El Fracking: ¿qué es y cuáles son sus riesgos?
La fractura hidráulica o fracking consiste en inyectar agua, productos químicos, ácidos corrosivos y arena a varios metros de profundidad, con la intención de producir microfracturas en la llamada roca madre o en las arenas compactas, para extraer los llamados hidrocarburos de yacimientos no...



Muchos analistas energéticos consideran que el uso extendido de esta técnica ha permitido a EEUU aumentar sus reservas de hidrocarburos, convirtiéndose en uno de los principales factores para la caída del precio del petróleo en los últimos meses.Sin embargo, esta técnica es blanco de mucha crítica debido a los fuertes impactos ambientales que provoca. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Duke y la Universidad Politécnica de Pomona, California (EEUU), vincula la contaminación de acuíferos con perforaciones de gas efectuadas en Pennsylvania. Los defensores del fracking afirman que gracias a la profundidad de la capa de shale gas y su espesor no habría problemas con la contaminación de acuíferos. Pero los expertos Eduardo D’Elía (ingeniero petrolero) y Roberto Ochandio (ingeniero de campo y geógrafo con amplia trayectoria en la actividad petrolera), señalan que estas variables, en caso de una fuga de la fractura, sólo condicionan el tiempo en que el impacto llegará a las formaciones de agua dulce o a la propia superficie.“Esto puede ocurrir no sólo cuando se esté fracturando la roca, sino cuando el pozo esté en plena extracción o incluso cuando éste se haya abandonado. En el último caso pueden pasar varios años y que ocurra después de que los responsables del mismo hayan abandonado el área de extracción”, advierte D’Elía.Por su parte, Ochandio recuerda que “los escapes de hidrocarburos y fluidos de fractura no sólo pueden ocurrir a través de las fracturas, sino debido a fallas estructurales del pozo”, y que éstas son mucho más comunes de lo que la industria quiere admitir, pues “el 6% de todos los pozos nuevos y hasta un 60% de pozos viejos sufren de problemas estructurales y pérdidas de aislación”. El “cocktail” de químicosLas transnacionales que defienden el fracking argumentan que los productos químicos que se utilizan en la fractura hidráulica son inocuos. El Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG), uno de los grandes defensores de esta técnica en Sudamérica, afirma que la inocuidad está demostrada por el uso frecuente en productos cotidianos como la pasta dental o aditivos de alimentos.Asimismo, afirman que entre el 98 y 99% de lo que se inyecta al subsuelo es agua y arena de cuarzo, y que los aditivos químicos forman desde el 0,5 al 2.0% del total, de lo cual la mitad es un gel natural.Sin embargo, Ochandio cuestiona que si el porcentaje de productos químicos es de sólo el 0,5%, significa que para una fractura de 30.000 metros cúbicosse requieren 150.000 litros de productos químicos. “Difícilmente en nuestros hogares lleguemos a tener acumulado durante la historia de nuestras vidas una cantidad semejante de productos químicos”, agrega.Otro argumento usado comúnmente por la industria petrolera es que sólo se usan 12 productos químicos. Pero el experto aclara que en realidad “son quizás 12 categorías de productos químicos, cada una de ellas formada por una variedad de productos químicos individuales”. Ochandio agrega además que no se conoce la lista completa de productos químicos usados en el proceso de fractura hidráulica, y que las compañías “se amparan en derechos comerciales para esconder algunos de estos productos, por lo tanto, es muy difícil verificar la validez de este argumento”.Pero la organización estadounidense FracFocus, integrada por organismos públicos, ha logrado generar un banco de datos con información provista por las mismas compañías petroleras y diferentes dependencias del gobierno de Estados Unidos. En este banco de datos se muestra que en algunos casos se han encontrado entre 600 y 900 productos químicos diferentes (dependiendo de las formaciones hidrocarburíferas).Por su parte, un informe realizado por la organización EarthWorks(2014), destaca que muchos de los productos usados en la fractura hidráulica son tóxicos para los seres humanos y el ambiente, e incluso varios de ellos producen cáncer. Entre las sustancias potencialmente tóxicas se cuentan: destilados de petróleo como kerosene y gasoil (el cual contiene benceno, etilbenceno, tolueno, xileno, naftaleno y otros productos químicos), hidrocarburos aromáticos policíclicos-PAH, metanol, formaldehido, etilene glicol, ethers de glicol, ácido clorhídrico e hidróxido de sodio.Otro estudio, esta vez de la Comisión de Energía y Comercio del Congreso deEEUU publicado el año 2011, muestra que entre 2005 y 2009, las 14 empresas líderes de fractura hidráulica en los Estados Unidos utilizaron más de 2.500 productosde fractura hidráulica que contienen 750 compuestos. Más de 650 de estos productos contienen sustancias químicas que son conocidos o posibles carcinógenos humanos.El informe también señala que estas empresas utilizaron más de 2.952 millones de litros de productos de fractura hidráulica –sin incluir agua añadida en el pozo– entre 2005 y 2009 y entre los cuales se inyectaron más de 43 millones de litros de productos que contienen al menos un producto químico de BTEX (benceno, tolueno, xileno y etilbenceno).Dicho informe subraya también que en muchos casos las empresas de servicios de petróleo y gas fueron incapaces de proporcionar a la Comisión la composición química completa de los fluidos de fractura hidráulica que utilizaban.Hay de hecho numerosos estudios de universidades inglesas y estadounidenses principalmente, que detallan aún más aspectos en que los químicos usados en la técnica del fracking resultan una seria amenaza para la salud humana, los acuíferos y para el medio ambiente en general.Finalmente, en julio de 2014 la organización “Profesionales Preocupados por la Salud de New York” emitió un informe que en conclusión afirma que los resultados de las investigaciones científicas, médicas, y periodísticas indican que el frackingplantea una amenaza importante para el aire, el agua, la salud, la seguridad pública y la vitalidad económica a largo plazo, por lo que piden una moratoria de la extracción de petróleo y gas no convencionales mientras siga aumentando el conocimiento científico y médico sobre los impactos de la controvertida técnica.