Se incrementa la carga femenina en los trabajos de cuidado
Crisis: impacto en el empleo de las mujeres latinoamericanas
Nuevos datos señalan cómo la crisis económica de la pandemia tiene un efecto mucho más significativo sobre el trabajo femenino. Las políticas de reactivación no pueden obviar esta problemática



A estas alturas es ya un hecho que la crisis económica está teniendo un efecto devastador sobre el empleo a nivel mundial. Las medidas de prevención para evitar la propagación del virus, junto a la ralentización de la economía global, han impactado negativamente en el nivel de los salarios, así como en la cantidad de horas trabajadas.
En este contexto, sin embargo, es el trabajo femenino el que ha recibido el golpe más fuerte. En general, los sectores en los que se encuentran empleadas la mayor parte de las mujeres han sido los más afectados por la pandemia y muchos de ellos son los más riesgosos. Pero, junto a lo anterior, muchas mujeres se han visto obligadas a dejar sus fuentes de trabajo para realizar trabajos de cuidado en los hogares, reafirmándose las desigualdades estructurales de género que operan en nuestras sociedades.
Según un reciente estudio que la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha publicado respecto a los efectos de la pandemia en el empleo y en los ingresos de las mujeres latinoamericanas, se señala que: “es preciso hacer esfuerzos para evitar que las múltiples crisis que se han desencadenado en el plano económico y social profundicen los nudos estructurales de la desigualdad de género en América Latina y el Caribe en el corto, mediano y largo plazo”.
10 años de retroceso
El impacto de la crisis en el empleo femenino es preocupante. Si bien antes de la pandemia los mercados laborales de la región ya tenían un pronunciado sesgo que colocaba el trabajo de mujeres en un lugar de desventaja, en la actualidad se estima que ello podría representar un retroceso de diez años en la participación femenina en los mercados laborales.
“Se estima que la tasa de desocupación de las mujeres alcanzaría un 22,2% en 2020 (si se asume la misma tasa de participación del 2019), lo que implica 12,6 puntos porcentuales de variación interanual. La mayor caída de la actividad económica se dio en el segundo trimestre de 2020, con repercusiones en las tasas de desocupación y participación que se evidenciaron en algunos países de la región”, señala el documento de la CEPAL.
En promedio, el PIB de América Latina cayó un 7,7%, mientras que el desempleo aumentó en 10,4 puntos porcentuales en 2020, lo que significa una caída considerable en el ingreso de los hogares. “Si se considera la sobrerrepresentación de las mujeres en los hogares pobres, alrededor de 118 millones de mujeres latinoamericanas vivirán en situación de pobreza”.
Las mujeres en los sectores económicos más afectados
De acuerdo a lo que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha venido señalando en los últimos meses, son los sectores laborales feminizados los más afectados por la pandemia, como el comercio, las industrias manufactureras, el turismo y el servicio doméstico.
Se estima que para América latina, los sectores de riesgo alto frente a la crisis económica concentran un 56,9% del empleo femenino de la región. Además, esos sectores, por lo general, son altamente informales, por lo que las trabajadoras no tienen acceso a servicios de salud ni de seguridad social, lo que representa una vulnerabilidad añadida.
Según la CEPAL, “en el mediano plazo, la menor actividad económica repercutirá en los niveles de ventas y el empleo. El sector del comercio se caracteriza por concentrar una proporción importante del empleo femenino (un 21,6% de las ocupadas) y por una elevada proporción de empleo informal. Un 69,0% de estas mujeres se concentran en empresas de menos de 5 personas y un 41,1% son trabajadoras por cuenta propia”.
Por otro lado, otro sector con mayor proporción de trabajo femenino que resentirá fuertemente la crisis es el de turismo y de servicios de comida. En la región, el 61,5% de los puestos laborales pertenecientes a este sector estaban ocupados por mujeres antes de la pandemia. En los casos de Bolivia, Perú, Honduras, El Salvador y Nicaragua, el porcentaje de trabajo femenino supera el 70%. “El trabajo doméstico remunerado es otro de los sectores fuertemente golpeados por la crisis, ya que, además de estar altamente precarizado, es un tipo de trabajo que no puede ser realizado de forma remota”, señala el informe. Esta situación empeora si, además, se considera que la carga laboral en los hogares aumentó considerablemente debido a que muchas personas ahora pasan clases o trabajan de manera virtual, lo que aumenta la carga laboral de este tipo de trabajo.