El país de las lágrimas
Es tan misterioso el país de las lágrimas nunca amanece siempre es tarde una hoguera siempre arde melancólicas llamas danzando las aves siempre están emigrando sin saber a dónde van ni cuándo volverán los árboles siempre están vestidos de otoño en sus bosques se...
Es tan misterioso el país de las lágrimas
nunca amanece siempre es tarde
una hoguera siempre arde
melancólicas llamas danzando
las aves siempre están emigrando
sin saber a dónde van
ni cuándo volverán
los árboles siempre están vestidos de otoño
en sus bosques se pierde el amante bisoño
toda melodía suena a nostalgia
como la rapsodia de la cardialgia
cada día de la semana
la cara contra la ventana
presionando las lágrimas contra el cristal
esperando y viviendo para esperar
la cabeza en nubes flotantes
ay país de las lágrimas cuyos habitantes
se alimentan de suspiros y sueños heridos
siguen huellas de pasos perdidos
viajeros sin equipajes que vuelan a mil mundos
sin atravesar los muros
los pájaros siguen volando al sur,
pero ninguno vuelve con ramitas de abedul
aquí reina un misterio
que los extranjeros no toman en serio
ellos hablan de sonreír, de amar la vida
nos acusan de locos, depresivos, suicidas
tiene los pies muy grandes para andar en mis zapatos
no comprenden ni el silencio de los gatos
sales de casa con cara de contento
pero las lágrimas más amargas fluyen hacia adentro
afuera de las fronteras hay fiesta
y aquí es la hora de la siesta….
siesta…no está…
nunca amanece siempre es tarde
una hoguera siempre arde
melancólicas llamas danzando
las aves siempre están emigrando
sin saber a dónde van
ni cuándo volverán
los árboles siempre están vestidos de otoño
en sus bosques se pierde el amante bisoño
toda melodía suena a nostalgia
como la rapsodia de la cardialgia
cada día de la semana
la cara contra la ventana
presionando las lágrimas contra el cristal
esperando y viviendo para esperar
la cabeza en nubes flotantes
ay país de las lágrimas cuyos habitantes
se alimentan de suspiros y sueños heridos
siguen huellas de pasos perdidos
viajeros sin equipajes que vuelan a mil mundos
sin atravesar los muros
los pájaros siguen volando al sur,
pero ninguno vuelve con ramitas de abedul
aquí reina un misterio
que los extranjeros no toman en serio
ellos hablan de sonreír, de amar la vida
nos acusan de locos, depresivos, suicidas
tiene los pies muy grandes para andar en mis zapatos
no comprenden ni el silencio de los gatos
sales de casa con cara de contento
pero las lágrimas más amargas fluyen hacia adentro
afuera de las fronteras hay fiesta
y aquí es la hora de la siesta….
siesta…no está…