Grecia decide y se la juega: entre austeridad o cambio
Hoy se lleva a cabo el sonado referéndum, en el que el gobierno de Syriza consulta al pueblo griego si acepta las condiciones impuestas por los acreedores europeos o si se mantienen en su posición contraria a la austeridad. Los días previos se han parecido a un torbellino en el que la falta de...



Para Sergi Cutillas, integrante del Comité de la Verdad de la Deuda Griega y miembro de la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda (PACD) que investiga la deuda, en el fondo, los acreedores “han pedido la cabeza de Tsipras como mensaje de disciplina, para evitar que cunda el ejemplo de que se le puede doblar el brazo a la Troika”.Por eso hoy el pueblo griego se la juega. O sigue los designios de la Troika y acepta más austeridad, o, como ha resaltado Tsipras el viernes, da un mensaje claro y contundente de que quieren hacer las cosas de otra manera, y de que quieren otra Europa para los europeos.¿Gana el sí o el no?El País eN logró comunicarse de manera exclusiva con la cientista política griega KorinaGougouli, quien desde la capital helena nos explica el significado del sí y del no: “Votar por el ‘no’ significará fortalecer la posición de Syriza en las negociaciones con los poderes europeos. Los partidarios por el ‘sí’ tratan de hacer creer a la gente que votar por el ‘no’ significa votar contra el Euro, pero en realidad se refiere a si queremos o no más austeridad”.Consultada sobre qué opción cree que ganará, Gougouli se muestra desconfiada sobre los sondeos oficiales que recorren los medios de comunicación en el mundo. “Los medios de comunicación aquí son terribles y hay muchas presiones desde los centros de poder europeo, por lo que las estadísticas cambian de un momento al otro. Hay mucha desinformación”, resalta la politóloga, quien también criticó la cobertura de la prensa a las concentraciones ciudadanas en los últimos días. “El viernes estuve en la plaza Syntagma (donde fue la concentración por el no), y según mis cálculos eran al menos unas 200 mil personas. Pero los noticieros griegos reportaban que solo había 25 mil personas, y que los votantes por el sí eran más que los del no. Pero un amigo mío que fue a observar la concentración por el sí dijo que había mucho menos gente que en la del no, y que además duró poco tiempo”, afirma Gougouli.Mientras tanto, dice la entrevistada, “las estadísticas acerca de los votantes por una y otra opción cambian cada segundo. Por mi parte he preguntado a la gente en los buses, trenes y calles acerca de cómo piensan votar, y la mayoría de ellos me han dicho que votarán por el no. Pero no se puede estar seguros”.Asfixiar a Grecia: no hay economía sin políticaDos premios Nobel de economía se han pronunciado duramente sobre la situación griega. Por un lado, Paul Krugman ha criticado la posición de la Troika: “Los tipos que manifiestamente han fracasado a la hora de ver el daño que podría hacer la austeridad, esos mismos tipos ¿pretenden impartir ahora lecciones de crecimiento?”.Krugman pregunta abiertamente si el objetivo de la Troika es “quebrar a Syriza y forzar a Grecia a una bancarrota presumiblemente desastrosa para desanimar a otros. Llegó la hora de dejar de hablar de ‘Grecaccidente’; si ocurre un ‘Grexit’, será porque los acreedores, o al menos el FMI, lo quisieron”.Por su parte, otro premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz, es categórico: “Los dirigentes europeos están empezando a mostrar verdaderamente por qué se pelean: por el poder y la democracia, mucho más que por el dinero y la economía”.“Muchos dirigentes europeos desean que caiga el gabinete de izquierdas de Alexis Tsipras, porque resulta muy incómodo que en Grecia haya un Gobierno contrario a las políticas que han contribuido al aumento de las desigualdades en los países avanzados y decidido a controlar el poder de la riqueza”, destaca Stiglitz.En este sentido, Cutillas recuerda la inseparable conexión entre las esferas económica y política: “Que nadie se engañe, han querido separar ciertos campos de conocimiento de lo que son las relaciones de poder. Eso es una ilusión. Plantear la economía de manera tecnocrática es algo irreal. La Economía es una ciencia que estudia el comportamiento humano, político y social, y en la que se juegan relaciones de poder. Es una cuestión de voluntad, de cómo se entiende el futuro del ser humano y de la sociedad”.
¿Cómo llega Grecia a la aguda crisis en la que está?
Para responder esta pregunta hay que ver un poco la historia de la deuda. Desde 1981 hasta 1993 hay una explosión de la deuda pública, que pasa del 25% al 91% del PIB, por razones como el gasto excesivo en defensa y sobre todo por los intereses muy altos que se pagaron a los bancos griegos por la deuda (muy por encima del crecimiento de la economía y de la inflación). Entre 1993 y 2007 la deuda pública pasa del 91% al 103%, lo que supone en la práctica un periodo de “estabilización”. Cuando llega la crisis financiera iniciada en el sector privado (2007-2008), la deuda pública se dispara en poco tiempo del 103% al 127%. Pero la cereza sobre la torta la ponen los planes de rescate impuestos por la Troika, el primero en 2010 y el segundo en 2012, con los que la deuda pública de aproximadamente el 130% del PIB (2010) se eleva hasta la actual (2015), en torno al 180%.Estos resultados concretos muestran que el diagnóstico y la receta de la Troika han estado equivocados durante todos estos años. Incluso algunos miembros del FMI han admitido su error (internamente). Y gracias a filtraciones recientes de Wikileaks, se sabe que en 2012 los políticos de Francia y Alemania ya sabían que Grecia era una bomba de tiempo que no iba a encontrar la solución con más austeridad.