Los débitos y la lealtad institucional con Tarija

La ausencia de un liderazgo claro en el MAS Tarija está generando problemas de grandes dimensiones en el conjunto del departamento. A ello contribuye también una visión miope de la realidad departamental y una inexistente lealtad a la institucionalidad autonómica: La Ley del 8 por ciento, la...

La ausencia de un liderazgo claro en el MAS Tarija está generando problemas de grandes dimensiones en el conjunto del departamento. A ello contribuye también una visión miope de la realidad departamental y una inexistente lealtad a la institucionalidad autonómica: La Ley del 8 por ciento, la del 45 por ciento, los débitos automáticos y algunas otras iniciativas legislativas tienen como motivación principal la de la “salvación” individual, y no es raro que los accionares den pie a pensar otro tipo de conspiraciones.

La reunión del Gobernador Adrián Oliva con los ocho subgobernadores para calcular el impacto de los famosos débitos automáticos que los municipios están ejecutando para cobrarse “su” ocho por ciento y avanzar así en sus obras concurrentes – que en ningún paso deben confundirse con obras de primera necesidad – sería un buen primer paso, pero en la recta final de la legislatura, todo viene mediatizado por la política.

Los subgobernadores – seis de ocho masistas –, son los principales damnificados de las acciones de los alcaldes – cinco de ocho masistas si no se cuenta a Roger Farfán de Padcaya ni a Miguel Ávila de San Lorenzo, que al final va a todas las proclamaciones de Evo Morales -, pues son los que ejecutan la mayor parte de las obras de inversión pública. La Gobernación ya ha entregado las carreteras que pretendía entregar en este periodo y se concentra en los hospitales y la planta de tratamiento, mientras que los subgobernadores tienen una infinidad de pequeños proyectos de agua, electrificación, caminos, etc., de mayor necesidad que algunos coliseos o centros recreativos que se financian de forma concurrente.

Los débitos son desleales con el proyecto departamental y suponen un asalto en tanto no respetan la planificación y afectan principalmente a los mismos ciudadanos de la misma circunscripción. Es demagógico hablar de “centralismos” y capitalidades, cuando la inversión es mínima en Cercado. Tal vez para algunos resulte propicio instalar once hospitales oncológicos u once aeropuertos internacionales, pero lo cierto es que la ruta al Chaco, por ejemplo, beneficia a todos los vecinos del departamento y a unos más que a otros.
Los débitos son desleales con el proyecto departamental y suponen un asalto en tanto no respetan la planificación y afectan principalmente a los mismos ciudadanos de la misma circunscripción
Alguna vez Walter Ferrufino se proyectó como líder departamental y con capacidad para unir a sus pueblos, hasta que las dudas primero y las urgencias después – en forma de Ley del 45% - lo apartaron del camino. Alguna vez Álvaro Ruíz ha querido mostrarse como alternativa de conciliación departamental, hasta que la aplicación de los débitos automáticos lo han colocado en el lado de los trileros de solución fácil.

Es necesario  abordar de una buena vez una planificación compartida que establezca prioridades y acabe con los gastos insulsos y las chicanas varias. En la Gobernación apenas se administran mil millones de bolivianos mientras el Gobierno Nacional administra más de 280.000 millones de bolivianos. La solución a los problemas no pasa, de ningún modo, por cuartear en pequeñas proporciones las migajas que llegan para desarrollar la autonomía departamental sino por exigir al Gobierno una mejor financiación para los municipios, que ya tienen un alcalde electo y no necesitan más.

 

 

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