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Promesas, promesas, promesas

Hace unos días y una vez más la situación de los enfermos de cáncer salió a relucir en varios medios. Estas personas no sólo tienen una enfermedad terminal sino también no poseen el suficiente dinero para luchar por sus vidas. Sin duda es una situación desesperante y peor aun cuando hijos...

Hace unos días y una vez más la situación de los enfermos de cáncer salió a relucir en varios medios. Estas personas no sólo tienen una enfermedad terminal sino también no poseen el suficiente dinero para luchar por sus vidas. Sin duda es una situación desesperante y peor aun cuando hijos pequeños dependen de ellos.
Ximena tiene 33 años y una hermosa niña de dos años. En 2016 le detectaron cáncer de mama, le extirparon un seno y cuando ya creía que la enfermedad había desaparecido ésta reapareció en su otro seno hace tres meses. Esta vivencia es muy común entre los enfermos de cáncer y no hay dinero que aguante.
Bolivia ocupa el último lugar en la lucha contra el cáncer, entre 12 países de la región, según estudio del The Economist Intelligence Unit, publicado en 2017, que hizo una medición de las políticas de prevención y control del mal en América Latina.
Pero tras tantas protestas de las familias de estos enfermos y de ellos mismos, en el último año el Gobierno comenzó con las promesas, así reveló que está elaborando un Plan Nacional contra el cáncer que próximamente será culminado e implementado en los siguientes cinco años.
El jefe de Epidemiología del Ministerio de Salud dijo que “El cáncer es una enfermedad realmente muy cara que pocos estados en el mundo pueden cumplir en su totalidad, y realmente es complejo tratar de responder en su integridad y a la brevedad posible como Estado”. Más aún aseguró que trabajan en ello.
Frente a estas declaraciones los dirigentes de los enfermos de cáncer a nivel nacional opinan que el Estado tiene la posibilidad de implementar un gran centro oncológico y que no lo hace porque no están empapados con el tema.
En Bolivia se sufre a diario por falta de equipos como también de medicamentos, resolver esta situación no es un desafío de ahora sino desde hace muchos años, pero lamentablemente ninguno de los gobernantes de turno pudo hacer nada.
Un tratamiento de quimioterapia cuesta en promedio Bs 30.000, debido a los altos costos de los medicamentos. Una radioterapia cuesta Bs 3.720. Para conseguir este dinero los enfermos se adeudan, venden sus pertenencias y recurren a la solidaridad de los ciudadanos.
¿Pero hasta cuándo tendremos a nuestros enfermos desamparados?, A nivel nacional y departamental el cáncer crece a grandes pasos, en Bolivia en 2017 se registró un aproximado de 18 mil enfermos de cáncer y a nivel departamental 979.
En una última acción el Gobierno prometió a 28 enfermos de cáncer 21 millones de bolivianos. Pero, ¿qué pasará con los demás enfermos? ¿son pertinentes este tipo de acciones?
Es urgente un plan inmediato, no una promesa electoral. Es urgente una atención integral que implique salud, vivienda, nutrición, no solo dentro del hospital sino también fuera. Un plan que contemple la compra de medicamentos.
Hace algunos años (en otra promesa) se proyectó que se resuelva este problema a través de la Agencia Estatal de Medicamentos (Agemed) pero esto no se ha ejecutado hasta ahora y así otro ofrecimiento queda en la nada.
Promesas, promesas, promesas ¿hasta cuándo?

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