La necesidad de una política transparente
¿Cómo distribuir la vacuna para la Covid-19?
Las expectativas puestas en la vacuna contra el nuevo coronavirus son elevadas, sin embargo, aún quedan dudas sobre cómo esta se distribuirá de manera equitativa y segura según criterios sanitarios
En la actualidad existen 11 vacunas que se encuentran en la tercera fase de los ensayos, es decir, en la última etapa antes de su aprobación para su uso masivo. Si bien Rusia y China han aprobado usos limitados y de emergencia para cinco vacunas, es importante señalar que aún no existe una vacuna que haya superado satisfactoriamente todas las pruebas científicas que, según acuerdos internacionales, deben llevarse a cabo para garantizar efectividad y seguridad.
Con todo, lo más posible es que algunas de estas vacunas estarán disponibles para su utilización masiva en los próximos meses. Pero luego de ello se presenta el problema de cómo será distribuida, tanto internacionalmente como al interior de cada país.
Este problema no es menor y debe ser considerado desde criterios científicos y sanitarios, y no políticos o comerciales que beneficien a unos cuantos individuos o empresas.
COVAX: el acuerdo para que todos los países accedan a la vacuna
En los últimos meses el mundo entero viene haciéndose la pregunta sobre cómo distribuir la vacuna una vez que esté disponible. El temor es que las vacunas sean monopolizadas por los países ricos, mientras que los países de ingresos medios o pobres recién tengan acceso a ellas después de muchos meses.
Temor que no es infundado debido a que algunos países, principalmente EE.UU., vienen haciendo convenios bilaterales con empresas para que la mayor parte de su producción de vacunas o tratamientos les sea vendida.
Es por este motivo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha creado lo que se conoce como COVAX (Covid-19 Vaccine Global Acces), un mecanismo para garantizar un acceso mucho más equitativo a la vacuna.
El documento de presentación de COVAX señala que: “Todos los países participantes, independientemente de sus niveles de ingresos, tendrán igual acceso a estas vacunas una vez que se desarrollen. El objetivo inicial es disponer de 2.000 millones de dosis para finales de 2021, que deberían ser suficientes para proteger a las personas de alto riesgo y vulnerables, así como a los trabajadores sanitarios de primera línea”.
Y continúa: “Para las naciones de menores ingresos, que de otro modo no podrían permitirse estas vacunas, estas serán financiadas; también servirá para países de mayores ingresos que se autofinancian pero sin acuerdos bilaterales con los fabricantes. COVAX es, literalmente, un salvavidas y la única forma viable de que sus ciudadanos tengan acceso a las vacunas Covid-19”.
Según ha informado el Ministerio de Salud de Bolivia, el país haría parte de COVAX, lo que en teoría le permite tener acceso a vacunas de manera relativamente temprana, aunque aún no queda claro a cuáles.
¿Quiénes deberían ser los primeros en ser vacunados?
El otro tema que está generando controversia tiene que ver con cuáles serán los sectores de la población más vulnerables o en situación de riesgo que deberían recibir prioridad en la aplicación de vacunas, ya que se espera que los primeros lotes que reciba el país no alcanzarán para toda la población.
Un debate abierto al respecto es fundamental, ya que al ser un tema tan delicado deberá ser manejado de la manera más transparente posible y con respaldo científico. Es obvio que tanto el personal sanitario, así como las personas de la tercera edad harán parte de estos grupos prioritarios, pero seguramente existirán otros criterios que tienen que ser explicitados.
La gestión de la vacuna no puede ser privada
Hace unos días la empresa ZKM, de insumos médicos y publicidad móvil, hizo el anuncio de que en el mes de noviembre llegarían al país vacunas chinas de la firma Sinovac. Este anuncio, de una firma privada y si aval de especialistas en el tema, puede generar confusión y expectativas falsas en la sociedad. Más aún porque aquella vacuna no ha completado la fase tres de evaluación y solo cuenta con una aprobación limitada del gobierno chino.