Surgen dudas sobre el alcance de la crisis económica actual
Recesión o depresión: ¿hacia dónde nos conduce la pandemia?
¿Qué es lo que hace que una crisis económica sea una recesión o una depresión? Esta es la pregunta que muchos economistas están discutiendo a medida que la crisis provocada por la pandemia se profundiza
Hace casi un siglo, en 1929, el mundo vivió la crisis económica global más importante de la que se tenga registro. A esa etapa se la conoció como la “Gran Depresión” y se caracterizó por una profunda crisis que resultó de la especulación financiera en Estados Unidos. Sus consecuencias tuvieron un efecto dominó y afectaron al mundo entero. Lo que caracterizó a esta depresión económica fue su duración, más de una década. Algunos economistas señalan que solo se logró salir de esta gran crisis luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Pero, entonces, ¿cuál es la diferencia entre una recesión y una depresión? La mayoría de los economistas señalarán que lo que diferencia a ambos tipos de crisis económica es su tiempo de duración y lo que ello conlleva.
Una recesión, por lo general, implica un ciclo de desaceleración de la economía y los rasgos más comunes son la disminución del crecimiento económico y del comercio, así como el incremento del desempleo, pero este ciclo suele concluir relativamente pronto se dice que no dura más de dos años. La depresión, en cambio, es una situación de estancamiento.
La pandemia y lo que se ha denominado como el “Gran Confinamiento” los masivos procesos de cuarentena alrededor del mundo, están generando una crisis mundial sin precedentes, que incluso muestran en el corto plazo datos más preocupantes que aquellos de 1929. Sin embargo, todavía no queda claro si el mundo se está adentrando a una nueva gran depresión.
Recesión vs. Depresión
Por lo general, la jerga economista utiliza de manera más seguida el término “recesión”, ya que las mismas son más comunes que las “depresiones”. Una recesión se entiende como “una fase del ciclo económico subsiguiente al auge, que se materializa al empezar a apreciarse síntomas de declive en los principales indicadores de la actividad económica”. Así, se entiende que una recesión puede superarse con políticas económicas adecuadas, caso contrario se puede caer en una depresión.
Por el otro lado, la depresión se entiende como “la fase de declive del ciclo más grave y duradera de una recesión, y subsiguiente a una crisis, y que se manifiesta por la debilidad de la demanda, la contracción del comercio internacional, ascenso del desempleo y el estancamiento o caída del PIB. De la depresión solo se puede salir a través de la recuperación del aparato productivo”.
Sin embargo, como señala el economista Antonio Sandoval, “es importante aclarar que la humanidad solamente ha vivido una Gran Depresión [global] en su historia, la que iniciara en 1929 y durara casi una década, en el siglo pasado. Sin embargo, varias economías regionales y países sí han vivido depresiones. Por ejemplo, África en los años 80 y 90; una parte importante de Latinoamérica también en los años 80 del siglo pasado”.
¿Debemos prepararnos para una depresión?
Si bien existe un consenso entre los especialistas de que el mundo está ingresando a una gran crisis económica, todavía no existe acuerdo sobre el tipo de crisis, su profundidad y si ésta derivará en una depresión.Muchos economistas afirman que si bien la economía está parcialmente frenada, el aparato productivo no está destruido, por lo que una vez que se logre una vacuna o un tratamiento efectivo contra la Covid-19, la recuperación económica será relativamente rápida. Aunque si esto no sucede con prontitud, una nueva depresión mundial no puede descartarse.
Bolivia ante la crisis
La política fiscal que se implemente en los siguientes meses es fundamental para amortiguar lo más posible los efectos de la recesión en curso. Organismos internacionales vienen recomendando que no puede haber reactivación económica sin hacer énfasis en la salud.En este sentido, en Bolivia es importante apuntalar el sector salud y el cuidado de la población frente a la pandemia. Además, es importante promover el consumo interno para frenar el deterioro del ya frágil aparato productivo nacional.