que no deja de desafiar las leyes de la estadística cuando se habla de un 75% de votos reales de padrón completo.

Desde entonces han aparecido numerosos estudios, denuncias, aseveraciones e incluso algunos tímidos cálculos que han señalado “fraude” en el cómputo. Pero ha llegado el momento de que esas denuncias se hagan efectivas, o se obre en consecuencia.

La Organización de Estados Americanos, con todo su descrédito, ha puesto a disposición el correo [email protected] para que los ciudadanos puedan hacer llegar sus observaciones.

La razón, en este caso, no pasa por una argumentación más o menos sólida y una exposición convincente apoyada en una interpretación de la Ley. Se trata de números, de leyes matemáticas, de ciencias exactas. También de informática, software y vulnerabilidades que siempre dejan huella.

El pulso en las calles puede llegar a posiciones indeseables, a arengas contrasentido, a apelar a aspectos raciales intolerables para sostener la movilización, pero en cualquier caso, la razón se encontrará, siempre, en los votos del pueblo.

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