Banco del Sur es más urgente que nunca, pero falta voluntad
En reciente entrevista en la ciudad de Tarija, el presidente Evo Morales reconoció que el estancamiento del Banco del Sur “es una enorme preocupación (…) Lamentablemente no avanza ni el Banco del ALBA, ni el Banco del Sur”. A nueve años de su lanzamiento, ¿por qué no se ha logrado...



En reciente entrevista en la ciudad de Tarija, el presidente Evo Morales reconoció que el estancamiento del Banco del Sur “es una enorme preocupación (…) Lamentablemente no avanza ni el Banco del ALBA, ni el Banco del Sur”. A nueve años de su lanzamiento, ¿por qué no se ha logrado avanzar?
El economista y Ministro Coordinador de Conocimiento y Talento Humano de Ecuador. Andrés Arauz, considera que “los elementos técnicos están resueltos. Lo que necesitamos es la voluntad política de los gobiernos de los países miembros del Banco del Sur, que la van a tener que encontrar en un periodo crítico de la economía global”.
Hoy en día, América Latina tiene depositados 1.034.005 millones de dólares líquidos en el resto del mundo, es decir, más de un millón de millones de dólares.
Por su parte, según el último Informe de Administración de las Reservas Internacionales (RIN) del Banco Central de Bolivia (BCB), al 30 de junio de 2015, las RIN superaban los 14 mil millones de dólares.
Y según el informe de Rendimiento de las RIN, que tiene datos hasta diciembre de 2015, éstas estuvieron prestadas a bancos y países extranjeros logrando magros rendimientos acumulados de apenas 0,75%.
“Estamos ante una coyuntura que hace cada vez más necesaria la nueva arquitectura financiera. Si los países miembros del Banco del Sur lo hubiesen implementado hace años, incluso hace un año, no tuvieran que enfrentar las complicadas coyunturas macroeconómicas con implicaciones geopolíticas que enfrentan hoy”, advierte Arauz.
Son casi nueve años desde que fue lanzada la iniciativa en 2006, con liderazgo venezolano, proyecto al que se sumaron tempranamente Argentina y Bolivia, y luego se unieron Brasil, Ecuador, Paraguay y Uruguay. Pero no se ha avanzado. ¿Qué pasó?
Avance y retroceso
El exministro de Economía y Política Económica de Ecuador, Diego Borja, recuerda que como ministro impulsó esta iniciativa en los años 2009 y 2010, años en que había una “gran voluntad política en los gobiernos de la región para echar a andar los organismos económicos de la integración”, según da cuenta en una publicación del diario ecuatoriano El Comercio.
Borja fue ministro cuando el presidente Rafael Correa auditó la deuda externa y declaró su impago, y tras alejarse del gobierno ecuatoriano (porque Correa se habría “desmarcado hacia la derecha”), estuvo entre los asesores del Parlamento de Grecia en la Comisión de Auditoría de la deuda externa, a la que califica de ilegal, ilegítima e insostenible.
El exministro señala que hasta el 2010, el Banco del Sur avanzó con velocidad: se firmó el acta fundacional, se elaboraron los estatutos e incluso se llegaron a definir las ciudades sedes de la entidad, aunque reconoce que desde un inicio hubo posturas distintas en cuanto a la necesidad y velocidad para constituir la entidad, lo cual fue frenando su desarrollo.
Brasil, por ejemplo, parece haber preferido apostar por el banco del bloque de los BRICS, del que es parte. Según Borja, para Brasil el Banco del Sur significaría competencia para su propio banco de desarrollo (el BNDES), con proyección y presencia regional. El 2011 debían darse los primeros desembolsos, estimados en al menos 7 mil millones de dólares, pero no se dieron.
Para Borja, a partir de ese año el contexto para la región cambió, con una mayor presencia de los organismos multilaterales que comenzaron a ganar el terreno perdido. “La integración financiera dejó de ser un hecho importante, aunque se mantenía en el discurso”.
Solo falta voluntad
“Los países miembros del Banco del Sur deben estar a la altura de la historia, inmediatamente superar posiciones erráticas de mandos medios y resolver la operativización del Banco con el nombramiento de las respectivas autoridades y con los aportes de capital (apenas 200 millones de dólares colectivamente en el primer año)”.
Así expresa la urgencia el ministro Arauz, y remarca que “esto puede resolverse en días”. “Inmediatamente”, agrega, “deben transitoriamente subcontratar el proceso de colocación a un banco de desarrollo regional o a un banco de desarrollo nacional. Esto puede ejecutarse en dos meses”.
Arauz también destaca que el Fondo del Sur es otra urgencia y que “se puede establecer ágilmente mediante un fideicomiso internacional administrado por el Banco del Sur, como lo establece su Convenio Constitutivo”, sin necesidad de “un esquema jurídico complicado y puede tener reglas hechas a la medida según las necesidades y políticas de los bancos centrales de los países”, y que “puede establecerse en dos meses luego de la designación de las autoridades del Banco del Sur”.
“Con estos recursos, se puede potenciar el reciclaje de la liquidez de la región en la misma región. Serían 10 mil millones de dólares frescos para el Banco del Sur y otros 10 mil millones para la Región. Los 30 mil millones restantes podrían todavía seguir criterios ‘ortodoxos, conservadores y prudentes’, mientras se desarrollen los mercados secundarios regionales. Esto demoraría cuatro meses desde la creación del Fondo”, agrega el ministro ecuatoriano.
Finalmente, el Fondo del Sur puede ser actualizado para definir una nueva unidad de cuenta (no física), “que puede ser existente como el sucre , el peso andino , el derecho especial de giro o uno nuevo, como el peso del sur”, destaca Arauz.
Así, las condiciones parecen estar dadas. Lo que falta es nomás la voluntad política de los gobiernos miembros del Banco del Sur.