Gasto en salud: riesgo de pobreza para el 30% de bolivianos
Según datos del Banco Mundial, más de 2 mil millones de personas no pueden costear una cirugía si tuviesen que hacerlo hoy, y del total de habitantes que se operan cada año, unos 33 millones sufrirán dificultades financieras debido a los costos directos, cifra que sube a 81 millones si se...
Según datos del Banco Mundial, más de 2 mil millones de personas no pueden costear una cirugía si tuviesen que hacerlo hoy, y del total de habitantes que se operan cada año, unos 33 millones sufrirán dificultades financieras debido a los costos directos, cifra que sube a 81 millones si se incluyen gastos conexos, como transporte y alimentación.
Así, aunque el riesgo de catástrofe financiera debido a una cirugía disminuye en el mundo, algo que los expertos del banco mundial consideran como una tendencia “alentadora”, también observan que es “muy lenta”.
Los Indicadores del Desarrollo Mundial muestran que, entre 2008 y 2017, el riesgo en todo el mundo de incurrir en gastos catastróficos (de al menos el 10% del ingreso total) a raíz de servicios de cirugía, anestesia y obstetricia ha bajado de 34% a 28%. Al mismo tiempo, los gastos empobrecedores (usando un umbral de 1,25 dólares al día) han disminuido de 27% a 24%.
Pese a esta disminución, la persistencia de la elevada cantidad de personas en situación de alto riesgo “muestra lo lejos que estamos de un mundo donde todos tengan acceso a servicios de atención médica asequibles”, advierte el médico y antropólogo Jim Yong Kim, presidente del Grupo del Banco Mundial.
Según el experto, nos 5 mil millones de personas—dos tercios de la población mundial— no tienen acceso a servicios médicos de cirugía, anestesia y obstetricia seguros, oportunos y asequibles. Y este acceso es obstaculizado por muchos problemas, como por ejemplo la seguridad o la falta de personal calificado, y una de las principales trabas se relaciona con las finanzas. Someterse a una intervención quirúrgica puede resultar muy caro para los pacientes.
La carga financiera no solo constituye un gran impedimento para las personas que necesitan una cirugía, sino que también puede tener efectos devastadores en aquellas que se hacen una intervención quirúrgica, sostienen los expertos del Banco.
Población boliviana sigue en riesgo
De acuerdo con los Indicadores del Desarrollo Mundial 2017, Bolivia es el país sudamericano con mayor proporción de su población en situación de riesgo de sufrir gastos empobrecedores debido a atención quirúrgica, ya que el 30,1% de los bolivianos están en este riesgo.
Paraguay está siguiente, con el 21,6% de su población en riesgo. Luego Ecuador, con 14,2%; seguido de Colombia, con el 13,5%; Brasil, con 11,2%; Venezuela con 10,9%; y Perú con 9,1%.
En mejor situación están las poblaciones de Chile (5,5%) y Argentina (3,9%). En Uruguay, apenas el 1,7% de la población tiene riesgo de incurrir en gastos empobrecedores por salud, situándose en la mejor posición de América Latina (sin contar con Cuba, país para el cual no hay datos disponibles).
Aunque la situación de Bolivia sigue siendo preocupante, es importante resaltar que ha tenido una importante mejora en la última década. Los datos del Banco Mundial muestran que si bien el 30,1% actual es el más elevado de Sudamérica, esta cifra es muy inferior al 51,4% del año 2006.
Lo propio respecto a la población en riesgo de gastos catastróficos, que alcanzaba el 48,3% en 2006, y que se redujo al 24,3% en 2017.
Sin embargo, como señalaron conjuntamente la Organización Panamericana de Salud y la Organización Mundial de la Salud, la cobertura de seguros de salud en Bolivia es muy baja, dejando a su suerte y a su propio bolsillo a millones de ciudadanos.
Habrá que esperar unos años para conocer el impacto de la implementación del Seguro Universal de Salud anunciado recientemente por el gobierno para 2019, si es que efectivamente se cumple esta promesa electoral.
De cualquier manera, las cifras sudamericanas contrastan fuertemente con las presentadas por los países ricos, donde menos del 1% de su población tiene riesgo de caer en la pobreza o sufrir gastos catastróficos en salud.
Cobertura universal
La cobertura sanitaria universal, una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, exige que los sistemas de salud protejan a los pacientes de costos directos derivados de la atención sanitaria.
Según expertos del Banco Mundial, “dado que a menudo las afecciones que necesitan cirugía no se planean —usted no elige sufrir un accidente automovilístico— estas pueden servir como barómetros para medir el nivel de progreso hacia ese objetivo”.
Entonces, si un tercio de la población mundial (y más de la mitad de la población de África) corre el riesgo de caer en la pobreza debido a los costos de los procedimientos quirúrgicos “es fundamental que existan políticas específicas para garantizar la protección contra los riesgos financieros”, advierten.
Y no solo por protección de la población, sino porque la salud genera otros beneficios. Según la Comisión Lancet sobre Inversión en Salud (una institución casi bicentenaria sobre información en salud a nivel mundial), la cobertura sanitaria universal acelera el crecimiento inclusivo.
“Los beneficios en términos de supervivencia que se derivan de la cobertura universal representan un tercio del crecimiento económico registrado entre los años 2000 y 2011 y equivalen a un rendimiento de la inversión mayor que 1 a 1”, afirma la Comisión.
Además, la cobertura universal estimula al sector de la salud y genera empleo y capital humano, considerado como “uno de los motores más potentes para el crecimiento sostenible e inclusivo del mundo actual”, según el presidente del Banco Mundial.
Así, aunque el riesgo de catástrofe financiera debido a una cirugía disminuye en el mundo, algo que los expertos del banco mundial consideran como una tendencia “alentadora”, también observan que es “muy lenta”.
Los Indicadores del Desarrollo Mundial muestran que, entre 2008 y 2017, el riesgo en todo el mundo de incurrir en gastos catastróficos (de al menos el 10% del ingreso total) a raíz de servicios de cirugía, anestesia y obstetricia ha bajado de 34% a 28%. Al mismo tiempo, los gastos empobrecedores (usando un umbral de 1,25 dólares al día) han disminuido de 27% a 24%.
Pese a esta disminución, la persistencia de la elevada cantidad de personas en situación de alto riesgo “muestra lo lejos que estamos de un mundo donde todos tengan acceso a servicios de atención médica asequibles”, advierte el médico y antropólogo Jim Yong Kim, presidente del Grupo del Banco Mundial.
Según el experto, nos 5 mil millones de personas—dos tercios de la población mundial— no tienen acceso a servicios médicos de cirugía, anestesia y obstetricia seguros, oportunos y asequibles. Y este acceso es obstaculizado por muchos problemas, como por ejemplo la seguridad o la falta de personal calificado, y una de las principales trabas se relaciona con las finanzas. Someterse a una intervención quirúrgica puede resultar muy caro para los pacientes.
La carga financiera no solo constituye un gran impedimento para las personas que necesitan una cirugía, sino que también puede tener efectos devastadores en aquellas que se hacen una intervención quirúrgica, sostienen los expertos del Banco.
Población boliviana sigue en riesgo
De acuerdo con los Indicadores del Desarrollo Mundial 2017, Bolivia es el país sudamericano con mayor proporción de su población en situación de riesgo de sufrir gastos empobrecedores debido a atención quirúrgica, ya que el 30,1% de los bolivianos están en este riesgo.
Paraguay está siguiente, con el 21,6% de su población en riesgo. Luego Ecuador, con 14,2%; seguido de Colombia, con el 13,5%; Brasil, con 11,2%; Venezuela con 10,9%; y Perú con 9,1%.
En mejor situación están las poblaciones de Chile (5,5%) y Argentina (3,9%). En Uruguay, apenas el 1,7% de la población tiene riesgo de incurrir en gastos empobrecedores por salud, situándose en la mejor posición de América Latina (sin contar con Cuba, país para el cual no hay datos disponibles).
Aunque la situación de Bolivia sigue siendo preocupante, es importante resaltar que ha tenido una importante mejora en la última década. Los datos del Banco Mundial muestran que si bien el 30,1% actual es el más elevado de Sudamérica, esta cifra es muy inferior al 51,4% del año 2006.
Lo propio respecto a la población en riesgo de gastos catastróficos, que alcanzaba el 48,3% en 2006, y que se redujo al 24,3% en 2017.
Sin embargo, como señalaron conjuntamente la Organización Panamericana de Salud y la Organización Mundial de la Salud, la cobertura de seguros de salud en Bolivia es muy baja, dejando a su suerte y a su propio bolsillo a millones de ciudadanos.
Habrá que esperar unos años para conocer el impacto de la implementación del Seguro Universal de Salud anunciado recientemente por el gobierno para 2019, si es que efectivamente se cumple esta promesa electoral.
De cualquier manera, las cifras sudamericanas contrastan fuertemente con las presentadas por los países ricos, donde menos del 1% de su población tiene riesgo de caer en la pobreza o sufrir gastos catastróficos en salud.
Cobertura universal
La cobertura sanitaria universal, una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, exige que los sistemas de salud protejan a los pacientes de costos directos derivados de la atención sanitaria.
Según expertos del Banco Mundial, “dado que a menudo las afecciones que necesitan cirugía no se planean —usted no elige sufrir un accidente automovilístico— estas pueden servir como barómetros para medir el nivel de progreso hacia ese objetivo”.
Entonces, si un tercio de la población mundial (y más de la mitad de la población de África) corre el riesgo de caer en la pobreza debido a los costos de los procedimientos quirúrgicos “es fundamental que existan políticas específicas para garantizar la protección contra los riesgos financieros”, advierten.
Y no solo por protección de la población, sino porque la salud genera otros beneficios. Según la Comisión Lancet sobre Inversión en Salud (una institución casi bicentenaria sobre información en salud a nivel mundial), la cobertura sanitaria universal acelera el crecimiento inclusivo.
“Los beneficios en términos de supervivencia que se derivan de la cobertura universal representan un tercio del crecimiento económico registrado entre los años 2000 y 2011 y equivalen a un rendimiento de la inversión mayor que 1 a 1”, afirma la Comisión.
Además, la cobertura universal estimula al sector de la salud y genera empleo y capital humano, considerado como “uno de los motores más potentes para el crecimiento sostenible e inclusivo del mundo actual”, según el presidente del Banco Mundial.