El necesario acuerdo entre el SUS y el Susat

El diálogo para la coordinación de los seguros de salud nacional y departamental avanzan, y tal vez esa sea la mejor de las noticias para Tarija a estas alturas del partido. El Sistema Único de Salud (SUS) impulsado por el Gobierno es una realidad virtual en la mayor parte de los...

El diálogo para la coordinación de los seguros de salud nacional y departamental avanzan, y tal vez esa sea la mejor de las noticias para Tarija a estas alturas del partido. El Sistema Único de Salud (SUS) impulsado por el Gobierno es una realidad virtual en la mayor parte de los departamentos, pero no en Tarija, donde el Seguro Universal de Salud Autónomo de Tarija sigue vigente luego de doce años de experiencia.

Finalmente tuvo lugar la cumbre entre la Ministra de Salud, Gabriela Montaño, y el Gobernador Adrián Oliva. Los equipos técnicos habían acercado posturas con anterioridad, pero el camino es todavía largo para un acuerdo total que deje satisfechas a ambas partes.

Por el momento, el Ministerio de Salud ha rebajado sus intenciones confiscatorias de competencias y la Gobernación empieza a asumir que la salud es demasiado importante como para no escuchar las alternativas. Falta el acuerdo político definitivo y un reguero interminable de asuntos técnicos que habrá que solventar para que la salud de los tarijeños mejore.
 Tarija tiene hoy por hoy la esperanza de vida al nacer más alta de Bolivia y eso no es el resultado de la casualidad, ni del clima benigno, ni de la buena huerta y mejor vino, que también
El resultado del Susat es evidente. Tarija tiene hoy por hoy la esperanza de vida al nacer más alta de Bolivia con diferencia y eso no es solo el resultado de la casualidad, ni del clima benigno, ni de la buena huerta, que no es que no ayude, que también. Es sobre todo el resultado de haber eliminado la mayor barrera de acceso a la sanidad que es su costo. La gratuidad ha resultado fundamental.

Facilitar el acceso a través de la gratuidad ha permitido que familias enteras puedan visitar regularmente los servicios públicos y tratarse ciertos problemas que de otra manera pasaban al olvido con los riesgos pertinentes de que se agravara. La salud, al fin y al cabo, es el bien más preciado del ser humano, y aunque solo por eso debería ser atendido en igualdad de condiciones, para los políticos es además un asunto que da muchos votos, como ha quedado en evidencia.

Falta un cambio de concepto. El SUS, como el Susat, tienen concepción de seguro, de costo, de que alguien debe pagar por el servicio al más puro estilo estadounidense. No existe una concepción de que el derecho a la salud es universal y que debe brindarse en igualdad de condiciones en todo el país, siendo el Estado quien lo garantice.

Hay también un paso atrás en un Gobierno que nunca creyó en la autonomía. La salud es uno de esos servicios que hay que brindarlos desde la cercanía, que hay que planificarlos sobre el terreno, porque son la gente del terreno la que sabe dónde falta un ítem o donde sobra y donde es más necesario abrir un centro o atender una especialidad.

La campaña se ha disparado demasiado rápido, pero la salud no debería ser objeto de cálculos. El Gobierno tiene ante sí la enésima oportunidad de tender la mano a Tarija y colaborarle en un asunto central, sin chicanas, con honestidad, valorando los avances logrados y complementando el esfuerzo.  Lo mismo al revés. Sería extraordinario lograr cosas extraordinarias en salud yendo de la mano, y que eso no fuera lo extraordinario.

 

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