Liga española
El Barcelona gana y mantiene sus posibilidades de luchar por el título
Un gol de Raphinha resuelve un partido extraño ante un Las Palmas que acabó con diez, pese a lo que no ganó cómodamente
Primera premisa para que el Barça pueda decir que hay Liga: no fallar para que la segunda premisa, ganar en el Bernabéu, sirva para algo. El conjunto barcelonista consiguió su objetivo, pero sin holgura y en un partido en el que le pasó de todo: gol anulado a Raphinha no se sabe por qué; dos tiros al larguero, de Lewandowski y Joao Félix; y triunfo justito agracias a un gran gol de Raphinha, sufriendo contra diez.
Al conjunto barcelonista le tocó vérselas con un rival con el trabajo hecho en LaLiga y en fase claramente decreciente, pero siempre imprevisible. Se plantó dispuesto a plantar cara y facilitó un primer tiempo abierto, hasta que se quedó con diez por expulsión de su portero. Curiosamente, el Barcelona dio la impresión de sentirse más cómodo contra once, en un escenario con espacios, que contra diez, ante un rival que se dedicó a cerrar espacios a partir del minuto 25.
Se esperaba un Las Palmas atrevido y no defraudó, con defensa avanzada y asumiendo riesgos en la salida de balón. El Barcelona buscó aprovechar esos espacios y en ocasiones lo logró, pero a menudo la defensa canaria. Ni siquiera cuando se quedó con uno menos. Para ir al espacio con capacidad de hacer daño, el Barcelona contó con Raphinha en el once. El brasileño fue protagonista de muchos ataques, como Lewandowski, mientras por la derecha Lamine Yamal estuvo más apagado que otras veces, aunque en pocos minutos ya tenía a su marcador con tarjeta.
Se fajó de lo lindo Lewandowski en busca del gol. Se le anularon dos, precisamente por ‘off side’. Claro el primero, por fuera de juego del polaco en el pase de Fermín. Muy polémico el segundo. Jugada que inició Cubarsí desde atrás y pase vertical, otro más, de Fermín a Lewandowski, con Raphinha, que no intervenía para nada, en fuera de juego. El balón llegó a Coco, que lo jugó mal y lo pasó a Raphinha, esta vez en posición correcta. Marcó y el esperpéntico Busquets Ferrer lo anuló por el fuera de jugo inicial del extremo brasileño.
Inexplicable la anulación del gol e inexplicable que Lewandowski no hubiese marcado ya un gol válido mediado el primer tiempo. El polaco chutó tras pase largo de Cubarsí, recortó a su defensor y el meta rechazó. Poco después, cabeceó al travesaño.
Otra decisión sectaria e incomprensible del nefasto árbitro fue la segunda amarilla (y consiguiente expulsión) perdonada a Cardona, el lateral zurdo, que ya había sido amonestado por una entrada criminal a Lamine Yamal y debió irse a la ducha por la segunda en un empujón clamoroso al extremo barcelonista, por la espalda y sin opción de jugar el balón. El nefasto Busquets vio la jugada y decidió ignorar la clarísima falta. Tal vez porque poco antes no había tenido más remedio que expulsar al portero del Las Palmas, Valle, que salió del área a cortar una transición azulgrana y salió con los tacos por delante y volteó a Raphinha. Roja como una catedral.
De poder ir ganando plácidamente, por juego, ocasiones e incluso por un gol incomprensiblemente anulado, el partido casi pasa al 0-1 en una falta tan rigurosa como extraordinariamente lanzada por Coco, cuyo disparo directo se perdió fuera por muy poco.
El segundo tiempo, pues, comenzó con todo el bacalao por cortar. El Las Palmas, atrevido de entrada, se había dispuesto en un claro 5-3-1, con Sandro en punta esperando algún balón puntual y dispuesto a cerrar espacios al Barcelona. Y tuvieron esos balones, pero el conjunto amarillo llegaba normalmente muy forzado al tramo final.
Veía Montjuïc, sin embargo, cómo una y otra vez los ataques del Barcelona no encontraban espacios y se estrellaban en esa defensa de cinco del Las Palmas. Atrás había quedado el juego vertical, con espacio y ocasiones, que había deparado la primera parte. Hacían falta cambios y llegaron en la persona de Joao Félix, que fue determinante.
Impecable, sensacional pase de Joao Félix, picadito, al espacio para la llegada del persistente Raphinha, que tocó el balón con la cabeza para marcar por encima de la salida del meta. Un gol que, salvando las distancias, recordó al de Pedro en la final del Mundial de Clubs de 2010, que forzó in extremis la prórroga ante Estudiantes de La Plata. Y otro tanto muy valioso de Raphinha, siempre entregándose pese a su disparidad en el acierto.
No tardó en reaparecer Ferran Torres, ovacionado por Montjuïc, en lugar de un Lamine Yamal apagado, que no rompió como en otros partidos.
Incomprensiblemente, Joao Félix falló el segundo sobre la misma línea de gol a centro de Koundé. Remató al larguero. Y, a raíz de no rematar. Hubo que sufrir, El gol de ventaja era insuficiente para que el Barcelona estuviese tranquilo y la Unión Deportiva buscó hacer llegar algún balón al recién incorporado Moleiro, que lanzó un chut con la izquierda tras un recorte a su defensa que no entró de milagro.