Relacionan burbuja financiera con la desposesión de países pobres
El economista francés, Cédric Durand, considera que las “teorías que sirvieron para legitimar el funcionamiento de los mercados financieros explican mal el fenómeno de la especulación.



La base de estas teorías es la necesidad de una ausencia de arbitraje, lo que supone que no sea posible hacer beneficios sobre seguro. Excepto que en las finanzas la realidad es que hay agentes que se benefician sobre seguro, es decir, de hecho aquellos que tienen acceso a informaciones exclusivas”.Durand, que también es profesor en la universidad París 13, investigador del Centro de Economía París Norte y profesor en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, ejemplifica con los muchos banqueros que especularon contra los intereses de sus propios clientes, que fueron multados con multimillonarias multas, como los conocidos casos del UBS de Suiza, HSBC y RBS del Reino Unido, y Citibank y JP Morgan Chase de Estados Unidos.“En el fondo estas multas de miles de millones no dicen otra cosa que estas instituciones financieras son unos delincuentes multirreincidentes, que desde hace décadas han hecho trampa sistemáticamente en los mercados financieros, ya se trate de delitos de uso de información privilegiada, de manipulación de los mercados de divisas o de estar al corriente de las órdenes que unos agentes están transmitiendo, para jugar en contra en los treinta milisegundos siguientes y embolsarse una inversión”, advierte el economista francés.¿Pero qué es lo que hace prevalecer los intereses financieros sobre los intereses de la economía real? Según Durand, la razón es el importante ascenso de una forma de “capital ficticio”. Según Carlos Marx, el capital ficticio significa en el fondo algo muy simple: dar hoy un valor a unos flujos de ingresos que se esperan en el futuro. Es la operación que permite dar un valor a los créditos, a las acciones, a la deuda pública.Según datos proporcionados por Durand, el peso del capital ficticio aumentó de 1980 a 2012 entre el 150 y el 350% del PIB en las principales economías ricas. “Para que el capital ficticio conserve su valor (lo que las autoridades llaman estabilidad financiera) es preciso que los títulos encuentren en todo momento un comprador. Es lo que se denomina la liquidez”, explica el francés. A su vez, la liquidez de que se realicen los flujos de los productos financieros esperados. “Cuando después de la crisis los gobiernos declaran que hay que luchar por la estabilidad financiera, en realidad declaran que hay que luchar por el derecho a los beneficios financieros…”, advierte Durand, y denuncia que “este aumento del poder de la reserva de capital ficticio es una apropiación de nuestro futuro. Si en el margen las finanzas liberalizadas han podido contribuir a acelerar las innovaciones, su auge frenético procede principalmente de una lógica de desposesión”.Según el geógrafo marxista David Harvey, la desposesión designa unos mecanismos extraeconómicos que permiten generar beneficio: las políticas de austeridad y las políticas estructurales de desregulación del trabajo y la mercantilización de nuevas esferas son ejemplos de políticas establecidas para cumplir las promesas de beneficios, que se han acumulado bajo la forma de reserva de capital ficticio.El campo de lucha contra la desposesión financiera Para Durand, la primera idea es renunciar a la estabilidad financiera. “Si se es de izquierda hoy, no se puede estar a favor de la estabilidad financiera, sino de la desacumulación financiera, es decir, reducir las pretensiones del capital ficticio sobre el futuro de la producción de riquezas”.“Por lo tanto, hay que anular, o cuanto menos reestructurar, una parte de las deudas nacionales y la gran batalla inmediata en el futuro es, por tanto, la que Syriza lleva a cabo en Grecia: anular la deuda de los hogares más endeudados y, sobre todo, para que este proceso no sea un proceso tecnocrático, hacer una auditoría pública de la deuda, crear una conocimiento pública de la deuda difundiendo trabajos al respecto”, explica el economista francés.Por su parte, Julio Gambina, economista argentino, coincide con él: “La investigación de la deuda argentina, aprobada en la Ley de pago soberano de septiembre pasado podría asociare a otra investigación desde Grecia y crear un clima más favorable en el sistema mundial para debatir desde la defensa de las soberanías nacionales el sistema de la deuda y la dominación, e incluso recrear las condiciones para reinstalar la iniciativa política por una nueva arquitectura del sistema financiero”. Gambina recuerda que esta política de nueva arquitectura fue sustentada como programa destacado de UNASUR en pleno despliegue de la crisis y la recesión durante el 2009 y que tiene entre sus puntos y como asignatura pendiente al Banco del Sur.“Esta nueva situación respecto de la deuda que puede suscitar Grecia fortalecerá las iniciativas políticas globales en curso en defensa de la soberanía de los países y en contra de la especulación de los fondos buitres y el sistema de la deuda”, destaca Gambina.
Hoy se tiene la oportunidad
El sociólogo boliviano Eduardo Paz Rada ha destacado la reciente decisión de los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de elegir a Bolivia en la presidencia del “Comité de Reestructuración de la Deuda Soberana”. Esto, indica Paz, “significa para el gobierno del presidente Evo Morales una oportunidad para ratificar las posturas antiimperialistas, anticoloniales y de solidaridad con los pueblos y países oprimidos del mundo que sufren la violencia y la consecuencias de un sistema de administración de la deuda externa que se ha convertido en uno de los mecanismos más oprobiosos de sometimiento y explotación del capitalismo en el mundo moderno”.Para el sociólogo boliviano, será que en ese ámbito se respalde activa y enérgicamente las iniciativas que se han desarrollado, desde los pueblos y algunos Estados, de impulsar la suspensión de pagos o la anulación de la deuda externa, por ser “inhumana, injusta, ilegítima e ilegal”.Se deberá, por tanto, “generar una nueva geopolítica económica, fundada en el derecho a la existencia digna y soberana de los pueblos, a la autodeterminación y a la formación de Fondos Financieros propios de cada región. En el caso de América Latina será la constitución de la Unidad Financiera, Comercial y Económica en el marco de la integración de la Patria Grande”, sostiene Paz.