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La clave de las Primarias

Hasta el 13 de noviembre, los partidos políticos que así lo requieran, pueden presentar sus alianzas ante el Tribunal Supremo Electoral para concurrir a las elecciones Primarias de enero de 2019 y que son condición imprescindible para participar en las elecciones presidenciales y legislativas...

Hasta el 13 de noviembre, los partidos políticos que así lo requieran, pueden presentar sus alianzas ante el Tribunal Supremo Electoral para concurrir a las elecciones Primarias de enero de 2019 y que son condición imprescindible para participar en las elecciones presidenciales y legislativas de ese mismo año.

Quienes no deseen participar en alianza podrán presentar sus candidatos – sea un binomio o sean más – hasta el 27 de noviembre de 2018.

La oposición lleva enfrascada en el debate de si luego de las Primarias es posible o no es posible retirar las candidaturas y formar una alianza real, que no formal, entorno al candidato mejor posicionado en junio, es decir, unos días antes de que se presenten las listas completas con sus diputados, senadores, etc. Los más advierten que será complicado en ese momento no solo por las siglas sino por el propio empuje de quienes ambicionan un cargo parlamentario y por la credibilidad del método de selección:

¿Cuál mejor que uno pagado con dinero público? El argumento del tiempo, tomando en cuenta las experiencias anteriores de prácticamente los mismos actores de la oposición que continúan en carrera, parece responder a otro tipo de intereses.

Lo cierto es que se ha cerrado el otro debate impulsado desde los sectores más radicales respecto a las Primarias y que proponían la no participación en las mismas, que en la misma línea plantearía la no participación en las elecciones generales de octubre de 2019, lo que conllevaría a una desaparición práctica de la oposición como quedó evidenciado en Venezuela y otros países donde la oposición siguió la senda del “boicot” desde su insignificancia.

El argumento primereado por Carlos Mesa hace referencia a que lo ilegal sería la todavía supuesta habilitación de Evo Morales, no la elección en sí.

Un argumento que la oposición explotará pero que no se sostiene en la medida que el Tribunal Constitucional ha ratificado su posición sobre la reelección indefinida.

En el oficialismo no hay discusión, Evo Morales será el candidato único en las Primarias y en la elección, más luego de que la Ley eliminará la posibilidad de crear binomios mixtos o integrar a un miembro en dos binomios, una figura promovida desde los sectores masistas contrarios a Álvaro García Linera y que fue, como acostumbra, aplastada.

En la oposición sin embargo, se vislumbran dos bloques: el del candidato sin estructura, que es Carlos Mesa; y el de las estructuras sin candidato, que son UN, Demócratas, MNR, etc. Pese a la reiteración de encuestas que evidencian las preferencias y que conceden desde hace una década no más del 10 por ciento a determinados candidatos, la insistencia es pertinaz.

No en vano, ambos bloques ya se empiezan a acusar de funcionales al régimen, un clásico en la política boliviana.

Y mientras esto pasa, apenas se han oído propuestas e ideas, líneas bases desde la que convocar a esa supuesta unidad totemizada clave para una victoria – pese a que elecciones cercanas como la de Brasil o Perú lo cuestionan -, ni al Gobierno verbalizar nada diferente que su devaluada agenda 2025, enmarcada en el desarrollismo ortodoxo neoliberal.

Gobierno y oposición se equivocan, empujados seguramente por los nuevos gurús de la comunicación política que aseguran que todo es marketing. Engañar se ha engañado toda la vida en política, no es nada nuevo, y la gente hoy tiene mucha mayor capacidad para conocer, juzgar y tomar posición. Si no hay propuestas alternativas, la solución final es por demás conocida.

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